Hay muchos niños que están aprendiendo a luchar contra la esclavitud infantil como Iqbal Mashib.
Revista Autogestión nº 60
El caso de Afzal Ansari, niño indio de 12 años que fue asesinado por una paliza que le propinaron sus jefes en una industria textil ha vuelto a poner a este país en el punto de mira de la explotación laboral infantil. La investigación del caso dio como resultado la liberación de cerca de 400 de niños en sus mismas condiciones. No es un caso aislado.
En la India las cifras oficiales del gobierno hablan de 17,5 millones de niños esclavos. Las organizaciones independientes, cifran esta barbarie en cerca de 100 millones. La miseria de millones de familia las fuerzan a entregar a sus hijos a intermediarios que recorren el país ofreciendo créditos de entre 10 y 20 euros a los más necesitados a cambio del trabajo infantil. Se los llevan a Bombay y Nueva Delhi. Los padres no vuelven a ver a sus hijos ni el dinero prometido. Allí los niños viven como animales. Trabajan hasta 15 h., comen y duermen en el centro de trabajo y no ven la luz del sol.
En una situación semejante vivía Govind antes de reunir el valor semejante para escaparse de sus jefes e incorporarse a la Marcha contra la Esclavitud Infantil que recorría la India y que dio un mitin justo detrás de la tienda de teléfonos donde trabajaba. Tenía entonces 12 años. La organización que le acogió le ayudó a ingresar en un centro de rehabilitación, donde convivió y estudió con un centenar de niños que habían sido también esclavos. Allí decidió que se dedicaría a la liberación de niños esclavos. Hoy Govind tiene 23 años. Desde Nepal, trabaja en esta labor.
Hay muchos otros Iqbal Mashib en el mundo. La lucha por la Justicia les ha liberado. Esperamos y combatimos para que cunda su ejemplo.
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