Estuve 3 años en el Gurugú pasando hambre, viendo morir a compañeros

3302

El pasado martes 26 de junio, el Movimiento Cultural Cristiano organizó la última tertulia del curso en Pamplona cuyo título era “Política inmigratoria de la UE: entre el infierno y los muros” , y para ello contamos con el impresionante testimonio del joven camerunés Juan de Dios Kamaha.

Durante la primera parte de la tertulia, se planteó el marco legal de la UE en temas de extranjería, así como también la situación de robo y saqueo, ventas de armas, corrupción y el hambre provocado en los países del sur, centrándose en este caso, sobre todo en África.

Juan de Dios transmitió su desgararador testimonio. El drama que supuso para él llegar hasta España (tardó 7 años) y poco después Pamplona. Juan asegura que huyó de su país por hambre, y para que su madre, fallecida recientemente, dejara de trabajar. La primera parte del camino hasta Marruecos fue rápida, pues tenía unos ahorros que les sirvieron a las mafias para  hacer el traslado, pero su estancia en el monte “Gurugú” fue una auténtica pesadilla: “tres años estuve allí, pasando hambre y frío…comiendo de la basura y viendo morir a muchos compañeros… los pastores a escondidas nos daban algo de leche y queso…y eso que tenías prohibido socorrer a los inmigrantes… sólo los fuertes resistimos, y no sé cómo no nos volvimos locos…” afirma Juan de Dios.

Durante la charla, varias veces tuvo que parar porque se emocionó recordando a su madre fallecida y a su hermano, que a pesar de las contraindicaciones de éste de que no saliera de Camerún, estaba llegando a Libia.

La valla la intentó saltar varias veces, una de las veces cayó y se rompió una pierna, otra quedó inconsciente durante una semana…

Terminó su aportación manifestando que no confía en los políticos, y tampoco en las ONGs ni en Cruz Roja, pues “cuando estábamos en el “Gurugu llevaban 40 mantas para 1000 personas, y lo que provocaban era que nos peleáramos por ellas. Lo mismo hacían con la comida, hacían la foto y se marchaban”.

Juan ha tenido que saltar muchas vallas, pero una de la que no se habla mucho es la valla del corazón, “cuando llegas a España, esperas y necesitas ser acogido, ser tratado dignamente, y esto sólo lo he experimentado en la Iglesia, en una Parroquia de Pamplona cuyo sacerdote es como mi segundo padre… sólo me he sentido bien acogido ahí” añade, de hecho, un compañero suyo terminó suicidándose estando ya en España, pues los centros de acogida sólo le proporcionaban tres meses de estancia y él no quería dormir en la calle.

Cuando le preguntan desde el público que qué es lo que más le ha impactado de Europa, dice sin reservas “ver las Iglesia vacías de jóvenes… en mi país es al revés, la Iglesia está llena de jóvenes”.

El Movimiento Cultural Cristiano finalizó el acto haciendo una llamada a la labor cultural que evidencie a la opinión pública la idea de que la inmigración no es una amenaza,   exigiendo  voluntad política para que los inmigrantes puedan ser acogidos en nuestra vieja y culpable Europa, se modifique la actual ley de extranjería y se cese el robo y expolio de los países del Norte a los del Sur.

Redacción Solidaridadnet Pamplona