España, ¿un país sin esperanza?

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Un hecho de gran importancia sociopolítica que se está silenciando es el deterioro social y demográfico de España. Es un hecho que esta condicionando ya nuestras formas de vida y de pensamiento.

En España  hay 2,8 millones de jóvenes menos que hace 28 años. La población mayor de 65 años supera en un millón a la menor de 14 años.  El índice de fecundidad  es de 1,46,  uno de los mas bajos del mundo y  muy por debajo del nivel de reposición.  Desde 1985 se han producido más 1,3 millones de abortos que no sólo han supuesto el asesinato de esos niños, sino que ha afectado  directamente y  gravemente a la conciencia a millones de personas. En 2008 se celebraron 24.000 matrimonios menos que en 1990, lo que objetivamente significa un debilitamiento de la base social. Así se han producido 1,3 millones de rupturas matrimoniales en los últimos 10 años que afectan a 2 millones de niños. Actualmente un 40% de los hogares no tienen ningún hijo y 3 millones de personas viven solas.

Nos han inducido a aceptar y sostener con nuestras formas de vida un sistema basado en el individualismo, el consumo, la insolidaridad. Preferimos los perros a los niños y los ancianos viven y mueren solos en sus casas, en residencias . El paro, la explotación, la buenavida han sido armas muy eficaces para que la población española haya decidido no tener niños y los pocos que se tienen malcriarlos.

Al final lo que se pone en evidencia es que un pueblo que no tiene niños es que no tiene esperanza en el futuro. La acogida de toda vida humana y la defensa de su dignidad incondicional frente a las injusticias sociales y la cultura de la insolidaridad es una labor ineludible para cualquier persona responsable.

Es una hipocresía que aquellos que defienden la familia, pero la familia burguesa,  favorezcan situaciones sociales de explotación y exclusión social.

Pero también es una contradicción  que aquellos que denuncian ciertas injusticias sociales apoyen el debilitamiento de  del matrimonio y la familia, núcleo primordial en la formación  integral de la persona y de la sociedad frente al Estado y el Mercado,  y acepten el asesinato del aborto como un derecho.