El papa Francisco denunció en un duro discurso la falta de voluntad en los Estados y a otros niveles para acabar con el hambre en el mundo, al recibir a los dirigentes de la FAO y a los participantes en la 39 Conferencia de este organismo que se celebra en Roma.
Francisco comenzó su alocución lamentando que a pesar de que el hambre sea un gran problema en este tiempo de crisis, «vemos crecer por doquier el número de personas con dificultades para acceder a comidas regulares y saludables, pero, en vez de actuar, preferimos delegar, a todos los niveles«.
«Pensamos que alguien habrá que se ocupe, tal vez otro país, o aquel gobierno, aquella organización internacional», agregó, aunque después, no se falte «a una reunión, a una conferencia, a la redacción de un documento» afirmó.
El Papa llamó a «asumir con mayor decisión el compromiso de modificar los estilos de vida, ya que tal vez necesitemos menos recursos».
Francisco hizo notar como «a veces se tiene la sensación de que el hambre es un tema impopular, un problema insoluble, que no encuentra soluciones dentro de un mandato legislativo o presidencial y, por tanto, no garantiza consensos».
Denunció también como algunos países se escudan «tras la cuestión de la crisis económica mundial y la idea de que en todos los países hay hambre» para no colaborar activamente en las soluciones.
Otro asunto que preocupa al papa es el uso de los terrenos y el «acaparamiento de las tierras de cultivo por parte de empresas transnacionales y Estados, que no sólo priva a los agricultores de un bien esencial, sino que afecta directamente a la soberanía de los países».
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