¿Sarkozy mantiene las relaciones con los dictadores africanos?
Por Loïc Kuti, 2007. Fuente: Survie. Traducción: oozebap
Benín, mayo 2006. El por aquel entonces ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, se encuentra de visita oficial para promocionar su política de selección de la inmigración (por cierto, una comedia, pues ya el general De Gaulle, en 1945, creó la Oficina Nacional de la Inmigración para contratar, con condiciones, la mano de obra necesaria para la reconstrucción de Francia tras la Segunda Guerra Mundial). En ocasión de esta visita a Benín, Sarkozy aprovecha para
denunciar la política africana de Jacques Chirac: «Debemos deshacernos de las tramas de antaño, de los responsables oficiosos que no obedecen a ninguna otra norma que la que ellos mismos dictan.
El funcionamiento normal de las instituciones políticas y diplomáticas debe prevalecer por encima de los circuitos extraoficiales que han hecho tanto daño en el pasado. Debemos de una vez por todas pasar página y aparcar las complicidades, los secretos y las ambigüedades». Algunos meses más tarde, insiste.
Autoproclamándose «el amigo de los africanos», se compromete, si es elegido presidente, a acabar con la Françafrique y «a terminar de una vez por todas de tratar indistintamente las democracias y las dictaduras (1)».
De repente había aparecido un sepulturero de la Françafrique que, al mismo tiempo, no dudaba en recalcar el papel positivo de la colonización francesa: «La verdad es que no ha existido muchas potencias coloniales en el mundo que hayan hecho tanto por la civilización y el desarrollo y tan poco por la explotación (2)».
Pues en los discursos de Sarkozy encontramos de todo. Un patchwork contradictorio destinado a seducir al más amplio público posible. Así, cuando el candidato a la presidencia denunciaba las tramas de la Françafrique, matizaba: «Ningún país del Norte dedica tanta atención a África como Francia. Ningún país se toma tan en serio la estabilidad, el desarrollo y el éxito de los países africanos (3)».
En parte es cierto: Francia ha prestado tanta «atención» al expolio de recursos que todavía garantiza la «estabilidad» de las peores dictaduras. En cuanto al «desarrollo y al éxito», miremos simplemente la inmensa miseria que castiga a uno de los continentes más ricos del planeta. Sarkozy prosigue: «Debemos dejar de repetir que Francia se encuentra en África para expoliar los recursos, pues no tenemos ninguna necesidad económica del continente africano.
[…] Francia está en África por unas ambiciones mucho más amistosas (4)». Y pasa a convertirse en el principal defensor de las empresas francesas: Bouygues, Air France, Bolloré… no necesitan la diplomacia francesa para existir y extenderse en África. Si son dinámicas, es gracias a la antigüedad de su implantación, pues creyeron en África mucho antes que la mayoría. Es gracias al talento de su gestión y a sus colaboradores que han hecho posible su éxito (5).» Tan sólo dos años antes, Sarkozy, en aquel entonces ministro de Economía, ofrecía más de mil millones de euros de subvención a las empresas francesas instaladas en Argelia, un récord histórico (6).
Razón de más para que Martin Bouygues, testigo en la boda de Sarkozy, padrino de su hijo, pusiera a disposición de su amigo, durante la campaña electoral por las presidenciales, su consejero en África Michel Lunven (7). Este antiguo embajador de Francia en Gabón fue el consejero de Jacques Foccart, principal arquitecto de la Françafrique. Fue igualmente presidente de la Comuf (Compagnie des mines d’uranium de Franceville), filial de Cogema, que dejó en herencia, tras cuarenta años de explotación intensiva, miles de toneladas de residuos industriales tóxicos (8). Sin hablar de las exportaciones de armas, que han representado 30.000 euros entre 1996 y el 2003, beneficiando principalmente a los grupos Dassault y Lagardère, con los que Sarkozy mantiene una relación estrecha con sus directores.
Nicolas Sarkozy y Omar Bongo
¿Sarkozy mantiene las relaciones con los dictadores africanos?
Omar Bongo (9), por ejemplo, ha sido recibido varias veces durante la campaña. Frère Omar es muy conocido en el ambiente político francés por su «generosidad», que es a la democracia lo que el arsénico al aperitivo. En febrero del 2007, Bongo declaró: «Con Nicolas Sarkozy es diferente, porque somos amigos. Si en el día de mañana me rechaza porque ha salido elegido presidente, le diré: «¡Esto no se hace, Nicolas!». […] Creo que el mismo fundamento de la Françafrique permanecerá, e incluso lo mejoraremos (10)».
El presidente gabonés fue una de las primeras personalidades en recibir una llamada telefónica de Sarkozy la noche de su victoria. También puede sentirse orgulloso de haber sido el primer jefe de estado en visita oficial a Francia tras alcanzar la presidencia Sarkozy. ¿Vino a sellar la continuidad de la política francesa en África? En todo caso, es una señal para la Françafrique. Pero una señal que suena como una declaración de guerra dirigida a los demócratas africanos y a los militantes por los derechos humanos.
Sarkozy también es un amigo de Denís Sassou Nguesso, que gobierna el Congo tras un golpe de estado. Además, si bien Sarkozy criticó el ascenso al poder del hijo de Eyadema en Togo, nunca hizo el menor esfuerzo, cuando era ministro del Interior, de poner fin al suministro técnico y a la formación de la policía togolesa por parte de Francia.
Mi amigo Pasqua
Políticamente, Sarkozy es el heredero de Charles Pasqua, en la trama oscura (una nebulosa de empresarios, militares, políticos y espías) implicados en numerosos asuntos de tráficos de armas, corrupción y confabulaciones en África (asunto Elf, Angolagate, Marchiani, etc.).
Incluso si el actual líder gaullista se ha distanciado políticamente de Pasqua tras muchos años, sus vínculos históricos son muy fuertes. Pasqua fue el testigo en la primera boda de Sarkozy, y ha tenido un papel clave en la formación política de éste, en Neuilly-sur-Seine, en Hauts-de-Seine y en el RPR. Nicolas Sarkozy se definía en los años setenta como el «doble» de Charles Pasqua, y en 1983 declaró: «Es uno de los hombres más honestos que he conocido (11).» Si bien es cierto que le «birló» la alcaldía de Neuilly-sur-Seine en 1983, pronto volvieron a reconciliarse. Se sospecha que Sarkozy le ayudó a convertirse en senador en el 2004, permitiéndole así beneficiarse de la inmunidad parlamentaria. Hay que señalar que muchos de sus colaboradores (aunque sólo tiene una mano derecha) son antiguos miembros del equipo de Pasqua. Es el caso de Claude Guéant, director de su campaña presidencial. Ex alumno de la École Nationale d’Administration (una escuela que forma a los futuros altos cargos de la administración francesa), antiguo secretario general de la prefectura de Hauts-de-Seine y director general de la Policía Nacional nombrado por Charles Pasqua, Claude Guéant asiste a los encuentros de Sarkozy con los dirigentes africanos. Citemos igualmente a Michel Gaudin, antiguo director del gabinete de Pasqua en el consejo general de Hauts-de-Seine, y que acaba de ser nombrado prefecto de la policía de París. Deja su puesto de director general de la Policía Nacional a un amigo de infancia de Sarkozy, Fréderic Péchenard. Para terminar podemos añadir a Jean-Jacques Guillet, diputado y presidente del grupo UMP en el Consejo General.
Señalemos igualmente que al tomar la dirección del consejo general del departamento en el 2004, Sarkozy homenajeó a Pasqua, a quien el consejo general le obsequió con un coche con chofer, además de varios despachos y una secretaria. Sarkozy abrió una auditoría general, pero las conclusiones permanecen en secreto. Tras lo que hemos podido leer, la política de Sarkozy no supone una ruptura con la de su predecesor, excepto quizás por su recorte de los gastos sociales (como la suspensión de 4.000 viviendas sociales o la
privatización de las guarderías) (12).
También debemos destacar la SEM Coopération 92, una sociedad de capital mixto financiada por el consejo general de Hauts-de-Seine. Creada por Charles Pasqua, sale referenciada en numerosos trabajos de investigación de la asociación Survie por sus acciones «oscuras» en África. El objetivo oficial de este organismo es la lucha contra las desigualdades entre el Norte y el Sur. Cuando Sarkozy se sitúa en la cabeza de su consejo general, Coopération 92 estaba dirigida por Yan Guez, un antiguo trabajador de la Sofremi (oficina de venta de armamento), con un sueldo de 11.000 euros mensuales y con un 4×4 de lujo a su disposición. Las actividades de Coopération 92 eran opacas, y ningún informe sobre el contenido y la evaluación de los proyectos realizados se trasmitían al consejo general. Sarkozy reemplazó Charles Pasqua en la presidencia de Coopération 92 y empezó una auditoría financiera para actualizar algunas anomalías (empleados inexistentes, sobrefacturaciones, etc.). Mientras tanto apartó a Yan Guez de sus funciones, exigiendo más transparencia. En julio del 2005, el tribunal de Nanterre empezó una investigación sobre Coopération 92. Sarkozy dimitió poco tiempo después, y el proceso sigue su curso. El actual presidente del consejo de administración de la SEM Coopération 92, Jean-Jacques Guillet, fue también el tesorero de la oficina «pasquista» Francia-África-Oriente, disuelta oportunamente cuando empezaron los intereses para saber exactamente de qué se trataba. Por último, François Jay, su actual director, es uno de los consejeros de Sarkozy sobre las cuestiones africanas. Un consejero que ha pasado por el grupo empresarial Bolloré, por la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) y por Afrique Initiatives (fundado por Michel Rocard).
Una última anécdota: en marzo del 2006, Sarkozy pide al prefecto de Ajaccio que participe en los tributos a Robert Feliciaggi. Este empresario, asesinado en Córcega, dirigía un imperio de juegos de azar y casinos en África y fue el principal protagonista en el asunto del casino de Évian (comprado por casi nada y revendido con una gran plusvalía una vez que el ministro de Interior Charles Pasqua autorizara las tragaperras). Feliciaggi también ha sido citado frecuentemente en los libros de Survie por su blanqueo de dinero.
Resumamos:
- Nicolas Sarkozy es un amigo personal de Omar Bongo y de Denís Sassou Nguesso.
- Se alegra por el papel de las multinacionales francesas en África.
- Se deja aconsejar por varios ex colaboradores de Charles Pasqua. Pero se declara contrario a la Françafrique.
Busquen los errores…