Los captialistas rojos

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En la China actual hay una alianza entre poder y dinero que pivota sobre la burocracia. Sin duda, que los miembros del PCCh que se han vuelto «revolucionariamente» ricos sigan siendo «rojos» o no es algo que se determina sólo por su aceptación del mandato unipartidista. Dar la bienvenida a los «capitalistas rojos» no implica, por lo tanto, una democratización. Lo más probable es que esas personas busquen fortalecer sus privilegios antes que promover el pluralismo y el gobierno de la ley. El totalitarismo es su medio de vida. Es esto lo que la teoría de las Tres Representaciones abarca…

Por Bao Tong
Revista Autogestión publicado el 29/12/2002

Han pasado dos años desde que el Partido Comunista Chino (PCCh) reveló su nuevo credo ideológico, llamado las Tres Representaciones. ¡Qué buena fortuna que la doctrina más sagrada, la que más abarca y es la más poderosa, construida alrededor del triunvirato de «los intereses de la mayoría del pueblo», la «cultura avanzada» y «las fuerzas productivas avanzadas», encontrase a un partido político que la representase! Buena fortuna, claro está, para el PCCh, no para China y su pueblo.

Las Tres Representaciones tienen varias versiones oficiales, cada una de las cuales incluye las palabras «siempre», «China» y «representación». Su significado es claro. Por otro lado, las frases «la mayoría del pueblo», «cultura avanzada» y «fuerzas productivas avanzadas», así como algunas otras frases que predominan en la doctrina, resultan vagas, quizá deliberadamente. El sentido común sugiere que «la mayoría del pueblo», a quienes el PCCh supone «representar», debería incluir a los trabajadores. Pero hace mucho tiempo que el PCCh abandonó a los trabajadores. ¿Cuántos de ellos perdieron su trabajo el mes pasado? ¿A cuántos se les forzó al retiro prematuro? ¿Cuántos accidentes hubo en las minas? ¿Cuántas protestas laborales? ¿Quién encarceló a sus organizadores? El «representante de las Tres Representaciones» rehusa responder. Las protestas y las huelgas de los trabajadores son «revueltas». Quien quiera que reporte tales eventos es «antirrevolucionario».

Lo mismo es verdad cuando se trata de la relación del partido con los campesinos, quienes proveyeron los soldados y los suministros que le hicieron falta a Mao Tse Tung durante batallas que duraron décadas enteras. Los campesinos apoyaron a Mao porque el PCCh les prometió tierras. Pero Mao decidió quitarles la tierra incluso antes de que les fuese entregada. Los «representantes» de los campesinos son los nuevos terratenientes.

En una China en la que no hay democracia, el sentir de los estudiantes es un barómetro político clave. A diferencia de los trabajadores o de los campesinos, entre los estudiantes se encuentran personas de todas las clases sociales, así que cualquier cosa que los movilice representa el enfoque de la sociedad en ese momento dado. Entre el 15 de abril y el 4 de junio de 1989, los estudiantes que se manifestaban en la plaza Tiananmen, y sus partidarios, realizaron la encuesta de opinión más triste jamás vista en la historia de China, al expresar la voluntad común de terminar con el totalitarismo, de construir la democracia y de eliminar la corrupción.

Aquellos que defienden la sangrienta represión de esos estudiantes no tienen ningún derecho para autonombrarse representantes de la mayoría del pueblo. Que digan que «siempre representan la dirección progresista de la cultura avanzada» no es más que otra grandiosa y vacía declaración. La cultura china se extiende tres mil años hacia el pasado y quizá se extienda otros miles de años hacia el futuro. ¿Está destinada a ser «siempre representada» por un solo partido político?

No sé lo que pueda ser «la dirección progresista de la cultura avanzada», pero la cultura avanzada no tuvo nada que ver con la campaña de Destrucción de la Mala Hierba, el Movimiento Antiderecha o la campaña de Eliminación de Demonios y de la Herejía del Mal inspiradas por el PCCh. Tal oscurantismo sólo genera una cultura de una uniformidad frustrante. Como los brotes de pasto bajo las piedras, la cultura sabe cómo y en qué dirección buscar la luz. No necesita ser «representada».

De entre las Tres Representaciones. el significado más claro se extrae del compromiso del PCCh de «representar siempre las demandas de las fuerzas productivas avanzadas». Esto significa representar los intereses de los «da-kuan», ésos que se volvieron ricos de la noche a la mañana, por lo general a través de las conexiones con el gobierno. La frase no tiene mayor significado.

La unión existente en la China actual entre el dinero y el poder se origina en la estable inflación de la burocracia. Antes del Gran Salto Adelante los ayuntamientos apenas podían darse el lujo de tener algunos cuantos directivos a tiempo completo. Hoy en día, cada municipio tiene cientos de ellos. Su salario básico es pagado por el Gobierno central, pero las bonificaciones y los beneficios extras dependen de las contribuciones que las «fuerzas productivas avanzadas» realizan a nivel municipal y local. Todas las cosas que los ricos le piden al PCCh pueden considerarse «demandas de las fuerzas productivas avanzadas».

Incluso si la corrupción fuese menor, la idea de representar a «las fuerzas productivas más avanzadas» es errónea. Imagínense que el Comité Olímpico representase sólo los intereses de los ganadores de medallas de oro, o que el Ministerio de Educación representase sólo a los programas de posdoctorado pero ignorase a las escuelas de educación elemental. Que el sector de alta tecnología que se encuentra en la cúspide de la pirámide económica sí sea importante no significa que los sectores tradicionales que se encuentran en la base dejen de ser su cimiento.

Se está forzando a que una sociedad cada vez más plural exista en una estructura pétrea que permite sólo una voz, una clase de necesidades y un tipo de intereses: la voz, las necesidades y los intereses del partido. Pero la teoría de las Tres Representaciones es, de cualquier manera, necesaria, porque surgió una nueva situación. Cuando el PCCh llegó al poder en 1948, podía argumentar que incorporaba al socialismo, al marxismo y a la misión histórica del proletariado. Cincuenta años después, las ventajas del socialismo, la verdad del marxismo y el carácter proletario del partido han sido ya retados irrebatiblemente.

Entonces, las Tres Representaciones son un intento por salvar el mandato unipartidista. Se puede dudar del socialismo, pero no se pueden poner en duda a las «fuerzas productivas avanzadas». Puede que uno no crea en el marxismo, pero debe creer en la «cultura avanzada». El PCCh ya no representa a los trabajadores y a los campesinos, pero puede representar a «la mayoría del pueblo», incluyendo a los «capitalistas rojos».

Sin duda, que los miembros del PCCh que se han vuelto «revolucionariamente» ricos sigan siendo «rojos» o no es algo que se determina sólo por su aceptación del mandato unipartidista. Dar la bienvenida a los «capitalistas rojos» no implica, por lo tanto, una democratización. Lo más probable es que esas personas busquen fortalecer sus privilegios antes que promover el pluralismo y el gobierno de la ley. El totalitarismo es su medio de vida. Es esto lo que la teoría de las Tres Representaciones abarca.