¿Qué hay detrás de una etiqueta que dice «vestido a 9 €», o «precios sin competencia»?¿Qué hay detrás de un juguete, o de unas zapatillas, o de un móvil, detrás de una publicidad de alfombras, o de determinadas marcas,…?
Miremos detrás de esas etiquetas, de esos precios, de esa publicidad… Ellos esconden el sudor y la sangre de los esclavos del siglo XXI.
Lo que el papa Francisco define como mercado divinizado, somete a la infancia, somete al hombre, a una violencia política , económica , social y cultural.
«Hoy todo entra dentro del juego de la competitividad y de la ley del más fuerte, donde el poderoso se come al más débil». (EG, 53). Hemos dado inicio a la cultura del «descarte»… Los excluidos no son «explotados» sino desechos, «sobrantes». (EG,53)
Los niños esclavos aparecen en todos los sectores de la economía donde se considera al ser humano en sí mismo como un bien de consumo, que se puede usar y luego tirar.
Así podemos encontrar en el sector más primario de la producción a más del 70% de los niños explotados del mundo, trabajando en la agricultura, en las fábricas de tejidos o alfombras, en minas, en fábricas de ladrillos, en la pesca, en los desguaces, en las canteras, en las fábricas de vidrio, en fábricas de cerámica, fósforos, tabaco, fuegos artificiales,… Estos niños sufren deformaciones en sus cuerpos por las posturas que les obligan a adoptar mientras trabajan, además de cortes, quemaduras, intoxicaciones.
Otro sector es el de la exportación. Es el que está más directamente ligado a las transnacionales, a su modo de operar y a nuestro consumo directo. Son explotados en las grandes plantaciones de té, banana, café, algodón, azúcar, sisal o cacao… ligado a firmas tan conocidas como CHIQUITA, DEL MONTE, DOLE, NESTLÉ, GENERAL FOOD, FINLAY,COCA-COLA. Los niños usan machetes y cuchillos afilados. Sufren el 40% de los accidentes. Expuestos a pesticidas que están prohibidos en países enriquecidos. En la industria textil, del calzado y del cuero en manos de empresas como ZARA, H&M, LEVI´S STRAUSS, LEE, NIKE, ADIDAS, REEBOK. En la industria del juguete y del ocio para CHICCO, LEGO, MATTEL, MACDONALS, WALT DISNEY, etc. Los niños son explotados horas y horas empastando el plástico, vertiéndolo en moldes para luego montar y empaquetar trabajando como robots. Los niños también están en la industria química, la electrónica, de muebles y decoración, la de cosmética explotados para enriquecimiento de MICROSOF, BAYER, MONSANTO, UNILEVER, IKEA, ETC.
La ordenación mundial del trabajo convierte al Sur en una gigantesca subcontrata del Norte. Es más lucrativo contratar a los niños porque son más sumisos, no hacen huelgas, no molestan y se dejan despedir sin reclamar. Y así se da la perversión de que existen más de 1600 millones de adultos en paro y 400 millones de niños trabajando. En este mercado divinizado se consume la sangre de los niños.
El sector “servicios”, o economía llamada informal lejos de inspectores laborales y del escrutinio de los medios de comunicación, abarca, entre otros, el llamado “trabajo doméstico”(las criadas) y la explotación sexual. El motor principal de la prostitución infantil en muchas zonas es el turismo sexual organizado con frecuencia por agencias de viajes. España ocupa el cuarto lugar de los países que más turismo sexual practica con menores y el segundo lugar en consumo de pornografía infantil.
Se calcula que existen unos 500.000 niños soldado implicados en los ejércitos tanto oficiales como paramilitares, en los grupos guerrilleros o de los grandes cárteles de las mafias. Los niños son torturados para hacer hablar a los adultos, secuestrados o utilizados como material de combate. España vende armas a países que utilizan niños soldado.
También están los niños que el mercado no necesita. Son los niños de la calle, los que malviven en las cárceles o los millones de niños que mueren por enfermedades curables. Son los millones de niños abortados o asesinados nada más nacer. El aborto (asesinato de un ser humano) es la más execrable forma de esclavitud.
…un ser humano es siempre sagrado e inviolable, en cualquier situación y en cada etapa de su desarrollo…. Es un fin en sí mismo y nunca un medio para resolver otras dificultades…. Si esta convicción cae, no quedan fundamentos sólidos y permanentes para defender los derechos humanos, que siempre estarían sometidos a conveniencias circunstanciales de los poderosos de turno. (Evangelii gaudium, 213)
Si nos planteamos por qué existe la esclavitud infantil y por qué crece, tendríamos que hacer un análisis no muy diferente al porqué de las causas del hambre. Son las mismas causas, las mismas instituciones; es el mismo engranaje el que produce hambre y la esclavitud infantil.
Y este engranaje está protagonizado fundamentalmente por la sociedad de consumo y el mercado, las multinacionales, pero también por los Organismos Internacionales: ONU, UNICEF, OIT, BM, FMI, etc., los partidos políticos y sindicatos, los medios de comunicación social, la tecnología, etc.
Los Organismos Internacionales son piezas fundamentales. Todos los programas del FMI y del BM de diseño de la economía de los países empobrecidos están directamente orientados a la estrategia multinacional de disminución de costes y gastos sociales (sueldos , educación ,sanidad,…), que producen directamente esclavitud infantil. El BM y el FMI, junto con la OIT y UNICEF, altamente infiltrados por las multinacionales y con las burocracias mejor pagadas del mundo, no sólo han fracasado, sino que además, han impedido una respuesta que afronte las verdaderas causas de este genocidio. La OIT y UNICEF, son un gran anestésico puesto en marcha por el imperialismo.
¿Y los partidos políticos y sindicatos? La esclavitud infantil es el mayor problema laboral, y por tanto sindical actualmente en el mundo. Hay en España 500.000 niños esclavos, como en la mayoría de los países enriquecidos, y nadie habla de ellos. Predomina la defensa de los trabajadores privilegiados con empleo fijo, y son inservibles para los trabajadores precarios. Son corporativistas, mantenidos por el estado y la banca, insolidarios con los trabajadores del sur empobrecido. Para los partidos políticos la esclavitud infantil no existe, ni siquiera aparece en sus programas.
Y por último podemos mencionar a los medios de comunicación cuyo papel es el de maquillar, ocultar y manipular estos dramas, presentándolos sesgados sin profundizar en las causas. Los grandes amos de los medios de comunicación social (banca y multinacionales) los convierten en grandes manipuladores de conciencias, creando una opinión pública y una cultura insolidaria y hedonista.
Por tanto, los Organismos Internacionales, los Gobiernos, los Partidos políticos, los Sindicatos, los MCS,… con su pasividad instalan y legitiman este negocio, manchado de la sangre de los niños.
El papa Francisco, en su Exhortación, nos recuerda estas palabras:
«¿Dónde está tu hermano?» (Gn 4,9). ¿Dónde está tu hermano esclavo? ¿Dónde está ese que estás matando cada día en el taller clandestino, en la red de prostitución, en los niños que utilizas para mendicidad, en aquel que tiene que trabajar a escondidas porque no ha sido formalizado?
Nosotros no somos el capataz que utiliza el látigo sobre un niño de 6 años. Pero somos del mismo bando que ese capataz, del bando vencedor, el que necesita al niño para poder tener productos baratos. Porque sostenemos estas estructuras con nuestra conciencia tranquila, con nuestros estilos de vida consumistas, con nuestro silencio y nuestra pasividad.
El Santo Padre lo ha definido claramente vivimos la globalización de la indiferencia.
Por ello y ante este drama es necesario plantearnos la lucha solidaria y asociada. El sistema ha inventado el individualismo como una de sus mejores armas para exterminar la capacidad social que tiene el hombre y, por tanto la capacidad de lucha.
La promoción de militantes cristianos y la promoción de una cultura solidaria son un deber de solidaridad con los empobrecidos de la tierra.
Y hay que denunciar de forma permanente, porque permanente es la agresión que sufre la humanidad, los mecanismos de robo que son capaces de matar de hambre a la mayoría de la humanidad y de esclavizar niños en su afán de lucro y poder.
La vida de un niño explotado, de un hombre explotado bien vale nuestro esfuerzo plasmado en una vida solidaria.
No nos hagamos los distraídos. Hay mucho de complicidad. ¡La pregunta es para todos! En nuestras ciudades está instalado este crimen mafioso y aberrante, y muchos tienen las manos preñadas de sangre debido a la complicidad cómoda y muda. (Evangelii gaudium, 211)…nadie puede sentirse exceptuado de la preocupación por los pobres y por la justicia social.
Autor: Marina Ponce