Google nos espía

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Assange forma parte de un nuevo grupo de disidentes que, por descubrir la verdad, son perseguidos no por regímenes autoritarios sino por Estados que pretenden ser “democracias ejemplares”…

Desde hace treinta meses, Julian Assange, vive en Londres, refugiado en las oficinas de la Embajada de Ecuador. Este país latinoamericano tuvo el coraje de brindarle asilo diplomático cuando el fundador de WikiLeaks se hallaba perseguido y acosado por el Gobierno de Estados Unidos y varios de sus aliados (el Reino Unido, Suecia). El crimen de Julian Assange es haber dicho la verdad y haber difundido, vía WikiLeaks, entre otras revelaciones, las siniestras realidades ocultas de las guerras de Irak y de Afganistán, y los tejemanejes e intrigas de la diplomacia estadounidense.

En su nuevo libro, Cuando Google encontró a WikiLeaks, revela cómo Google –y Facebook, y Amazon, etc.– nos espía y vigila; y cómo transmite esa información a las agencias de inteligencia de Estados Unidos. Afirma Assange, que hoy, las grandes empresas de la galaxia digital nos vigilan y nos controlan más que los propios Estados.

Nos abre los ojos sobre nuestras propias prácticas de comunicación cotidianas cuando usamos un smartphone, una tablet, un ordenador o cuando navegamos por Internet con la candidez de quien se cree más libre que nunca. ¡Ojo!, como Pulgarcito, vas sembrando rastros de ti mismo y de tu vida privada que algunas empresas, como Google, recogen con sumo cuidado. Un día, las utilizarán contra ti…

Nos encontramos con Julian Assange en Londres, en una pequeña sala acogedora de la Embajada de Ecuador. Llega sonriente y pálido, con una barba rubia de varios días. Es alto y delgado. Habla con voz muy baja y lenta. Lo que dice es profundo y pensado.

Ramonet: El corazón de tu nuevo libro –Cuando Google encontró a WikiLeaks– lo constituye un encuentro tuyo, en 2011, con Eric Schmidt, el presidente ejecutivo de Google. Dices: “Google es la compañía más influyente del mundo”. ¿Qué entiendes por “más influyente”?

Assange: Lo que intento decir es que el mundo está viviendo un cambio muy profundo, y Google es la entidad que más influencia tiene sobre la esencia de ese cambio. Entre las empresas de comunicación, es la más influyente en términos absolutos. Otras compañías como General Electric, o Raytheon, o Booz Allen Hamilton, o ExxonMobil, o Chevron, son muy grandes, pero son estáticas. En cambio, Google ha duplicado su valor bursátil entre 2011 y este año, pasando de 200.000 millones de dólares a 400.000 millones… Y su penetración en la sociedad global, en interacción con los individuos, ha aumentado más que la de cualquier otra empresa de gran tamaño.

IR: ¿Más que las empresas financieras…?

JA: Sí, no hay duda.

IR: ¿En qué te basas para afirmar que “las tecnologías de Silicon Valley son un instrumento al servicio de la política de EE UU”?

JA: En primer lugar, la larga historia de colaboración entre el complejo militar-industrial de las fuerzas armadas de Estados Unidos y el Silicon Valley. En los años 70 y 80 los ordenadores… Eran unas máquinas enormes que los militares hacían funcionar y las ponían al servicio de las grandes empresas estadounidenses. Los militares en esa época, pilotaban el desarrollo del Estado: ayudando a llegar a la Luna, a construir armas atómicas, a diseñar misiles, submarinos nucleares, al Servicio de Impuestos Internos… Todo eso cambió cuando Silicon Valley, en los años 1990, empezó a poner los avances de la informática al alcance del público. Fue entonces cuando se empezó a crear una “percepción” que presentaba a las empresas de Silicon Valley como “amigas” de la gente.
En segundo lugar, las nuevas compañías, como Google, establecieron una estrecha relación con los responsables de la política exterior en Washington.
Esa relación la tienen los más altos ejecutivos de Google, Eric Schmidt (4), Jared Cohen (5)… tienen ideas políticas semejantes y comparten una idéntica visión del mundo. Y finalmente, esta asociación entre Google y la Administración estadounidense están al servicio de los objetivos de la política exterior de Estados Unidos.

IR: Precisamente, en esa misma línea, escribes que cuando Eric Schmidt visitó China, Corea del Norte y Birmania, en 2013, estaba llevando a cabo una operación de “diplomacia encubierta” para Washington. ¿Qué pruebas tienes de ello?

JA: Hablo basándome en mi experiencia. Pudimos demostrar que cuando había un flujo de información entre Schmidt y yo, inmediatamente esa información llegaba a los niveles más elevados del Departamento de Estado. Y cuando E. Schmidt utilizaba a Lisa Shields como canal para contactar conmigo, se producía con anterioridad un flujo de información en sentido contrario, del Departamento de Estado a Eric Schmidt…

IR: ¿Cometiste un error cuando recibiste en 2011 a Schmidt y a sus amigos cercanos a la Administración estadounidense?

JA: Yo estoy acostumbrado a reunirme con muchas personas de todo tipo, desde hace mucho tiempo. P.e. periodistas con antecedentes cuestionables. Traté la cita con Eric Schmidt y las tres personas que lo acompañaban, miembros del Departamento de Estado [Jared Cohen, Lisa Shields, Scott Malcomson]. Tuve mucho cuidado en no revelar detalles de nuestras operaciones o los nombres de los miembros de mi equipo… Eric Schmidt y sus tres acompañantes, me visitaron durante más de cinco horas… Está muy claro que Eric Schmidt ve a China como un enemigo…

IR: ¿Te decepcionaste al ver la versión truncada que daba Schmidt de esa conversación en su libro?

JA: Como yo también había grabado nuestro encuentro, tuve la experiencia personal de saber exactamente lo que yo había dicho a Schmidt. Pude vislumbrar su objetivo. Lo que intentaba era posicionar a Google como el “visionario geopolítico” que necesitaban los Estados Unidos. Para que las autoridades de Washington acudieran a él y escucharan a Google…

IR: Dices que muchos ciudadanos critican el espionaje y el control ejercidos por el Estado, pero sin embargo son muy pocos los ciudadanos que critican la vigilancia ejercida por las empresas privadas.

JA: Esta división está desapareciendo en los países de Occidente. Pero la complicidad es más clara en Estados Unidos donde, el 80% del presupuesto de las agencias de seguridad nacional va a la industria privada.

Es interesante preguntarse por qué ha habido más investigaciones sobre el espionaje del Gobierno que sobre el espionaje de las empresas privadas. Cuando el Gobierno estadounidense contrata a la empresa militar privada Blackwater para que sus mercenarios operen en Oriente Medio, ¿cuánta atención se presta al número de mercenarios que intervienen en Irak o en Afganistán, comparado con lo que se publica sobre el número de militares de las fuerzas armadas?

¿Cuánta atención se da a los mercenarios de Blackwater cuando matan a alguien o cuando cometen un delito, en comparación con la cobertura mediática que recibe el crimen o el delito cometido por un militar? Y sin embargo, el Gobierno estadounidense, en ambos casos, es el amo que da las instrucciones y financia las operaciones. Se le da un nombre diferente, para esconder la verdad, y disimular la realidad.

Especialmente en Estados Unidos, está el aspecto ideológico. Por un lado tenemos a la izquierda norteamericana… que no está ejerciendo un examen adecuado de lo que está sucediendo con los excesos del Gobierno, incluida la privatización generalizada.

El sector privado es quien dirige, en gran parte, al Gobierno. Y algunas mega- empresas, como Google o Goldman Sachs, con su enorme tamaño y sus monopolios, están dirigiendo los servicios centrales del Estado como si fueran el propio Gobierno… Tienen una cifra de negocios anual superior al PIB de muchos Estados, como Ecuador, por ejemplo…

Si comparamos la empresa petrolera Chevron, que tiene una facturación de unos 300.000 millones de dólares al año y Ecuador, que tiene un PIB de unos 90.000 millones de dólares al año… La diferencia es abismal. Sabemos que hay un conflicto entre estas dos entidades.
Si consideramos los ingresos, no cabe duda de que Chevron es la entidad con más recursos de las dos. Es tan grande que ha podido asociarse, al poder de Estados Unidos que también posee la habilidad de usar la fuerza coercitiva indirecta, para tratar de intimidar a Ecuador… Movilizando, si es necesario a la llamada “sociedad civil”…

IR: ¿ El concepto de “sociedad civil” es una fábula?

JA: El concepto no, pero la práctica sí lo es. Porque la mayoría de las organizaciones de la llamada “sociedad civil” están financiadas para ser agentes del Estado o de las empresas más poderosas. La New America Foundation, la financia Eric Schmidt, y Google como compañía, y el Departamento de Estado, y Radio Free Asia… Y su directora general, Anne-M. Slaughter, sigue siendo una asesora del Departamento de Estado. Y es profesora en Princeton, al mismo tiempo. Por lo tanto, aquí los tenemos a todos juntos: Schmidt como individuo, Google como compañía, el Departamento de Estado como parte del Ejecutivo de EE.UU.
Aunque, desde lejos, parece que Google y Facebook están en competencia, a nivel social, cooperan en fundaciones, y trabajan con el Estado, como en el caso de la New America Foundation.

IR: Lo que llamamos ‘democracia representativa’, en realidad, escondería un gran deseo de controlar a la gente…

JA: Seguramente conoces la famosa afirmación de Noam Chomsky: “Los medios de comunicación son a la democracia lo que la propaganda es a la dictadura”. Es una parte necesaria del sistema de control.

IR: Háblame de Total Information Awareness, ¿crees que ese proyecto ha sido abandonado?

JA: ¿Total Information Awareness? No, no, en absoluto. Inmediatamente después de los atentados del 11 de septiembre del 2001, el complejo de los servicios de inteligencia estadounidenses quiso obtener más poder. Conseguir muchas cosas que habían querido hacer desde hacía mucho tiempo… Aunque ya eran muy poderosos… No es que no hubiera vigilancia masiva antes del 11 de septiembre, sí la había. La Agencia de Seguridad Nacional (NSA) ya recopilaba una enorme masa de información. Pero después del 11 de Septiembre, el Ejército pensó que podía agarrar parte de este pastel y quitarle la suya a la NSA. Por lo tanto hicieron esa propuesta de Total Information Awareness, con algo llamado MOAD, que incluía toda la información que se había reunido en Estados Unidos, la de la CIA, la de los satélites y la de las demás agencias de inteligencia.

Este proyecto se aprobó, pero la NSA vio esta intromisión del Ejército como una amenaza para su propio poder institucional. Por lo tanto, la NSA luchó contra Total Information Awareness.

Entonces, la NSA se unió con los principales responsables demócratas, y empezaron a atacar ese proyecto. Una vez que lo debilitaron bajo el pretexto de que constituía una amenaza para las libertades civiles, la NSA absorbió la mayor parte de los elementos de Total Information Awareness. O sea, todos sus objetivos siguen vigentes y forman ahora parte de las misiones de la NSA.

IR: A tus lectores les dices: “¡Aprended cómo funciona el mundo!” Pero ¿dónde pueden aprender eso?

JA: La revolución de las comunicaciones ha conectado a todas las sociedades. Eso significa que ha conectado a todos los espías de una sociedad con los de otra sociedad. Eso ha reforzado los aspectos negativos de la globalización. P.e. la competencia económica tan agresiva, las transferencias financieras a la velocidad de la luz… Eso significa que los grupos dominantes, pueden ahora multiplicar su poder gracias a Internet y extenderlo a todos los países.

Pero, esta misma revolución tecnológica, ha permitido a muchas personas, en todas partes del mundo, educarse unas a otras. Mediante transferencia de información. Eso nos permite informarnos mejor y comprender cómo funciona el mundo.

IR: Es el aspecto positivo…

JA: Sí. La NSA y las organizaciones como Google y otras empresas cuyo negocio es recoger información privada, han estado sacando información de las personas y archivándola para utilizarla en su beneficio. Esto ha aumentado el poder de aquellos que ya tenían mucho. Es el aspecto negativo.

Por otro lado, esa transferencia lateral de información ha aumentado el conocimiento y, por lo tanto, el poder de millones de personas. Y han surgido unas organizaciones, que se especializan en recoger datos secretos de esas organizaciones superpoderosas, para ponerlos a disposición de todo el mundo.

IR: ¿Crees realmente que Internet ha conseguido poner fin a la asimetría de la información?

JA: Sí, pero, como acabo de explicar, las grandes empresas y el Estado están intentando controlar este fenómeno recogiendo más información.

IR: Dices que “no es el Estado quien debe saberlo todo sobre los ciudadanos, sino los ciudadanos quienes deben saberlo todo sobre el Estado”.

JA: Sí, así debe ser. La gente nace con deseos de justicia, y antes de morir, quiere haber sido tratada con justicia. Transparencia y privacidad son sólo importantes porque son mecanismos que dan o quitan poder.

IR: Afirmas que WikiLeaks contribuyó a hacer caer dos dictaduras: en Túnez y en Egipto. ¿Estás convencido de ello?

JA: Muchas personas están convencidas de ello.

IR: ¿Está demostrado?

JA: Los ministros de Ben Ali admiten que la divulgación de unos cables con información explosiva por WikiLeaks fue lo que quebró la espina dorsal del sistema de Ben Ali. Queda claro que estas divulgaciones representaron un papel importante. Llegaban en el momento propicio y en un contexto de gran descontento social. Pero lo que hizo caer a Ben Ali fue el propio Ben Ali.

IR: Dices que, cuando se produjeron las primaveras árabes y las revueltas de jóvenes a través del mundo, “Internet se convirtió en un demos, un pueblo, que comparte cultura y aspiraciones, se convirtió en un lugar en el que tiene lugar la Historia”. ¿No es excesivo?

JA: Hay millones de personas que utilizan Internet y no se conciben a sí mismos como parte de ese demos. Pero hay millones de personas, que sí se perciben a sí mismas como parte de ese demos.

IR: ¿Sigues pensando que compartir información es una manera de liberar al mundo?

JA: No hay otra. Esta ha sido siempre la lucha. Si retrocedemos al tiempo de los griegos, o a los debates durante la Ilustración, o a los enfrentamientos en China, o las guerras de independencia en Latinoamérica, o las luchas poscoloniales, el primer paso siempre ha sido: comprender la situación, comprender qué es posible y qué no es posible.

Si miramos simplemente de qué es capaz el ser humano cuando está en sus mejores condiciones, y qué es capaz de hacer la civilización cuando está en su mejor momento, cualquier cultura, cualquier civilización…

Está claro que no se puede hacer un plan para hacer algo a no ser que se piense en ese plan. No se puede comprender si un plan de acción es válido o no es válido a no ser que se analice en detalle y se entienda la situación.Los seres humanos siempre se han visto limitados por la falta de conocimiento.

Imaginemos que mañana todo el mundo se queda sordo, mudo y ciego; las personas no pueden comunicarse, ni transmitir sus conocimientos, ni tampoco aprender del pasado, ni de los archivos escritos, no pueden transmitir sus conocimientos a sus hijos… Imaginemos esa situación extrema…

Entonces las personas serían como conejos o como piedras… Pero también podemos imaginar otra postura, donde la adquisición de conocimientos sería mucho más importante, y la educación mucho mejor que ahora, y la comunicación de mayor calidad y más honesta que ahora… Pues bien, en este momento nos hallamos entre esta posición elevada y la de ser meras piedras…

Hace unos cinco mil años estábamos a un nivel muy bajo, ahora hemos subido un poco, pero aún nos queda mucho por subir para alcanzar, gracias a una educación y una información adecuadas, un nivel humano superior.

IR: Se ha acusado a WikiLeaks de “violar la vida privada de los Estados”.

JA: Una institución que se regula a sí misma, que no tiene regulación externa, se condena a cometer excesos o a la corrupción. Por eso, en términos prácticos, algunas instituciones del Estado, como la policía que investiga a las mafias, por ejemplo, deben actuar de forma profesional para asegurarse de que sus investigaciones no sean cuestionadas. Sin duda, WikiLeaks actúa de forma profesional y verifica que la identidad de nuestras fuentes no se vea comprometida, o la identidad de nuestro equipo, de nuestro personal, nunca sea revelada. Y nunca lo ha sido.

IR: Dices que respecto a los medios de comunicación “habría que destruirlos todos”, y sustituirlos. ¿No eres un poco excesivo?

JA: He tenido la experiencia de padecer a los medios de comunicación como sujeto, cuando los medios hablan de mí. Y he desarrollado una percepción muy aguda respecto a su falta de profesionalidad, tienen muchos prejuicios y que están al servicio del poder al que rinden cuentas.

Aunque, entre los periodistas los hay muy buenos, las limitaciones institucionales son muy severas y casi inevitables. Esencialmente, el poder los corrompe. Este es un proceso de seducción al que la mayoría de los seres humanos no se puede resistir. Resultado: todo grupo mediático que tiene influencia y que la ha ejercido durante muchos años ya no es capaz de dar información de forma honesta.

IR: ¿Qué relación tienes con Edward Snowden actualmente?

JA: No es un secreto. Tiene asilo en Rusia y ahora ha montado una organización para defender las fuentes de los periodistas, que se llama Courage Foundation. En cuanto a cómo nos comunicamos… Ahí no puedo entrar… hay un Gran Jurado en Estados Unidos investigando el caso de Snowden, y los agentes del FBI vinculados han estado haciendo preguntas respecto al papel que miembros de WikiLeaks hemos tenido en el caso de Snowden.

Estamos muy contentos de que Snowden tenga asilo seguro. Su familia se ha reunido con él en Rusia. Y tiene libertad de movimientos en el país más grande del planeta. Todavía tiene que tener mucho cuidado a la hora de salir fuera de Rusia, por los intentos de Estados Unidos de capturarlo… Pero se encuentra en una buena situación ahora.

Esto es un incentivo muy importante para que lanzadores de alerta como él den un paso al frente y hagan lo mismo que hizo él.

IR: ¿Estás dispuesto a negociar con Estados Unidos para poner fin a tu situación?

JA: El Departamento de Justicia estadounidense se niega a hablar con mis representantes. La investigación sobre mí sigue, pero no quieren hablar con nuestros abogados ni conmigo. Y el Gobierno de Ecuador, ha intentado hablar con el Gobierno estadounidense respecto a esta cuestión, y el Gobierno de Estados Unidos se niega a entablar conversaciones.

IR: ¿Cuándo piensas salir de aquí?

JA: Tengo mucha confianza. La situación es clara. Hemos depositado una docena de demandas en distintas jurisdicciones, que están avanzando, P.e. presentamos una demanda penal contra las operaciones de inteligencia contra mí en Suecia, otra contra las operaciones militares de Estados Unidos contra nosotros en Alemania… Legalmente la situación está muy clara. A medida que avanza el tiempo, Estados Unidos y el Reino Unido empiezan a tomar cierta distancia con respecto al tema WikiLeaks… Ahora, están muy ocupados con la Organización del Estado Islámico…

IR: En Suecia hay un nuevo gobierno socialdemócrata

JA: Sí, pero no hay que olvidar que fue un Gobierno socialdemócrata quien tomó la decisión de colaborar con la CIA en el 2001. En Suecia, no hay mucha diferencia entre el centro-derecha y el centro-izquierda… En el Reino Unido, varias facciones están de mi parte y esto ha tenido como resultado un cambio en la ley. Tampoco hay cargos contra mí en Estados Unidos, ni en Suecia…

Resulta increíble. Estuve detenido sin cargos durante cuatro años… ahora ya no es posible una extradición sin cargos en el Reino Unido. Aunque hay un problema: esa nueva ley no es retrospectiva. Esa cláusula se introdujo en la nueva ley después de que un artículo en el London Independent dijese que si se aprobaba la nueva ley tal y como estaba redactada, Assange quedaría libre. Esa cláusula se ha introducido únicamente para causar perjuicio a una persona en concreto.

IR: La llamarán la “enmienda Assange”, me imagino…

JA: Mis abogados bromean. Pero tengo confianza. Soy optimista.

Entrevista a Julian Assange fundador de Wikileaks por Ignacio Ramonet ( * Extracto)