La mayoría son pequeñas y medianas empresas, que son las que dan trabajo en España. Detrás de estas cifras hay un verdadero drama humano.
El número de empresas que se acogió a un concurso de acreedores aumentó un 35% en 2012 hasta alcanzar las 7.233 compañías, la mayor cifra jamás registrada.
El Barómetro concursal presentado por PWC indica que 20 compañías al día entraron en concurso el año pasado. El informe indica que fue en la última parte del año cuando se dispararon las insolvencias. Entre octubre y diciembre, 2.228 compañías se declararon en concurso, la cifra más alta de la historia.
El responsable del informe, considera que la situación económica, en general, y la que vive el sector financiero, en particular, son los responsables del nuevo incremento de los concursos de las empresas. «Cada vez existe menos margen para la refinanciación de la deuda» tanto para las compañías, que llevan muchos meses con un deterioro en sus cuentas de resultados, como para las entidades financieras, que tienen «serias restricciones para proporcionar dinero nuevo a las empresas», explica.
El sector de la construcción y el inmobiliario siguen liderando el ranking. El 42% de las compañías concursadas en 2012 estaba vinculada con el ladrillo, un porcentaje muy similar al registrado el año anterior. El sector de la distribución, del servicio y de la industria también destacaron por su número elevado de insolvencias.
La mayoría de empresas concursadas se enmarcan en la definición de pyme, algo lógico si se tiene en cuenta que más del 90% de las compañías españolas tienen la consideración de pequeña o mediana empresa.