El ABAD de MONTSERRAT 'COLABORA' en la ESTRATEGIA de POLANCO y del PSOE de DIVIDIR a la IGLESIA

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Es lamentable que un hijo de la Iglesia, nada menos que el abad de Montserrat, entre en el sucio juego que Polanco y el PSOE están desarrollando implacablemente contra los católicos en España. Y es aún más desagradable que esas críticas –injustas- a la Iglesia se hagan públicas de la forma en que se han hecho.
Un católico que medianamente ame a su madre, la Iglesia, con sus luces y sombras se queda anonadado al leer la entrevista que publicó El País el domingo 27 de agosto de 2006. Con dolor se observa como  el P. Josep M. Soler, actual abad del Monasterio de Montserrat, contesta a las retorcidas preguntas de la vocera del grupo Prisa Mª Antonia Iglesias sin mostrar, objetivamente, un ápice de amor por la Iglesia y sus pastores.  Todo esto nos obliga a contestarle públicamente.

Sin entrar todavía en el contenido de la entrevista merece la pena detenerse en la entrevistadora para comprender la malsana intención de todas sus preguntas. Esta señora, fue responsable de RTVE en tiempos de Felipe González, demostrando cumplidamente su sectarismo y su servicio al poder. Cuando el PSOE pasó a la oposición nunca se la oyó ni una autocrítica del felipismo: nada sobre el terrorismo de Estado de los GAL y los innumerables casos de corrupción que llenaron de mierda las tuberías del PSOE. La Sra. Iglesias ha sido una de las principales gestoras de la maquiavélica relación entre el PNV, el PSOE y Polanco. Fue y es una de las impulsoras de la estrategia de defenestración de Nicolás Redondo Terreros que sirvió tanto para dar aire al nacionalismo vasco del PNV y de Batasuna -como los hechos demuestran- como para facilitar los negocios «político mediáticos» entre PNV y Polanco.  Esta señora es a quien el P. Soler le concede una entrevista diseñada minuciosamente para atacar a la Iglesia. Nos asombra la escasa sensibilidad eclesial del abad que se pone a disposición de estos grupos de presión atacando a la Iglesia, de la que es un representante importante.


Por otro lado es deplorable la escasa humildad del abad al hablar de los defectos o errores que está cometiendo la Iglesia española. Es como si él se situara inmaculadamente fuera de «esa iglesia pecadora» y desde una posición de absoluta inmunidad realiza un ataque injusto por falso y sectario. No hace falta recordarle al P. Soler, cuando critica el presunto nacionalcatolicismo de algunos obispos españoles, el importante papel que jugó la orden benedictina en la «cruzada» franquista. No hace falta recordarle al P. Soler que hubo catalanes contra Franco y con Franco, entre otros el famoso Tercio Montserrat  de requetés que desempeñó un papel destacado en la conquista de Cataluña por el ejército franquista.  No hace falta recordarle al P. Soler que no solo hubo un nacionalcatolicismo españolista sino que hubo y hay un nacionalcatolicismo catalanista, tan deplorable como el españolista, al que él hace el  juego estupendamente, y que siembra división y exclusión. En tiempos más recientes, tampoco hace falta recordarle, el papel que ha jugado su Monasterio en la tregua de ETA  en Cataluña –no en el resto de España-  cuando el impresentable Carod Rovira se entrevistó con la cúpula de ETA. Por todo ello animamos al P. Soler que se aplique la virtud de la humildad antes de despellejar a sus hermanos en la fe.


También nos extraña que una persona que ama a su madre la Iglesia acepte siquiera el tono de las preguntas de la entrevistadora. Es desde el principio insultante para lo cristiano. No sabemos si el abad ha sufrido una especie de «síndrome de Estocolmo» polanquista. Le ponemos delante los  insultos de la entrevistadora a la Iglesia para que los contemple despacio: Iglesia provocadora de confrontaciones; huele a nostalgia de nacionalcatolicismo de los tiempos de la dictadura;  (la Iglesia) muerde la mano  (el estado) que la da de comer; la iglesia no quiere o no puede liberarse  del recurso a la explicación mágica, infantil de la experiencia religiosa; la Iglesia mantiene una pedagogía ininteligible del Evangelio, no conoce la misericordia; la Iglesia monástica mantiene un contumaz silencio sobre la actitud de la jerarquía;(existe una) síntesis total entre las tesis del PP y la actitud de la Jerarquía, etc


¿Usted necesitaba que se le oyera y ha sacrificado su eclesialidad a eso? No lo entendemos. Suponemos que usted es consciente de las repercusiones que tienen sus declaraciones. Además se permite el lujo de insultar a ciertas regiones de España dejándose llevar por un insoportable aire de superioridad «catalanista» cuando menciona el radicalismo mesetario (Castilla y demás) o frente a la superstición gallega. Con esto, nuevamente, demuestra una importante incompetencia o tara pastoral.


Por otro lado podemos compartir con usted el lamentable papel que están jugando algunos programas estrellas de la COPE, no tanto en el ataque al gobierno del Prisoe, como por la insultante forma de tratar las injusticias sociales, especialmente el tema de la inmigración, el paro y la precariedad,  el genocidio del hambre, o la forma en que se han identificado con el gobierno israelí en la guerra del Líbano, olvidando las palabras del Papa a favor de la paz incondicional. Incluso podemos compartir el juicio del peligro de que se pueda o se quiera, desde estos programas,  identificar a la Iglesia con el PP. Bien que le interesa al PP  y nada a la Iglesia. Pero todo esto no justifica la defensa que usted hace de la cadena SER. ¿Usted es consciente de la campaña de acoso y derribo a la cultura cristiana que está realizando el grupo PRISA de Polanco?


Nos parece inaceptable el tono y la mayoría de sus posicionamientos, empezando por una acusación indirecta de que la jerarquía de la Iglesia española no quiera ayudar a las personas y sí mantener cuotas de poder, como las que tuvo en la época de Franco. Eso es mentira.


Usted quiere meter a la Iglesia, que le molesta, en la sacristía, pero bien que se despacha hablando de política. Dice usted que la Iglesia solo debe hablar del carácter transcendente de la persona. Niega la mayor. La Iglesia, respetando la autonomía de lo político, puede y debe hacer juicios morales que orienten a los fieles y a la sociedad en general. 


Rechazamos sus acusaciones de que haya un sector de la jerarquía que quiera un estado confesional, eso también es mentira. Es evidente el proceso de secularización de la sociedad provocado por el materialismo, el consumismo, etc. y eso es un reto para la labor pastoral, pero también es evidente que hay un ataque planificado contra los valores cristianos: dignidad de la vida humana, solidaridad, justicia, fraternidad, etc. y el gobierno del PSOE es protagonista directo de este sectarismo antirreligioso. Sin embargo, usted parece desconocer la evidencia de los hechos. Tenga en cuenta, cuando critica pastoralmente a la Iglesia y justifica al poder político, que  la sociedad catalana es la más secularizada de España y eso le afecta a usted, a no ser que sea más catalanista que cristiano.


También rechazamos su apología del relativismo y del subjetivismo que hace cuando pide revisar ciertos aspectos de la moral católica. ¿Qué revisamos? ¿El aborto, como ha hecho Cristina López (la de la COPE) justificándolo en parte? ¿Revisamos el asesinato de embriones humanos? ¿Revisamos el sacramento de matrimonio? ¿Revisamos la eutanasia y la eugenesia? ¿Revisamos todo y lo ponemos como lo hace el nuevo estatuto de Cataluña? O, ¿hacemos como si lo que dice el Estatut no afectara a la moral católica y diera todo igual?


Usted acepta la mentira que le propone la entrevistadora sobre la financiación de la Iglesia  y le  notamos un poco vacilante en el tema de la pobreza evangélica. Esto nos parece lógico, siendo Montserrat la cuna que amamanta al nacionalismo burgués catalanista. ¿Qué le parece si empezamos por enajenar el Monasterio de Montserrat y se lo vendemos a la Generalitat?


Esperamos y deseamos que el P. Soler recapacite sobre sus declaraciones y no tenga pudor en pedir perdón públicamente ante sus hermanos y ante la sociedad.


 


Cristians Autogestionaris de Catalunya
Movimiento Cultural Cristiano
Partido SAIn