Los elementos fundamentales para atraer inversiones extranjeras siguen siendo los mismos: el bajo costo de la mano de obra y el enorme potencial del mercado chino. Pero además hemos ampliado la apertura del sector servicios con la esperanza de que resulte más atractivo para los inversores extranjeros. El número de empresas de capital extranjero que se han establecido en China recientemente es de más de 6,000.
Según datos hechos públicos el día 15 por el Ministerio Chino de Comercio, en los dos primeros meses de este año, las inversiones foráneas reales en nuestro país sobrepasaron los 8,300 millones de dólares, cifra que supone un incremento superior al 10 % en comparación con el mismo periodo del año pasado. El número de empresas de capital extranjero que se han establecido en China recientemente es de más de 6,000. Jin Bosheng, investigador del Instituto de Investigación del Ministerio Chino de Comercio, cree que eso significa que nuestro país ya ha superado por completo las repercusiones negativas que la epidemia del SARS tuvo en las inversiones extranjeras directas, lo que permite esperar que en el presente año éstas aumenten en mayor medida.
Al parecer del investigador Jin, China está experimentando un cambio histórico en la captación de capitales extranjeros. Este cambio se manifiesta en una serie de desplazamientos en las operaciones de inversión. En primer lugar, el grueso de las inversiones está trasladándose de las empresas de procesamiento a las empresas de tecnologías punta; en segundo lugar, el interés exclusivo en la absorción de inversiones foráneas está cediendo terreno al interés por introducir experiencias en administración y especialistas en este campo; y en tercer lugar, junto a la tradicional captación de capitales para la industria fabril, está surgiendo una captación cada vez más importante de fondos destinados al sector servicios. A estos tres factores hay que añadir, por una parte, la creciente apertura de las industrias de tecnología punta y de servicios a las inversiones extranjeras; y, por otra, la necesidad de transformar las empresas estatales chinas mediante la introducción de tecnologías avanzadas y métodos administrativos de eficacia probada, lo que constituye terreno abonado para este tipo de inversiones. Todo ello permite augurar que la captación de inversiones foráneas se incrementará en mayor medida:
«Los elementos fundamentales para atraer inversiones extranjeras siguen siendo los mismos: el bajo costo de la mano de obra y el enorme potencial del mercado chino. Pero además hemos ampliado la apertura del sector servicios con la esperanza de que resulte más atractivo para los inversores extranjeros. La banca, por su parte, está acelerando la introducción de capitales extranjeros, y lo mismo están haciendo otros sectores, entre ellos la educación y la sanidad pública.»
En los últimos 20 años, China ha aumentado su captación y utilización de inversiones extranjeras a gran velocidad. El año pasado, las inversiones foráneas reales en nuestro país sumaron los 53,500 millones de dólares. En el 2002, es decir, un año después de nuestro ingreso en la Organización Mundial del Comercio, China fue el país que atrajo más capitales extranjeros.
Pero debido a la epidemia del SARS y a otros factores, en la primera mitad del año pasado las inversiones extranjeras reales sufrieron un incremento negativo durante cinco meses consecutivos.
A pesar de ello, en el 2002, la importaciones y exportaciones chinas subieron un 30%, mientras que el valor de los contratos ascendió un 39%. En opinión del investigador Jin, estos porcentajes indican que en la captación de inversiones foráneas no se ha producido ralentización alguna. Sus pronósticos para este año son optimistas:
«En el año 2004, nuestro país puede esperar que las inversiones captadas aumenten en mayor medida; de hecho, creo que los índices de este año superarán a los mejores del año 2002.»
Jin Bosheng añadió que los Juegos Olímpicos que Beijing organizará en el 2008, la celebración de la Exposición Mundial del 2010 en Shanghai, así como las medidas adoptadas por el Gobierno chino para explotar el oeste del país y revitalizar los viejos centros industriales del nordeste de China, son factores que, junto con otros, ofrecen a los empresarios extranjeros más oportunidades de hacer negocios. La confianza con la que los empresarios extranjeros contemplan sus inversiones en China está viéndose potenciada por la mejora constante del ambiente inversor y la garantía que supone la continuidad de la estabilidad política y social de nuestro país.