Me resulta indignante la exposición que, sobre el drama de la inmigración, ha realizado la Cruz Roja. No porque no diga algunas verdades, que las dice, aunque –como corresponde- lo haga en letra pequeña. ..
Me resulta indignante la exposición que, sobre el drama de la inmigración, ha realizado la Cruz Roja. No porque no diga algunas verdades, que las dice, aunque –como corresponde- lo haga en letra pequeña. Por ejemplo: el porcentaje de universitarios entre los inmigrantes es superior a la media de la ciudadanía; o que todavía hay más españoles fuera de España que inmigrantes entre nosotros.
Creo que podría llamarse la exposición de la suavidad. Es como si una madre a la que le acaban de matar un hijo no gritara y recitara una bucólica poesía. ¡Daría asco! Un anciano religioso dice que la oración es un grito. Como el de Jesús en el Huerto de los Olivos.
Sí, es una exposición «blandy-blue». Blanda-blanda… con el dolor del prójimo.
No es de recibo es que no salgan los muertos. En las aguas canarias y del estrecho hay una auténtica fosa común. Criticamos que en los tiempos de los nazis la población dijera que no sabía qué ocurría, pero hoy nosotros hacemos lo mismo. No salen los cadáveres, ni los entierros de «inmigrante numero…». Sin derecho a la identificación, ni a la repatriación…
No es de recibo que no se señalen responsabilidades. No sale que es más caro viajar en patera que crucero de lujo. No sale la mafia bancaria. No sale la explotación de unos inmigrantes a otros: envíos de dinero, realquileres, etc. No sale la mafia de los alquileres. No salen las camas calientes (alquiler de 8 horas de cama) ni las sillas calientes de los sótanos de los locutorios en grandes ciudades. No sale que los inmigrantes pagan por vivir en garajes sin cuarto de baño como por un piso cualquiera. No salen las mujeres forzadas a la prostitución. No salen los miserables salarios. No salen los que mueren a cinco metros de la playa. No salen los que «caen» al mar cuando llegan las patrulleras. No salen ¡las víctimas!
No es de recibo es que no se hable de las causas políticas del problema. Un pesquero tinerfeño recibió amenazas porque recoger inmigrantes podría suponer que su carga de pescado quedara en cuarentena. Si no hubiera hambre no habría estas migraciones. Nadie emigra por gusto. Nadie abandona su familia y su tierra por capricho. Es el sistema económico internacional el que ¡exige! que haya emigraciones. El hambre, es verdad, es un problema político.
La que sí que sale es Cruz Roja. No Cáritas. No los guardias civiles con baja por depresión. No el «padre pateras». No los gestos de denuncia que también ha habido. No el pueblo que espontáneamente atendió a los inmigrantes dándoles comida y metiéndose en el agua. No el pescador Ambrosio que subió, contra la ley, a su barco a unos inmigrantes…
Sí, ya sé que Cruz Roja dice que no se mete en política, pero ya decía alguien que «en política no es que nos metamos o no, es que estamos ya, queramos o no». Por eso, más que «roja» esta cruz me parece «blanda». Y, por tanto, no es Cruz. Quizá por eso recortaron la cruz. Para poder manipularla. Y quizá por eso no tengan razones para tener vergüenza l