No se puede hacer un estudio de vivienda sin analizar el salario y trabajo digno. Un tercio de los trabajadores en España, que recibe el Salario Mínimo Interprofesional no pueden acceder a una vivienda digna si no es a costa de altas hipotecas, lo cual siempre provoca que entre en riesgo de ser pagadas.
El alquiler es una salida que quiere potenciar el mercado laboral. El mercado exige una mayor flexibilidad laboral, y esto está en contra de la estabilidad que proporciona la vivienda en propiedad. No obstante, los altos precios de los alquileres hacen que muchos trabajadores no puedan acceder a viviendas dignas.
Se especula con la vivienda, principalmente protagonizado por constructoras y Banca. También especulan los pequeños consumidores y lo peor de todo, que es lo que estamos viendo en los casos de corrupción que se están destapando, especulan las entidades públicas, sobre todo Ayuntamientos. La vivienda es la gallina de los huevos de oro de la cual todos quieren sacar tajada.
Hoy más que nunca hace falta una política al servicio de las necesidades de la persona. La política se ha rendido a las necesidades del capital. Eso crea excluidos del sistema (es la política del descarte, de la que tanto nos habla el Papa). Por lo tanto es necesario potenciar nuevas formas, exigir a las entidades públicas que favorezcan políticas para que sea posible adquirir una vivienda en propiedad.