Laicismo: el nuevo credo. Esta es la idea conductora de la asignatura «Educación para la Ciudadanía», asignatura que quiere imponer el Gobierno ZP y que será obligatoria.
Laicismo: el nuevo credo. Esta es la idea conductora de la asignatura «Educación para la Ciudadanía», asignatura que quiere imponer el Gobierno ZP y que será obligatoria.
Con el laicismo como punto de partida y la supresión de toda referencia a Dios no es extraño que los autores del documento impulsor de esta materia propongan al Ejecutivo que busque «un mínimo común ético como obligatorio para todos», que sea, a la vez, «un parámetro de valoración de los demás valores diferenciales, legítimos y merecedores de respeto siempre que no entren en contradicción con ese mínimo común». Así, el baremo de conducta moral obligatoria que se impondrá desde Educación para la Ciudadanía servirá para dictaminar qué conductas son merecedoras o no de «respeto».
Y la piedra de toque de la moral social, ese mínimo común obligatorio, será el laicismo, que no la laicidad. Los alumnos españoles deberán distinguir entre una «moral pública» (que tendría que ajustarse a los criterios laicistas del Estado) y una «moral privada» (que restringe al anonimato la religión y la fe). ¿No les parece que es para acabar esquizofrénicos?
Es así que a los escolares se les podrá enseñar que el aborto, la eutanasia, el divorcio o el matrimonio homosexual son conductas aceptables y permitidas, porque no se obliga a nadie a que aborte, se divorcie o se case con alguien de su mismo sexo, aunque estén en abierta oposición a lo que les dice la ética natural y, en el caso de ser creyentes, a su fe y su moral.