El Papa en Lampedusa denunció la «globalización de la indiferencia» ante el sufrimientos de los últimos, en concreto los inmigrantes empobrecidos que mueren en el mar.
En una misa, mirando hacia el mar que provoca miles de muertos, a causa del mayor muro levantado por Europa contra los empobrecidos de la tierra, el Papa puso el acento en la insolidaridad y en la indiferencia de nuestras formas de vida.
«La cultura del bienestar, que nos lleva a pensar en nosotros mismos, nos vuelve insensibles a los gritos de los demás, nos hace vivir en pompas de jabón, que son bellas, pero no son nada, son la ilusión de lo fútil, de lo provisorio, que lleva a la indiferencia hacia los demás, es más lleva a la globalización de la indiferencia. En este mundo de la globalización hemos caído en la globalización de la indiferencia. ¡Nos hemos habituado al sufrimiento del otro, no nos concierne, no nos interesa, no es un asunto nuestro!»
Refiriéndose a los inmigrantes dijo » esos hermanos y hermanas nuestros trataban de salir de situaciones difíciles para encontrar un poco de serenidad y de paz; buscaban un lugar mejor para ellos y para sus familias, pero han encontrado la muerte»
Apeló a la responsabilidad de todos en esta situación:
«¿Quién es el responsable de la sangre de estos hermanos y hermanas? ¡Nadie! Todos nosotros respondemos así: no soy yo, yo no tengo nada que ver, serán otros, ciertamente no yo. Pero Dios pregunta a cada uno de nosotros: “¿Dónde está la sangre de tu hermano que grita hasta mí?”
Pocas horas antes de la llegada del Papa este lunes al muelle en la Punta Favarolo, ha llegado una embarcación de 166 inmigrantes.
Francisco ha lanzado una corona de flores por los que han perdido la vida en el mar y al llegar al muelle, ha saludado uno a uno a varios grupos de inmigrantes y refugiados presentes.
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