La Junta de Castilla y León para la “Cúpula de la Energía” de la “Ciudad del Medio Ambiente”, un proyecto de 100 millones junto al Duero sin un destino definido.
Otra obra destinada a recibir dinero público sin un fin claro.
Lo llaman la Cúpula de la Energía, pero bien podría ser la máquina del tiempo. Hasta ayer, los obreros se afanaban para levantar siete edificios emblemáticos en un soto deshabitado junto al Duero en Soria.
La Cúpula de la Energía representa una semiesfera blanca descompuesta en 10 bloques. Iba a ser el “campus institucional” de la Ciudad del Medio Ambiente de Soria, un proyecto mucho mayor que incluía 800 chalés, hoteles, zonas deportivas, un polígono industrial… Todo sostenible y ecológico. Lleno de paneles fotovoltaicos, calefacción con biomasa, diseños bioclimáticos y reciclaje.
La idea era “integrar un nuevo núcleo urbano en el medio natural”, según Nicolás Alonso, gerente de la Ciudad del Medio Ambiente. Los aparcamientos semienterrados tienen punto de carga eléctrica en cada una de las 709 plazas de garaje. El año pasado en España se vendieron 484 coches eléctricos, por lo que casi toda la flota del país podría acudir a Soria a repostar sin problemas. Las obras están en el municipio de Garray, a seis kilómetros de Soria capital, en un terreno casi pantanoso, con una fresneda y en el que crían las cigüeñas.
Mientras las obras de la Ciudad de la Cultura de Galicia están paralizadas y la de la Artes en Valencia languidece, el empeño de la Junta de Castilla y León permitió salvar hasta ahora los recortes de gasto público.
El director general de Calidad y Sostenibilidad Ambiental de la Junta, José Manuel Jiménez Blázquez, coincidía entonces: “Hemos paralizado y ralentizado una parte, pero parar una obra no es tan sencillo ni tan barato. ¿Qué va a ocurrir en seis meses o un año? No lo sabemos”. No hubo que esperar un año. Jiménez Blázquez avisó de la decisión del Consejo de Gobierno del día anterior. “Me avisaron ayer de que paralizamos temporalmente las obras de la Cúpula de la Energía y destinamos el dinero a acabar el suelo industrial”.
Los siete edificios de la Cúpula de la Energía tenían un destino vago. El consorcio aseguraba que habría un centro de congresos, uno de formación de profesores, otro de formación en biomasa, un tercero de energía eólica y que acudirán allí a instalarse empresas de software que no podían desvelar. Las cúpulas costarán unos 20 millones, de las que ya hay un tercio construido.
Autor: Rafael Méndez