El último informe anual de la Comisión para la Libertad Religiosa, encargado por el Gobierno de los Estados Unidos, arroja algunos datos poco esperanzadores. Ser cristiano en países como Arabia Saudí, Sudán o Vietnam es un grave peligro. Portar una cruz o leer una Biblia está penado en numerosas naciones con la prisión, el destierro o incluso la muerte… En las últimas semanas se han producido numerosos asesinatos, torturas y linchamientos públicos de cristianos por su fe, como el de dos jóvenes en Paquistán, cuyos asesinos fueron instigados por los imanes de las mezquitas…
La Razón 9/06/2004
Los fieles son torturados, encarcelados, desterrados, apaleados e incluso asesinados por su fe.
El último informe anual de la Comisión para la Libertad Religiosa, encargado por el Gobierno de los Estados Unidos, arroja algunos datos poco esperanzadores. Ser cristiano en países como Arabia Saudí, Sudán o Vietnam es un «deporte de riesgo». Portar una cruz o leer una Biblia está penado en numerosas naciones con la prisión, el destierro o incluso la muerte. En las últimas semanas se han producido numerosos asesinatos, torturas y linchamientos públicos de cristianos por su fe, como el de dos jóvenes en Paquistán, cuyos asesinos fueron instigados por los imanes de las mezquitas.
El pasado 12 de mayo, la Comisión para la Libertad Religiosa de los EE UU hacía público el informe que toma el pulso a la situación de la libertad de creencias en el mundo. Una de las tareas de la Comisión es identificar aquellos gobiernos culpables de violaciones sistemáticas y graves de la libertad religiosa. En febrero, los responsables recomendaron al Departamento de Estado de los Estados Unidos que colocara a 11 países en la categoría de «países de especial preocupación». Las recomendaciones incluían a seis países no incluidos anteriormente: Eritrea, India, Paquistán, Arabia Saudí, Turkmenistán y Vietnam. Los otros cinco Birmania, China, Corea del Norte, Irán y Sudán fueron ya señalados en informes anteriores, informa Zenit.
La comisión estadounidense también afirmó que Egipto, Indonesia, Nigeria y Uzbekistán seguirían en una lista de países en observación donde es preocupante el estado de la libertad religiosa por la violaciones cometidas o toleradas por sus gobiernos. Bielorrusia, Cuba y Georgia también se han sumado a esta lista.
2.000 musulmanes asesinados
Entre tanto, continúa en la India la violencia contra los musulmanes y cristianos, y el Gobierno todavía no ha afrontado de manera adecuada el asesinato de unos 2.000 musulmanes en el estado de Gujarat en el año 2002. En Eritrea, el Gobierno «está implicado en violaciones especialmente graves de la libertad de religión y creencia», afirmaba el informe de Estados Unidos. Los problemas se extienden desde el cierre de todas las iglesias que no pertenezcan a las denominaciones religiosas reconocidas oficialmente hasta los arrestos de participantes en reuniones de oración.
Turkmenistán, afirma la Comisión, «está entre los estados más represivos del mundo hoy en día y está implicado en violaciones particularmente graves de la libertad de pensamiento, conciencia, religión, o creencia». La situación se ha deteriorado más con una nueva ley que entró en vigor el pasado noviembre y que prohíbe prácticamente la mayoría de las actividades religiosas y pide penas de muerte para quienes sean hallados culpables de participar en «cultos religiosos ilegales».
En Vietnam, las ya deficientes condiciones de libertad religiosa se han deteriorado en los últimos 18 meses, afirmaban los responsables de la Comisión. Los disidentes religiosos han sido acosados y detenidos, y el Gobierno vietnamita ha continuado con sus medidas enérgicas en contra de las minorías de las provincias y zonas altas del noroeste, incluyendo palizas y la renuncia forzada de la fe.
En Arabia Saudí, el informe observa que las violaciones incluyen tortura y trato cruel y degradante o castigo impuesto por las autoridades judiciales y administrativas; detención prolongada sin cargos y con frecuencia incomunicación; y evidentes negaciones del derecho a la libertad y seguridad de la persona.
Tortura china
China es otro de los países más represivos. La Comisión acusa a las autoridades de intensificar su campaña violenta contra los creyentes religiosos, incluyendo a evangélicos, católicos, musulmanes y budistas tibetanos. Los maltratos incluyen prisión y tortura. El informe observa también que el clero católico ha sido acosado, detenido y arrestado. En julio del año pasado, cinco sacerdotes fueron sentenciados a tres años en un campo de trabajo por practicar «el culto», y el pasado mes de octubre se informó de que los funcionarios de la provincia de Hebei arrestaron a doce sacerdotes y seminaristas que asistían a un retiro, y al menos diez obispos fueron arrestados.
Conversiones forzosas que acaban en muerte
La Razón
9/06/2004
Un católico pakistaní de 18 años, Javed Anjum, murió el pasado 17 de abril tras ser torturado durante cinco días por un profesor y algunos estudiantes de una escuela coránica en Punjab, quienes le forzaron a convertirse al islam. Más suerte tuvo otro católico paquistaní de quince años, Zeeshan Gill, retenido por compañeros de su escuela y obligado a hacerse musulmán, según ha informado Asianews. El adolescente, tras recibir los primeros golpes, logró huir, pero desde entonces, él y sus familiares permanecen escondidos por temor a ser asesinados. En el mismo país, según ha informado la agencia vaticana Fides, otro joven, Samuel Masih, fue detenido por blasfemia y encarcelado el pasado mes de agosto. Murió el 28 de mayo en Lahore tras recibir una brutal paliza a manos de uno de los guardias de la prisión, un fundamentalista islámico.
En Arabia Saudí continúa encarcelado el católico indio Brian Savio O´Connor, apresado en diciembre cuando se le sorprendió rezando. Según sus familiares, Savio ha recibido innumerables golpes y ha sufrido multitud de torturas en la cárcel, como permanecer colgado boca abajo durante horas y recibir descargas eléctricas.
En Vietnam, cuatro cristianos conversos han sido arrestados recientemente, según ha denunciado la organización de derechos humanos «Freedom House». La acusación: organizar reuniones de oración, por las que han sido condenados a entre 26 y 36 meses de prisión.