GANDHI Y LA DESCOLONIZACION DE LA INDIA. 1915-1948

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´Sólo hay un sabio en nuestro siglo: es Gandhi´, decía Einstein. El homenaje tiene su peso, viniendo del inventor arrepentido de la bomba atómica. El ´pequeño hombre débil´, que según la expresión de Romain/Rolland, ´levantó a 300 millones de hombres, estremeció al Imperio británico´, ha encontrado posiblemente la respuesta al desafío de las armas nucleares en la misma época en que ellas han sido puestas a punto. Efectivamente, ha sido Gandhi quien ha puesto en práctica por primera vez, en una lucha política de gran envergadura el principio de la no-cooperación, base de la estrategia de lucha noviolenta.

GANDHI Y LA DESCOLONIZACION DE LA INDIA. 1915-1948

(Godinot, Etienne. dossier nº2 de la revista «Non-Violence politique» traducido por Revista Oveja Negra nº 33)

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FALSAS IDEAS A DISIPAR

Muchas caricaturas de Epinal han deformado la figura de Gandhi, en quien se ha visto muy a menudo a un santo, sin ver a un estratega.

La noviolencia gandhiana coge de las tradiciones religiosas orientales el principio del respeto a la vida, pero es completamente de inspiración occidental: la noviolencia no invita a la meditación fuera de los conflictos, sino a la lucha ofensiva contra la injusticia.

La liberación de la India, primera nación descolonizada del S. XX, es con frecuencia presentada como un favor del juego limpio de los caballeros ingleses. Es ciertamente claro que Inglaterra no era la Alemania Nazi, que la lengua inglesa ha sido paradójicamente el vehículo de las aspiraciones independentistas en medio de un inmenso mosaico de lenguas y de dialectos y que la II Guerra Mundial ha favorecido en todos los continentes la emancipación de las naciones colonizadas.

Sin embargo, Mountbattan sólo fue designado para organizar la retirada de Inglaterra cuando el acontecimiento de la independencia era ya inevitable, y este desenlace era ya evidente después de la «marcha de la sal» en 1930 y con la elección en 1936 de un parlamento donde el Congreso , partido independentista, había obtenido una mayoría aplastante.

Para medir la importancia que tenía para Inglaterra la más bella de sus colonias hay que leer las obras de Kipling, según él «la misión de gobernar la India ha sido puesta, por un impenetrable designio de la providencia, sobre los hombros de la raza inglesa» (1889).

Hay que escuchar a Churchill proclamando que «la pérdida de la India supondría para Inglaterra un golpe fatal y definitivo. Es parte de un proceso que nos reduciría a ser una nación insignificante» (1931). Pensemos que el Imperio británico en enero de 1947 agrupaba a 563 millones de hombres, de los cuales 350 eran indios, y que ni Cesar ni Alejandro ni Carlo Magno habían reinado sobre un imperio semejante.

Hay que leer las desdeñosas declaraciones del mismo Churchill el 17 de febrero de 1931 censurando «el nauseabundo y humillante espectáculo de este viejo abogado del colegio de abogados de Londres, hoy fakir sedicioso, trepando por las rampas del palacio del Virrey, para discutir y negociar de igual a igual con el representante del Emperador, mientras pone en marcha una insolente campaña de desobediencia civil».

Es necesario saber que en ciertas provincias los británicos no han vacilado en cortar una mano a los tejedores indios para proteger la producción textil inglesa.

Gandhi, por otra parte, no se hacía muchas ilusiones sobre el «juego limpio» británico y sabía que la presión y la coacción son necesarias cuando la persuasión se muestra ineficaz: «incluso ante argumentos convincentes, decía, Inglaterra defenderá sus intereses con todos los medios. . Es necesario, pues, que la India cree ella misma la fuerza que la libere».

LA ESTRATEGIA DE GANDHI

En 1915, Gandhi volvió a la India después de una permanencia de 15 años en Africa del Sur, donde se hizo célebre en la lucha por el reconocimiento de los indios como ciudadanos británicos, y lleva con el un manifiesto: «Hind Swaraj», «Autonomía de la India».

Entonces, Inglaterra dominaba a 300 millones de indios, con los 200 funcionarios del Servicio Civil indio, 10.000 oficiales y 60.000 soldados indígenas, calculemos una proporción del 1 por 1.000. La genialidad de Gandhi, fue demostrar que la presencia británica sólo era posible por la pasividad y la colaboración de la población india. «Sin nuestro apoyo, dijo, 100.000 europeos no podrían dominar ni siquiera la séptima parte de nuestros pueblos».

Toda su lucha, durante 32 años consistirá en organizar la no-cooperación de los indios con el poder colonial, lo que le costará 2.089 días de prisión. Nehru, por su parte, pasará nueve años en las cárceles de Su Graciosa Majestad…

El Mahatma organiza la resistencia de los pequeños cosecheros del añil de Bihar contra las exigencias de los grandes propietarios británicos; La huelga por el impuesto a los ciudadanos de Bombay, arruinados por la sequía, y apoya a los obreros de las fábricas textiles de Ahmedebad.

Para reaccionar contra la Rowlatt Act, nueva legislación represiva votada por los ingleses en 1919, Gandhi organiza el 6 de abril una jornada simbólica de duelo y paro total de las actividades, un gigantesco «hartal» que paraliza todo el continente indio. El 13 de abril del mismo año, los soldados del general Dyer abren fuego sobre una multitud que participa en una manifestación pacífica pero prohibida en Amritsar, causando 379 muertos y 1.137 heridos con 1.650 balas disparadas.

En 1921 el Mahatma pone en marcha la gran campaña de no-cooperación con las autoridades y la economía británica: organiza el tejer en las familias, consigue poner en marcha dos millones de ruecas, invitando a los indios a quemar sus ropas inglesas y a llevar el Khadi indio. En febrero de 1922, Gandhi pasa de la no-cooperación a la desobediencia civil, llama a los campesinos a hacer huelga sobre los impuestos, a los ciudadanos a no respetar las leyes inglesas, a los estudiantes a boicotear la Universidad británica, a los soldados a dejar el ejército.

«Los ingleses, decía, quieren obligarnos a llevar la lucha al campo de las ametralladoras porque ellos tienen armas y nosotros no. Nuestra única posibilidad de vencerles es la de llevar el combate al campo en el que nosotros tenemos armas y ellos no».

Millares de indios respondieron a su llamada, 50.000 de ellos son encarcelados, pero después de la masacre de 22 policías en Chauri-Chaura por los manifestantes encolerizados, Gandhi, contra la opinión de sus amigos, para el movimiento de desobediencia civil. Entonces, es acusado y condenado a una pena de seis años de prisión, que no cumplirá en su totalidad.

DE LA MARCHA DE LA SAL A LA INDEPENDENCIA

En 1930, el partido del Congreso adopta por primera vez una declaración de independencia. El 12 de marzo del mismo año, Gandhi empieza «la marcha de la sal» de 380 Km. Desde Sabarmati a Dandi. En ella se pedía la abolición de la tasa sobre la sal, que costaba a los indios 115 millones de francos-oro al año. Todos los grandes periódicos del mundo publicaban el espectáculo de este extraño cortejo. 26 días más tarde Gandhi recogía sal del océano Indico e invitaba a la población a hacer lo mismo.

El 5 de mayo organiza una excursión al depósito gubernamental de sal de Dharasana, donde es de nuevo detenido. 2.500 voluntarios se presentan pacíficamente delante de las fuerzas de policía que custodian la sal y son recibidos a garrotazos (dos muertos y 300 heridos). Cerca de 100.000 indios son encarcelados; pero no se puede mantener encarcelados mucho tiempo a tal cantidad de militantes.

En enero de 1931 el Virrey Lord Irwin pone en libertad a los líderes del Congreso e invita a Gandhi a conversar con él. El 4 de marzo de 1931 el virrey libera a todos los presos políticos, restituye todas las propiedades confiscadas a los indios y abolió las leyes sobre la sal, mientras que Gandhi pone fin a la desobediencia civil. El Mahatma va en septiembre a Londres para participar en la Conferencia de la Mesa Redonda, pero vuelve con las manos vacías. Algunos meses después el nuevo gobierno conservador de Londres, dirigido por Churchill, da la orden de aplastar el Congreso. De nuevo cerca de 100.000 militantes son encarcelados, pero Gandhi, en contra de la opinión de sus allegados empieza una huelga de hambre que hace ceder al gobierno británico.

En 1936, los indios pueden elegir un parlamento; el partido del Congreso obtiene una mayoría aplastante.

En 1942, cuando Inglaterra estaba metida en la II Guerra Mundial, Gandhi organiza una nueva campaña de desobediencia civil y lanza aquel famoso llamamiento «Quit India», «Dejad la India». Es detenido con casi todos los líderes del Congreso y encarcelado en el palacio de Aga Khan en Poona. En febrero de 1943 hace de nuevo un ayuno de 21 días que le lleva a las puertas de la muerte e indigna a la opinión británica. Después de la guerra, el primer ministro laborista Atlee, encargó a Luis Mountbatten que concertara la independencia. Esta se celebró el 15 de agosto de 1947, pero la celebraron dos estados, el Paquistán musulmán y la Unión India Laica. Esta «vivisección» a la que Gandhi siempre se opuso , conduciría a los musulmanes , indúes y sijs a matanzas increíblemente salvajes.

LAS LECCIONES DE GANDHI

Gandhi ha liberado a su país haciendo a esa colonia incontrolable económicamente e ingobernable políticamente por los ingleses. Pero esa lucha se enfocaba también hacia otros objetivos: el paro, los intocables, el sistema de castas, las bodas de niños, la falta de higiene, el alcoholismo, la superstición y sobre todo el fanatismo religioso. El ayuno en numerosas ocasiones por la igualdad de los parias y hasta el fin de sus días para reconciliar a los hindúes y musulmanes en Calcuta en septiembre de 1947, después en enero de 1948, en Delhi.

Mientras que el objetivo buscado por Nehru y los demás líderes del Congreso se reduce a la expulsión de los británicos y a conquistar la independencia nacional, Gandhi quería liberar a los indios de todas las alienaciones y de todas las opresiones que pesaban sobre ellos, y que eran todas producto de la dominación inglesa.

Rápidamente, por no seguir las recomendaciones del Mathama, el Congreso se convertirá en un partido despótico y la India en una burocracia a la vez que en una potencia militar y nuclear. Igualmente, Nehru, apoyó el crecimiento de la India en la industria, cuando una política semejante no convenía en absoluto a las necesidades de la población en su 82% rural.

Jayaprakash Narayan, «J.P.», sin embargo, recordará a los dirigentes del Estado y a la población las exigencias de fidelidad que deberían tener a los ideales de Gandhi; será la auténtica conciencia política de la India. Será encarcelado por Indira Gandhi, la hija de Nehru, por haber llamado a la población a la no-cooperación en 1975.

El genio político de Gandhi ha consistido en llevar a cabo acciones muy simples y simbólicas, en las que cualquiera podía participar, pero que minaban el poder del ocupante; así, el uso de la rueca se convirtió para los indios en un arma económica para resolver sus propios problemas y en un arma política para luchar contra la dominación extranjera. Fue lo mismo con el control de la sal, alimento indispensable y símbolo corrosivo de la lucha contra los impuestos y monopolios ingleses.

Gandhi tenía el sentido innato de estos gestos simbólicos así como la puesta en escena y de la dramatización de los conflictos. Tenía conciencia de la importancia de los medios para poner de su parte a la opinión pública. Nunca le abandonó su buen humor en las situaciones más diversas.

Ciertamente, los escritos de Gandhi son algunas veces confusos y contradictorios, salpicados de ingenuidades. Pero hay que corregir lo que él pudo decir con lo que hizo, ya que en la acción se reveló como el gran estratega de la noviolencia.

La eficacia política puede también expresarse en términos matemáticos: la independencia de la India costó muy pocas vidas humanas (para liberar a 300 millones de indios) en comparación con la liberación de 12 millones de argelinos (según el F.L.N. costó un millón de víctimas). Enterado Gandhi de la bomba de Hiroshima simplemente puso de manifiesto que los hombres deberían rápidamente elegir entre la noviolencia y la destrucción nuclear.

Aplicar en materia de defensa contra las amenazas y agresiones militares las lecciones de Gandhi es hoy la labor más urgente de quienes quieren honrar su memoria.

BIBLIOGRAFIA

La obra de Gandhi merece, sin duda, un estudio más a fondo que este breve resumen. Por ello, para quienes estén interesados en profundizar, aconsejamos la lectura de algunas de estas obras, entre las muchas que sobre él se han escrito.
FISCHER, L. «La vida de Mathama Gandhi». Argos Vergara, Barcelona 1983.
RAU, H. «Gandhi» Salvat. Barcelona 1984.
BIBLIOTECA HISTORICA, GRANDES PERSONAJES. «Gandhi». Urbión. Barcelona 1984.
LASSIER, S. » Gandhi et la non-violence» Paris, Seuil. 1970.