La compañía Wall Disney se ha visto obligada a afrontar duras denuncias de explotación laboral en China, ante el temor de que supongan una amenaza a su imagen amable de ´fábrica´ de ilusión y de entretenimiento para los niños.
La compañía de medios y entretenimiento fue acusada por las precarias condiciones de trabajo en sus fábricas del lejano Oriente
El Comité Nacional del Trabajo ha sido el último en realizar acusaciones contra la empresa estadounidense, en una dura rueda de prensa celebrada en Nueva York, en la que mostró videos sobre las precarias condiciones de trabajo de las factorías chinas que producen productos Disney.
Casi inmediatamente, la compañía, inmersa desde hace meses en un esfuerzo de mayor transparencia, anunció la contratación de un equipo de auditores externos para investigar las condiciones laborales de las empresas subcontratadas en el país asiático.
Los testimonios exhibidos por la organización neoyorquina muestran un panorama terrible de las condiciones de salud y trabajo en las factorías, con jornadas de trabajo de entre 10 y 13 horas y salarios por debajo del mínimo legal, unos 33 centavos de dólar por hora.
Los testimonios muestran un panorama terrible de las condiciones de salud y trabajo en las factorías, con jornadas de trabajo de entre 10 y 13 horas y salarios por debajo del mínimo legal, unos 33 centavos de dólar por hora. |
Los vídeos, en los que se ven empleados con la cara oscurecida para evitar represalias, están grabados en una fábrica donde se imprimen libros de Disney, perteneciente a la empresa Hung Hing y ubicada en Shenzhen.
En esta factoría se producen de cuatro a cinco accidentes a la semana, y en algunos de los casos los empleados han llegado a perder dedos, según el relato.
«Y en lugar de cambiar o mejorar las máquinas, la empresa opta por contratar a otros trabajadores, de manera que los accidentes continúan», dijo a la prensa el coordinador del Comité, Billy Hung.
En algunas fábricas «las mujeres no tienen derechos legales por maternidad, algunos viven en construcciones rudimentarias, durmiendo en literas y comiendo comida horrible de la cantina», explica el informe.
«Los trabajadores a menudo se desmayan por el agotamiento y por el insoportable calor de las fábricas, y no se les reconoce ningún derecho de asociación ni de afiliación», añade.
En informe y los testimonios han sido remitidos al Comité por un grupo defensor de los Derechos Humanos de Honk Kong, conocido como «Estudiantes Contra la Mala Conducta Corporativa», que ha entrevistado a 120 empleados en cuatro provincias del sur de China.
En un comunicado difundido hace unas horas, Disney aseguró que se tomaba «muy en serio» las denuncias, y anunciaba una amplia investigación para conocer cuáles son las condiciones de trabajo de las empresas que subcontrata en China.
«Walt Disney tiene unos códigos de conducta y unos estándares laborales muy altos para nuestras empresas subcontratadas en el mundo, por lo que encargaremos una auditoría independiente a la entidad sin ánimo de lucro Verite,» afirmó.
Estas denuncias coinciden con la próxima apertura, el 12 de septiembre, del nuevo parque de atracciones de Disney en Hong Kong, que ha generado además críticas de varias organizaciones conservacionistas.
Los ecologistas denunciaron que en los restaurantes del parque en construcción se servía sopa de aleta de tiburón, que los fuegos artificiales violan todas las normas de contaminación acústica y ambiental, y que se habían exterminado los cerca de medio centenar de perros que vagaban, sin dueño, por la zona.
Estos hechos suponen un nuevo golpe a la delicada situación empresarial que atraviesa Wall Disney, especialmente por la convulsión en la dirección de la compañía.
En marzo pasado, en la reunión anual de accionistas en Filadelfia, el 43 por ciento de los accionistas votó contra la permanencia del director ejecutivo Michael Eisner, quien dejará la compañía el 30 de septiembre, un año antes de lo previsto.
A ello se unen otros problemas, como la oferta de compra hostil de la empresa hecha en febrero por la mayor compañía de televisión por cable de los EE.UU., Comcast, o la decisión adoptada por la empresa de animación Pixar de buscar una nueva distribuidora para sus películas, tras expirar el contrato con Disney.
EFE
lunes 22 de agosto de 2005