Primera Guerra de Irak

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LA PRIMERA VÍCTIMA DE LA GUERRA ES LA VERDAD

“Se supone que la política es la segunda
profesión más antigua del mundo.
Con el tiempo, he llegado a la conclusión
que mantiene muchas similitudes con la primera.”
Ronald Reagan

La guerra que el presidente de EE.UU anuncia es un crimen contra un pueblo de 27 millones de personas; es un crimen contra Dios y la humanidad. Si la gente supiera la verdad, decía el ministro británico de la guerra de 1914, la guerra se acabaría mañana. Es en la opinión pública donde se está produciendo este combate en estos momentos y la propaganda es esencial. ¡Miente que algo queda!

El Papa Juan Pablo II, incansable luchador por la Paz, continúa alentándonos a combatir la guerra, siendo voz de los que no tienen voz. ¡Qué bravo luchador por la Paz! y algunos querían jubilarle. Es seguro que se merece el premio nobel, pero tal vez, quien está inmolando su vida por la Paz, logre la palma del martirio. (No me extraña que hayan querido asesinarle tantas veces).

Ahora que se nos pide que creamos de nuevo la antigua retórica de asemejar Sadam Hussein a Hitler (para que los ciudadanos emocionalmente aceptemos más fácilmente un nuevo episodio de esta diabólica guerra), es vitalmente importante recordar las mentiras de la pasada Guerra del Golfo. No olvidemos que la primera víctima en una guerra es la verdad y la mentira es un arma fundamental en la propaganda bélica.

En la década transcurrida desde la Guerra del Golfo, ha salido a la luz que muchas de las justificaciones para la guerra no eran completamente ciertas y, a veces, incluso fueron fabricadas intencionalmente para influir en la opinión pública. Uno de los ejemplos más notorios de las mentiras que se utilizaron para «vender» la Guerra del Golfo fue la falsa alegación de que soldados iraquíes sacaran a bebés kuwaitíes fuera de sus incubadoras y les dejaran morir. La historia fue ideada por una empresa dedicada a las campañas de comunicación. Antes de la Guerra del Golfo, esta mentira fue ampliamente divulgada y fue citada específicamente por varios senadores en sus discursos de apoyo a la resolución que dio al Presidente Bush (padre) la autorización para atacar Irak. Sin embargo, desde la guerra, ha salido a la luz que el testimonio dado sobre este asunto era, de hecho, falso.

A pesar de la manida invocación de los derechos humanos, Washington nunca ha valorado a los regímenes dictatoriales en función de cómo tratan a sus pueblos; más bien establece sus relaciones internacionales según conviene al interés y al lucro de las grandes multinacionales norteamericanas. EE.UU no tuvo el menor escrúpulo de apoyar a dictadores igualmente abominables: Suharto en Indonesia, Marcos en Filipinas, el Sha en Iran, Somoza en Nicaragua, Batista en Cuba, Pinochet en Chile, Mobutu en Congo-Zaire, Teodoro Obiang en Guinea Ecuatorial, etc.

¿Cuántas resoluciones del la ONU lleva incumplidas Israel? Estados Unidos es el protector de Ariel Sharon, jefe del gobierno israelí que posee la bomba atómica y demás armas de destrucción masiva. De hecho, el ejército Israelí tiene un misil atómico dirigido a cada capital del mundo árabe, pero para Occidente ese arsenal está en manos aliadas. Ariel Sharon es el asesino declarado de las matanzas de Sabra y Shatila, que ha incumplido sistemáticamente, como los de todos sus antecesores, las resoluciones de Naciones Unidas para abandonar las zonas ocupadas del Sur del Líbano, Gaza y Cisjordania, y sigue haciendo todas las salvajadas necesarias para hacer interminable la guerra de Oriente Medio

Sadam Hussein fue el aliado de Occidente mientras interesó, como lo son hoy otros gobiernos opresores a los que EE.UU ha apoyado como el del general paquistaní Musharaf, que llegó al poder tras un golpe de estado. ¿Cuántos miles de kurdos ha masacrado Turquía, su aliado en la OTAN? ¿De verdad, señor Trillo y señor Aznar, creen que están trabajando por la Paz ? Quizá se refieran a la paz de los cementerios.

Quiere ignorar el señor Trillo, supernumerario del Opus Dei, que los kurdos han sido miserablemente oprimidos durante toda la historia del Estado turco moderno, como señala el analista Noam Chomsky. El estado turco, aliado en la OTAN, en 1984 puso en marcha una guerra contra la población kurda. El resultado de la misma fue imponente: cientos de miles de personas fueron asesinadas. Hubo entre dos y tres millones de desplazados, y una limpieza étnica masiva dejó destruidas unas 3.500 aldeas. La comunidad internacional se ha mantenido en silencio sobre la masacre del estado turco sobre los kurdos. Además, lo que es más escandaloso, Turquía ha perpetrado la matanza de millón y medio de armenios durante el primer holocausto moderno del mundo, campaña de exterminio racial contra los armenios en 1915 y en la cual, paradójicamente, participaron muchos kurdos. Se recuerda a las víctimas del Holocausto nazi, pero se olvida o se oculta este otro genocidio que en 1987 reconoció el parlamento Europeo y sin embargo, aún en la actualidad el gobierno turco sigue negando que se haya producido. Este hecho es una prueba más del doble rasero que utilizan las grandes potencias con su aliado Turquía.

¿Cómo es posible, que según un informe de de The Economist, 30 multinacionales petrolíferas, entre ellas las española Repsol YPF, hayan firmado un acuerdo con un régimen tan sanguinario como el iraquí? Las tres compañías que poseen mayores lazos empresariales con el Gobierno de Sadam son las petroleras más importantes de Francia, Rusia y China, países que hasta ahora se oponen a la guerra preventiva. Sus compañías petroleras TotalFinaElf, Lukoil y China s National Petroleum Company son las principales beneficiadas de los contratos petroleros millonarios que Bagdad ha promovido desde finales de los 90.¿Se llegará a un acuerdo para repartirse el pastel?. El Foro de Política Global, dependiente de Naciones Unidas, señala que no hay ninguna petrolera que no tenga puesto el ojo en Irak. Lo analistas coinciden que los cuatro gigantes mundiales del negocio petrolero, las estadounidenses Exxon y Chevron, la británica BP y la angloholandesa Shell, apostarán fuerte para sacar provecho en el nuevo reparto (El MUNDO, 10 de Febrero). ¿Cuánta sangre de inocentes debe derramarse para que los ciudadanos clamemos: ¡no más guerras!?. Nuestra riqueza termina siendo la sangre de inocentes, como afirmaba León Bloy.

¿No cree usted, señor Aznar, que hay una doble moral con las armas biológicas? Lamentablemente, la guerra biológica y química no son fenómenos nuevos. No es nuevo tampoco que entre las empresas que desarrollaron el agente naranja y el napalm que Estados Unidos usó amplia e indiscriminadamente contra Vietnam -y cuyas secuelas humanas y ambientales persisten-, se encuentren Monsanto y Dow, dos de los cinco mayores gigantes de la agrobiotecnología que, por lo tanto, están entre las empresas que tienen alta capacidad de modificar bacterias, virus, hongos u otros organismos y convertirlos en armas. Donald Rumsfeld, secretario de Defensa de Estados Unidos, halcón de la guerra que ha acuñado el concepto de “guerra preventiva”, seguramente conoce bien el tema. Antes de ser designado en ese cargo, fue presidente y director ejecutivo de G.D. Searle & Co, multinacional farmacéutica que se fusionó con Monsanto. Esta aparente actitud de precaución frente a la guerra biológica contrasta fuertemente con la posición que tomó Estados Unidos en julio del 2001, cuando se negó a colaborar para que se estableciera un protocolo internacional de verificación del Convenio de Armas Biológicas y Tóxicas (CABT) de Naciones Unidas, que comprometía a sus signatarios a prevenir y descartar el uso de armas biológicas y tóxicas. Según manifestó Estados Unidos, permitir esta verificación internacional en su territorio atentaría contra los intereses comerciales de sus empresas biotecnológicas. En realidad nadie sabe si el régimen iraquí tiene realmente ese arsenal químico y bacteriológico del que se le acusa, pero aunque así fuera, es bochornosa la hipocresía con la que actúa Occidente al convertir a Sadam en el diablo de las armas químicas y no decir nada respecto de todos los demás. Thomas J. Nagy profesor de la School of Business and Public Management de la Universidad George Washington, ha analizado una serie de documentos, parcialmente desclasificados, de la inteligencia militar estadounidense, que prueban y son testimonio de un genocidio: la destrucción del servicio de aguas de Irak se hizo de manera intencional y a sabiendas de las consecuencias que acarrearía. EE.UU. realizó un boicot a los productos de depuración de aguas, cloro, bombas dosificadoras de productos químicos, buques cisterna y otros, durante más de diez años, conociendo perfectamente el coste en vidas que representaba. Las Naciones Unidas han estimado en más de 500.000 los niños fallecidos a consecuencia de las sanciones y que 5000 niños siguen muriendo mensualmente por el mismo motivo. Nadie puede decir que los Estados Unidos no sabían lo que estaban haciendo. “Véalo usted mismo”, asegura el profesor Thomas J. Nagy :”todos los documentos de la DIA mencionados en este artículo se encuentran en la página web del Departamento de Defensa”. Los Profesores John y Karl Mueller, de la Universidad de Rochester, escriben que las sanciones han causado “la muerte de más personas en Irak que las producidas por las así llamadas armas de destrucción masiva a lo largo de la historia.»

Es importante recordar, que en los orígenes de la nación irakí, Churchill, estaba a cargo del control militar de Bagdad y Basra, como secretario de Guerra y Aire, cuando los recursos naturales de la región eran repartidos entre Inglaterra y Francia después de la 1ª Guerra Mundial. La ocupación británica distaba mucho de ser popular, y requirió una brutal represión de los habitantes locales. Es posible argumentar que de la misma forma Churchill es digno de comparación con el carnicero de Bagdad por eliminar a cualquiera que se interpusiera en el camino del Imperio. De hecho es harto conocido que Churchill ya enseñó que no había que tener compasión por los kurdos y árabes del sur de Irak: “No entiendo esas aprensiones acerca del uso de gas. Yo estoy totalmente a favor del uso de gas venenoso contra tribus incivilizadas. (Pilger, J. (2002) The New Rulers of the World, London.)

Podemos también asombrarnos de lista de multinacionales occidentales que sacaron provecho en el desarrollo del armamento químico y biológico del dictador Saddam. Un informe, publicado en 1990 por el Simon Wiesenthal Centre (informe especial encargado por el Simon Wiesenthal Centre, Paris and Los Angeles: Middle East Defence News and the Simon Wiesenthal Centre), confirmó algunos datos que habían sido previamente publicados en diferentes medios. El informe documenta un total de 207 empresas occidentales de 21 países implicadas en la producción de componentes químicos y balísticos vendidos a los iraquíes para guerras con gas nervioso y gas venenoso. ¡Y este número sólo refleja las compañías que fueron descubiertas! Entre esas empresas hay algunos nombres familiares: Daimler-Benz, Phillips Petroleum, BP (Alemania), Siemens, United Steel and Strip Corporation; Hewlett Packard y una subsidiaria de Fiat. Después de la guerra del Golfo en 1991, miembros de las fuerzas armadas estadounidenses presentaron una acusación en Texas denunciando a compañías norteamericanas que habían proporcionado a Irak tecnología para fábricas armas químicas y biológicas. Entre las empresas nombradas estaban Bechtel, M.W. Kellog, Dresser Industries y Interchem Inc . (Berbstein, D. (1998) Made in America, San Francisco Bay News, 25 de Febrero).

En Hamburgo, en el año 1946, un tribunal británico juzgó y sentenció a muerte 2 representantes de una empresa alemana por suministrar al régimen nazi la sustancia química Zylon B para su uso contra civiles. Éstos reclamaron que no tenían conocimiento del uso al que se iba a destinar dicha sustancia. Las empresas occidentales que han armado a Irak con agentes químicos, ¿no deberían ser juzgadas en el tribunal Penal Internacional?

Todas las personas que creemos en la resolución pacífica y dialogada de los conflictos internacionales debemos oponernos a esta guerra, a esta espiral de violencia. George W. Bush, como el ministrro de defensa español Federico Trillo, prefieren seguir abriendo la Biblia por el Antiguo Testamento buscando plegarias de guerra, no sea que el Jesús de la Bienaventuranzas, nos diga: “lo que hicisteis a uno de estos pequeños a mí me lo hicisteis”. Gandhi, que descubrió el sermón de la montaña del nazareno, nos enseña: “sólo la no violencia puede salvar a la humanidad”.”No hay camino para la Paz, la Paz es el camino.”