EL TOTALITARISMO LAICISTA

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El laicismo estatal que defienden sectores del PSOE e IU es anticonstitucional, porque imponen una reclusión de lo religioso a la esfera privada sin permitir la libertad religiosa a que todo ciudadano tiene derecho.

Desde hace tiempo en España, pero especialmente desde las pasadas Navidades, los sectarios antirreligiosos han mostrado su verdadero rostro totalitario. Han tirado Belenes a la basura realizados por alumnos de religión; han retirado símbolos religiosos bajo la mentira de que vivimos en una estado aconfesional y que por tanto lo hacían bajo el amparo de la ley. Estos sectarios demuestran su habitual cobardía cuando sólo atacan a los símbolos cristianos porque saben que no van recibir su misma moneda, violenta y sectaria, por parte de los católicos.

Sin embargo silencian su totalitarismo laicista cuando se trata por ejemplo de criticar y ridiculizar al Islam. Esto lo hacen no sólo por utilizar al Islam en contra de la Iglesia católica, sino por miedo a los extremistas islámicos que no dudarán en utilizar la respuesta violenta. El señor Zerolo, por ejemplo no ha dudado en insultar a la Iglesia católica en numerosas ocasiones simplemente porque ha manifestado su oposición moral a las políticas del PSOE en contra del matrimonio, la familia o la educación. Sin embargo calla ante el tratamiento inhumano que hace el Islam de los homosexuales. El Sr. Zerolo además de ser un vividor, es sectario y cobarde.

La aconfesionalidad del estado significa que éste no se identifica con ninguna fe particular pero permite y promueve, bajo el amparo constitucional, la expresión religiosa de sus ciudadanos como derecho fundamental. El laicismo estatal que defienden sectores del PSOE e IU es anticonstitucional, porque imponen una reclusión de lo religioso a la esfera privada sin permitir la libertad religiosa a que todo ciudadano tiene derecho. Su combate a lo religioso se hace al más puro estilo nazi, es decir imponiendo la ideología de un Estado basado en principios al margen de toda fundamentación moral. El laicismo no es neutral religiosamente hablando como pretenden aparentar, es beligerante y violento.

Sin embargo, la persecución religiosa que de forma incipiente está surgiendo en España, no sólo pone de manifiesto el «talante» de estos pseudodemócratas, sino que sirve de acicate para que los católicos vivan su fe con más autenticidad.

Cuando los cristianos se han sentido a gusto con el poder, a la Iglesia no le ha ido bien; cuando los cristianos se enfrentan al poder político y económico es cuando la Iglesia muestra con transparencia su gran mensaje de liberación para el hombre. Hoy millones de cristianos, mayoritariamente pobres, son perseguidos y asesinados en el mundo. Los católicos españoles deben dejar de quejarse por querer vivir tranquilos y deben luchar para que el mensaje cristiano llegue, de verdad, al corazón de cada hombre. Dios es Solidaridad.