Fondos Buitre hacen su «agosto» con los desahucios

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Los desahucios se están calentando de nuevo por los fondos buitre. No hay datos oficiales sobre el número de hipotecas en sus manos, pero a medida que los bancos se han ido deshaciendo de los activos inmobiliarios considerados tóxicos, estas empresas opacas los han ido comprado.

Un estudio cifra en más de 50.000 millones de euros la venta de carteras hipotecarias morosas realizadas por los bancos en 2017, con operaciones estrella como la compra de Blackstone al Santander del ladrillo del Popular, o la de Cerberus al BBVA. Cuando estos fondos se hacen cargo de las deudas pendientes, la presión aumenta sobre unos deudores cuya situación de partida ya es vulnerable. M. M. B. recordará el pasado 17 de abril como un día aciago. Un burofax le informó de que la hipoteca que había firmado 13 años atrás pasaba a manos de una entidad de la que hasta entonces jamás había oído hablar. “Por la presente le comunicamos que Banco Santander ha cedido a Lindorff una cartera de créditos en la cual se encuentra [ …. ] el suyo”, leyó con incredulidad. En ese momento, este senegalés que lleva 15 años en España acumulaba desde hace más de un año pequeños retrasos en el pago de sus cuotas, tal y como muestran los documentos que enseña. Dice que fue por un problema que había tenido con la Seguridad Social. Cuatro meses más tarde, asegura estar al día, pero aquella entidad de la que hasta hace poco desconocía el nombre y en la que ahora piensa cada día reclama la subasta de su pequeño estudio del madrileño barrio de Lavapiés. En un correo electrónico de mayo, el representante del fondo admitía que M.M.B. había abonado 6.864 euros, cuando el importe de cuotas e intereses del impago eran de 5.872 euros. Pero le reclama aún 2.142 euros por gastos judiciales.

M. M. B. ha entrado en la lista de los que saben lo que significa que su hipoteca pase a manos de un fondo al que muchos denominan como buitre. Aktua, la gestora de servicios inmobiliarios de Lindorff, no respondió al intento de este periódico por conocer su versión.

No existen estadísticas oficiales sobre el número de hipotecas en manos de fondos. Pero a medida que a los bancos les quemaban en las manos los activos inmobiliarios considerados tóxicos, los han ido vendiendo de forma masiva a estas empresas opacas, sin una cara visible y radicadas fuera de España.

Un estudio de la consultora Evercore cifra en más de 50.000 millones de euros la venta de carteras hipotecarias morosas realizadas por los bancos el año pasado, con operaciones estrella como la compra de Blackstone al Santander del ladrillo del Popular, o la de Cerberus al BBVA. Y cuando estos fondos buitre se hacen cargo de las deudas pendientes, la presión aumenta sobre unos deudores cuya situación de partida es de gran vulnerabilidad.

Javier Rubio constata en su día a día la creciente importancia de los fondos en los desahucios —tanto por impago de la hipoteca como del alquiler— que llegan en su despacho del centro de Madrid. “Una gran mayoría de las ejecuciones hipotecarias que llevamos a partir de la subasta de la vivienda procede de fondos con sede fuera de España”, asegura este abogado de la cooperativa CAES, que desde el inicio de la crisis ha defendido a medio centenar de familias por este motivo. Pero, ¿en qué se diferencia una ejecución hipotecaria instada por un banco de la de un fondo? Bufetes de abogados y afectados insisten en la importancia de que estas empresas carezcan de oficinas a las que el afectado pueda ir. En el mejor de los casos, tan solo un correo electrónico o un teléfono.

La comunicación, en un momento tan complicado, se diluye al máximo. Tampoco tienen un nombre comercial que proteger o un enraizamiento en un pueblo o barrio que les disuada de tomar medidas drásticas. Son un ente sin cara que suele ser más implacable. “El carecer de interlocutor dificulta muchísimo la negociación. Una ejecución hipotecaria tiene un impacto fortísimo en las personas, y este es mayor cuanto mayor sea la incertidumbre. La entrada de los fondos ha aumentado la vulnerabilidad de los afectados”, certifica Thomas Ubrich, que investiga el impacto en la salud de los procesos de pérdida de la vivienda. “Los fondos, además, no se han adherido al código de buenas prácticas que sí ha firmado la banca”, añade Rubio.

Ley hipotecaria

Europa puede ejecutar una multa importante a España por no reformar su ley hipotecaria.

En noviembre de 2017, el anterior Ejecutivo aprobó el proyecto de ley de la nueva ley hipotecaria, entre cuyas principales novedades destacan la rebaja de las comisiones por amortización anticipada y cambio de hipoteca a tipo variable a tipo fijo, así como otras medidas para reforzar la transparencia de los contratos. Estaba previsto que entrase en vigor en los primeros seis meses de este año, pero la moción de censura de Pedro Sánchez y la formación de un nuevo Gobierno han dilatado todavía más el proceso.

Mientras esto ocurre, los fondos buitre, siguen haciendo su trabajo.