La esclavitud infantil puede y debe desaparecer si hay voluntad política. Todos somos responsables de luchar solidariamente con los niños esclavos, no tenemos derecho a quejarnos buscando justificaciones o diciendo que no puede se puede hacer nada.
Diario de Noticias, abril 2006/ Samuel Valderrey
Parece que la palabra esclavitud ya la hemos desterrado de nuestro vocabulario, pero ¿qué pasaría si nos dijeran que hoy sigue habiendo esclavitud? ¿Nos lo creeríamos? La palabra esclavitud casi la tenemos reservada para referirnos a hechos históricos, pero… hoy sigue habiendo patronos que tienen a su cargo a varios niños, niños que solamente se deben a él y que tienen que hacer lo que él les diga. Niños que trabajan 12 y 14 horas al día en fábricas insalubres, en burdeles asquerosos, recolectando el azúcar o el café con el que cada día nosotros desayunamos, haciendo los balones y juguetes con los que juegan nuestros hijos, tejiendo la ropa de marca que lucen todo contentos nuestros jóvenes… Hoy existen más de 400 millones de niños esclavos.
Sí, la esclavitud infantil existe, es una realidad, no me lo estoy inventando. ¿Vemos a los niños esclavos? ¿Los queremos ver? ¿Nos los muestran? Una sociedad que permite que la infancia esté esclavizada es una sociedad salvaje, es una canallada que los niños estén trabajando en condiciones de esclavitud, no lo podemos permitir, no hay derecho, no es justo. Hoy la esclavitud infantil moralmente no se puede sostener por ninguna teoría moderna. ¡Es un escándalo! ¿Dónde están los sindicatos? La esclavitud infantil es el primer problema sindical del siglo XXI, pero nuestros sindicatos se desentienden vilmente. ¿Dónde están los partidos políticos? Para éstos la esclavitud infantil no existe, prefieren dedicarse a robar al pueblo con unos sueldos multimillonarios. ¡Bajaos el sueldo! ¿Dónde están los organismos internacionales, la OIT, la Unicef? Piensan que éste es un tema muy complejo y se proponen reducir a la mitad los niños esclavos para el 2015, y mientras los niños esclavos un día más a trabajar.
El trabajo de los niños es jugar y educarse integralmente, como lo ratifican infinidad de convenios y tratados internacionales. La esclavitud infantil puede y debe desaparecer si hay voluntad política. Todos somos responsables de luchar solidariamente con los niños esclavos, no tenemos derecho a quejarnos buscando justificaciones o diciendo que no puede se puede hacer nada. Manifestémonos en contra de la esclavitud infantil y hagamos que nuestros gobernantes, sindicalistas, políticos…, tomen medidas para acabar con este drama, porque tienen recursos suficientes como para hacerlo y sino lo hacen es porque no les da la gana. Por solidaridad con los niños esclavos alcemos la voz de los sin voz.
