Un curso dedicado a lo que no cuentan las clases de historia
Tras las raíces cristianas de Europa están generaciones y generaciones de pobres que, iluminados por el Evangelio, han creado un importante legado de solidaridad, justicia, libertad y amor a la verdad.
Profesores como Juan Velarde, Carlos Díaz, Heleno Saña o José Adrés-Gallego… recuerdan el testimonio de solidaridad de los pobres en instituciones como los gremios, los concejos, el movimiento obrero,… que están en el origen de la cultura democrática y la defensa de la dignidad de toda persona.
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Del 26 al 31 de julio el XXV Aula Malagón Rovirosa acoge el curso “Somos Historia: el protagonismo de los pobres en la Historia” que profundiza en las raíces en la cultura de los pobres de la democracia y de la defensa de los más débiles. La temática de este curso abarca desde las raíces bíblicas y filosóficas de la idea de Justicia, a los antecedentes de la democracia y los derechos humanos en instituciones como los gremios, los concejos castellanos o las asociaciones del Movimiento Obrero.
Profesores como Juan Velarde, Carlos Díaz, Heleno Saña o José Adrés-Gallego… recuerdan el testimonio de solidaridad de los pobres en instituciones como los gremios, los concejos, el movimiento obrero,… que están en el origen de la cultura democrática y la defensa de la dignidad de toda persona.
Las ponencias se complementan con visitas culturales a la comarca de Sepúlveda (Segovia) y una visita teatralizada por la ciudad de Madrid, descubriendo las huellas de la cultura de la solidaridad en diversos lugares. Además de la participación en la difusión de cultura solidaria, como actualización viva de la militancia de los pobres a favor de la justicia.
Todo el curso pone en evidencia que tras las raíces cristianas de Europa están generaciones y generaciones de pobres que iluminados por el Evangelio han creado un importante legado de solidaridad, justicia, libertad y amor a la verdad. Entre ellos son los trabajadores y las madres cristianas quienes han dejado una huella más profunda por su entrega y creatividad, que continúan presentes en el arte, el folclore, la espiritualidad y las instituciones.