El trabajo se ha convertido en mercancía a pesar de ser el único creador de riqueza y elemento dignificador del ser humano. El 10% de la población mundial acapara el 85% de la riqueza mundial y, de ellos, el 1% concentra el 50% de toda la riqueza.
Luchar contra las causas del hambre y del empobrecimiento pasa por denunciar las estructuras e instituciones que lo ocasionan, mediante la concentración ilegítima del control de los recursos (tierra, energía, capital, información y tecnología) en cada vez menos manos; denunciar la imposición de un paradigma tecnocrático que oprime a los pobres; denunciar el capitalismo financiero especulativo y usurero, que utiliza la deuda para imponer a los estados planes de ajuste que necesita esta nueva fase del capitalismo.