Es urgente una acción moral liberadora del pueblo

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Es tremendamente triste afirmar que en el siglo XXI el hambre sigue aumentando, siendo una de las mayores canalladas que amenaza la paz en el mundo.

El 80%de la población mundial ha bajado en vida a los infiernos, mientras una pequeña parte de saciados disfrutan de un paraíso construido sobre el expolio y la violencia.
Qué quiere decir esta afirmación: que todo un sistema imperialista formado por empresas multinacionales, organismos internacionales y supranacionales, gobiernos, fundaciones, élites y ONGs coordinados desde diferentes ámbitos y foros controla el comercio, los recursos naturales, la tecnología, la información, los flujos financieros, impone directrices, leyes, tratados, etc. haciendo que una minoría de la población del planeta viva a costa de los recursos y las vidas humanas de la inmensa mayoría de la población del mundo.

Esta injusticia se ha intentado y se intenta maquillar de muchas formas para mantenerse. Son inmorales aquellas propuestas que pretenden ocultar las causas reales que provocan el hambre, como por ejemplo: los falsos mitos del crecimiento de la población, la engañifa de los Objetivos del milenio y ahora los Objetivos de Desarrollo Sostenible (promoviendo políticas de verdadero exterminio de la población empobrecida).

Las falsas ayudas burguesas de los enriquecidos, la cínica Ayuda Oficial al Desarrollo o todos los organismos que supuestamente trabajan para acabar con el hambre tampoco han evitado que este siga aumentando.

¿Cómo es posible matar de hambre a la mayoría de la humanidad con los avances científicos fomentados por la actual revolución tecnológica?. No podemos seguir mirando hacia otro lado, la mentira es demasiado grande para seguir camuflándose. La sociedad de los siglos venideros no nos va a perdonar que con tantos recursos y patrimonios de sabiduría con los que contamos hoy en día, no hayamos intentado superar los principales retos que como comunidad humana tenemos planteados.

Es urgente una acción moral liberadora del pueblo. Ya se ha demostrado que no hay voluntad política para acabar con el hambre. Por tanto, es hora de dar una respuesta política y cultural desde la base de la sociedad que presione fuertemente al poder económico-político para que se cambien las directrices del actual sistema.
Se trata de ir construyendo el “poder de los sin poder”. Necesitamos vivir en la VERDAD, para ser libres y dejar de ser cómplices del mal. Lo que más necesita nuestra sociedad es la promoción y la formación de las conciencias personales y colectivas. “El poder de los sin poder” supone alzar la voz contra la mentira, propia del poder totalitario del que nos quieren hacer prisioneros. Es una llamada a la vida en la verdad, al despertar de la conciencia y a la responsabilidad personal y colectiva.

El historiador Arnold Toynbe ha defendido que los verdaderos progresos de la humanidad los han realizado los débiles con conciencia de fuertes, que se han planteado grandes retos, intentando resolverlos.

Y así es como una pandilla de amigos, dispuestos a jugarse la vida y ser perseguidos y rechazados por la sociedad opulenta de nuestro país, puso en marcha la Campaña por la Justicia Norte-Sur. Un pequeño David frente a Goliat que sigue presionando desde una acción moral liberadora. Después de más de 30 años seguimos luchando para que los países enriquecidos dejen de robar a los países empobrecidos y que se respete la dignidad inalienable de todos los seres humanos. Exigimos que sea un atentado contra la humanidad el hambre, el paro, la esclavitud infantil o que cualquier ser humano sea tratado como una mercancía. Defendemos una auténtica cultura solidaria y de la vida. Estamos aquí para decir que ya es hora de un cambio radical, de un programa político y un comportamiento fundamentalmente moral. ¡Os invitamos a uniros a nosotros!.

Editorial de la revista Autogestión