En Gran Bretaña debaten sobre el 'ASESINATO A LA INFANCIA'

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…un marketing de la sexualidad, juegos electrónicos y una obsesión más por galardones que por aprendizaje en las escuelas' les está 'envenenando la vida'.

No se los forzará a subir chimeneas o a cazar ratones para ganarse la subsistencia, pero ser un niño en Gran Bretaña parece ofrecer hoy tantos sinsabores como en la más desalmada época de los cuentos de Dickens. Si en el siglo XIX, el trabajo y la productividad del imperio británico primaban sobre las necesidades de los pequeños, en el XXI, el consumismo y el competitivismo de la vida moderna son culpables del «asesinato de la infancia».


Explica Graciela Iglesias en La Nación que estas son las líneas generales de un intenso debate iniciado a raíz de una carta enviada esta semana al matutino The Daily Telegraph por 110 maestros, psicólogos, académicos y autores de libros infantiles con dos serias denuncias: los niños británicos «están siendo empujados a la adultez antes de tiempo» y «un cóctel siniestro de comida junk (chatarra), marketing de la sexualidad, juegos electrónicos y una obsesión más por galardones que por aprendizaje en las escuelas» les está «envenenando la vida».


Entre los signatarios figuran los escritores de best sellers infantiles Philip Pullman, Michael Morpurgo y Josephine Wilson, el secretario general de la Asociación Nacional de Rectores, Mick Brookes y la directora del Instituto de Psicología Neuro-Fisiológica, Sally Goddard Blythe:


«Estamos profundamente preocupados por el creciente número de casos de depresión infantil, problemas de conducta y enfermedades del desarrollo. Estamos persuadidos de que esto se debe a la ignorancia tanto por parte de los políticos como del público en general de las realidades y sutilezas del desarrollo infantil», subrayó la misiva.


«Como los cerebros de los niños están todavía en desarrollo, ellos no pueden ajustarse, como los adultos, a los cada vez más rápidos cambios tecnológicos y culturales. Los chicos necesitan lo que todo ser humano en crecimiento requiere: comida fresca y poco procesada, en lugar de comida chatarra; juegos concretos y no entretenimientos sedentarios frente a una pantalla; experiencias de primera mano del mundo en el cual viven y relaciones con adultos de piel y hueso, no virtuales».


«También necesitan tiempo. En una veloz y ultracompetitiva cultura como la nuestra se espera que los chicos ingresen en la escuela a una edad cada vez más temprana y que pasen por una batería de exámenes desde el nivel primario. Las fuerzas del mercado los empujan, además, a actuar y vestir como miniadultos y los exponen mediante la vía electrónica a contenidos que hasta hace poco se habría considerado inaceptables.»


La carta fue puesta en circulación por Sue Palmer, una ex directora de escuela primaria y autora del libro Toxic Childhood (Infancia Tóxica) y por el doctor Richard House, profesor del Centro de Investigaciones para la Terapéutica Educativa de la Universidad de Roehampton.


Lo hicieron en reacción a los resultados de un estudio del profesor Michael Shayer, de King s College, universidad de Londres, el cual reveló que el promedio de los niños británicos de 11 años , por más que hablan y se visten como adolescentes, tienen un nivel cognitivo de entre dos y tres años más atrás del esperado.


«Este dato nos horrorizó –explicó Palmer-. Lejos de hacerlos madurar, la obsesión de nuestra sociedad por quemar etapas está retrasando el desarrollo intelectual de nuestros niños».


Jacqueline Wilson, una de las autoras de cuentos infantiles que más libros vende en el Reino Unido, se sumó a la campaña motivada por experiencia propia:


«A veces, cuando salgo a firmar libros, algunos chicos me piden que les hable del oficio de escribir. Cuando les digo que es un poco como jugar con la imaginación, me miran con el rostro impávido. No tienen idea de qué les estoy hablando».


Lejos del aire libre


La ausencia de creatividad intelectual, estima su colega Michael Morpurgo, es un síntoma más de una sociedad signada por el miedo: «En el mundo desarrollado estamos pasando por una de las eras más seguras para la niñez . La mortalidad infantil es relativamente baja. Son raros los casos de muerte accidental.Pero seguimos angustiados por su seguridad. Por eso es que los preferimos sentados frente a una computadora en el living que construyendo castillos en el aire en la plaza más cercana».


Paradójicamente, la ausencia de actividades al aire libre reduce la capacidad de los niños para medir riesgos, tomar decisiones y evitar peligros. También afecta sus habilidades para trabar amistades, operar en grupo y resolver conflictos.


La British Medical Association (Asociación Médica Británica) reveló en junio último que 1 de cada 10 menores de 16 años británicos sufre desórdenes mentales. Cerca de 1,1 millón de niños padecen de depresión, anorexia, bulimia, hiperactividad, enojo excesivo y han dado muestras de tendencia al suicidio.


Otro dato se suma para confirmar el «asesinato de la infancia»: Gran Bretaña es el país con el índice más alto de madres adolescentes en el mundo occidental: uno de cada diez nacidos son hijos de una madre de menos de 16 años, en su mayoría solteras. Y esto ocurre tanto en barrios ricos como pobres, en un país donde se permite el aborto y la «píldora del día después» se vende libremente en las farmacias.


El primer ministro Tony Blair dijo que este «drama nacional» cuesta al Estado un promedio de 100.000 dólares por cada embarazo, pero admitió sentirse impotente para revertir la tendencia porque el problema «va más allá de una cuestión de presupuestos y discursos políticos para requerir un compromiso de toda la sociedad».


Adiós a la inocencia


En esto coincide con la asociación de protección infantil ChildLine, que recibe a diario cientos de miles de llamadas telefónicas de niños con problemas. A raíz de lo que ven a través de la publicidad y la televisión, chicos de hasta 12 años de edad dicen sentirse presionados a iniciarse en la vida sexual.


«Cuando no pueden hacerlo porque no están maduros biológica o emocionalmente, algunos recurren al alcohol y a las drogas para darse coraje. Es así como terminan con enfermedades venéreas y embarazos no deseados», explicó su directora, Anne Houston.


Lejos de ser el período dorado de la vida, la niñez parece haberse convertido en algo por superar.


«Cuando los vestimos y tratamos como adultos, el mensaje para los chicos es claro: crecé lo más rápido posible -destacó Morpurgo, autor de 110 libros infantiles -. Estamos desvalorizando tanto a la niñez que pronto vamos a encontrarnos con una sociedad donde valores como la inocencia y la creatividad no van a tener más cabida.»