La inmigración ha generado un auténtico mercado de esclavos, muy lucrativo, que beneficia a toda la sociedad española: puestos de trabajo en condiciones inhumanas; alquiler de pisos en condiciones de hacinamiento; prostitución de la que se benefician especialmente los periódicos con sus anuncios, auténticos proxenetas; cuidado de ancianos y niños en condiciones de semiesclavitud.
1. La inmigración enriquece a la economía española. Con aportación de mano obra joven y sana. Nuestra tasa de natalidad es la segunda más baja del mundo.
2. La inmigración es un robo a los países empobrecidos. Les robamos sus riquezas naturales y financieras; además, pierden la única posibilidad de una lucha por su dignidad: sus gentes.
3. Los organismos internacionales afirman que la Unión Europea necesita inmigrantes para sostener su crecimiento demográfico y económico.
4. La inmigración en España no quita puestos de trabajo. Sectores enteros, como la construcción entrarían en crisis si no dispusieran de inmigrantes semiesclavizados.
5. Mientras no se acabe con el hambre habrá inmigración. Las personas no emigran por gusto sino por necesidad. De eso sabemos bastante los españoles, ¿NO?
6. La legislación sólo considera persona a quien tiene contrato. Los demás son infrahumanos.
7. La inmigración ha generado un auténtico mercado de esclavos, muy lucrativo, que beneficia a toda la sociedad española: puestos de trabajo en condiciones inhumanas; alquiler de pisos en condiciones de hacinamiento; prostitución de la que se benefician especialmente los periódicos con sus anuncios, auténticos proxenetas; cuidado de ancianos y niños en condiciones de semiesclavitud.
8. Los medios de comunicación alimentan permanentemente la xenofobia y el racismo ocultando las verdaderas causas del hambre y la inmigración.
9. Los partidos políticos parlamentarios y los sindicatos mantienen un silencio cómplice y genocida con el asesinato en las fronteras de Ceuta y Melilla, con la prostitución y las mafias que esclavizan a miles de personas, especialmente mujeres, en España.
Desde 1989 han muerto en el Estrecho 10.000 personas. ¿Te enteras, Zapatero?