Gadafi mata a su pueblo con bombas made in Zaragoza

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Las bombas de racimo fabricadas en Instalaza fueron vendidas a Libia hasta 2008

La noticia la destapó The New York Times y la confirmó Human Rights Watch (HRW). Muamar el Gadafi utilizó bombas de racimo, modelo MAT-120 en sus bombardeos indiscriminados contra la ciudad de Misrata. Las estadísticas oficiales de la Secretaría de Estado de Comercio señalan que España exportó armas a Libia en 2008 en la categoría de 'bombas, torpedos, cohetes y misiles' por valor de 3,8 millones de euros. La casi totalidad de esta cantidad de armas, con licencia en 2007 pese a su venta en el año siguiente, se exportó desde Aragón, donde se ubica la empresa Instalaza, en Zaragoza.


Los restos de la munición de fragmentación que The New York Times ha podido fotografiar corresponden a MAT-120, compuestos por 21 submuniciones preparadas para destruir blindados ligeros y matar personas. Las bombas de racimo contienen numerosas pequeñas bombas en su interior con capacidad para causar víctimas en un radio de radio de 15 metros. Su vida puede prolongarse durante unos 40 años. Antes de impactar contra su objetivo, las bombas liberan los pequeños artefactos que llevan dentro y que no siempre explotan, por lo que aumentan el riesgo para la población civil incluso años después de terminar los conflictos al actuar como minas. HRW ha alertado del peligro de que se esté utilizando este tipo de armamento. «Es horrible que Libia use este tipo de armas, especialmente en una zona residencial. Suponen un riesgo enorme para los civiles tanto durante los ataques, por su naturaleza indiscriminada, como después, porque quedan esparcidos fragmentos sin explotar que siguen siendo peligrosos«, indicó el director de la división de HRW dedicada al armamento, Steve Goose.


La empresa Instalaza en su web explica que las bombas MAT-120 tienen varios mecanismos de seguridad para evitar que una vez que colisionan con la superficie puedan permanecer activas como minas antipersona o anticarro. Pero lo cierto es que distintos periodistas que informan desde Libia sobre el conflicto han podido comprobar, fotografiar y grabar que estos explosivos permanecen activos por lo que suponen un tremendo peligro para la población civil.


Por otro lado la coalición Armas bajo Control, formada por varias ONGs, afirma que el Gobierno español autorizó, según datos del primer semestre de 2010, la exportación de armamento contraviniendo la Ley 53/2007. El artículo 8 de la citada norma rechaza la exportación de armamento que pueda ser empleado «en acciones que perturben la paz, la estabilidad o la seguridad (…), puedan exacerbar tensiones o conflictos latentes (…), con fines de represión interna o en situación de violación de derechos humanos


Según los datos manejados por esta coalición a partir de las estadísticas del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, de los países ubicados en la región envuelta en la ola de protestas, precisamente Libia se lleva la palma con unas exportaciones realizadas de 6.926.300 euros. De acuerdo de nuevo a los datos del primer semestre de 2010, a Libia le sigue Arabía Saudí, que recibió material de defensa por valor de 1,5 millones de euros; Marruecos, con 1,1 millones de euros; Túnez, con 778.480 euros, y Egipto, con ventas por valor de 464.669 euros. Los expertos en este sector aseguran que la crisis económica ha empujado a España a «caer en la promoción de la venta» de armas hacia el exterior. Y es ahí donde la región del Magreb es «un escenario habitual» de este comercio.


Nos vemos obligados a recordar al gobierno central y al aragonés que no todo vale para hacer caja. No es lícito hacer negocio con la venta de armas. No hay derecho a contribuir a que el que fue considerado antaño amigo de occidente, coronel Gadafi, masacre a su propia población suministrándole armas. Ya han muerto más de 1000 personas sólo en Misrata, el 80%  son civiles. La Historia nos juzgará también por nuestra responsabilidad en estos crímenes.