Carta dirigida a la revista religiosa Alfa Omega en las últimas elecciones del año 2000. En su semanario (nº 202) dijeron que el voto en blanco era irresponsable o que era dar el voto al enemigo de nuestra fe (sic).
En las pasadas elecciones generales ustedes proponían como criterio moral para votar, escoger la opción menos mala o, como se dice ahora, el bien posible. Para determinar cuál era ese bien posible en estos momentos había que fijarse en la provisión de fondos y legislación en apoyo a un determinado tipo de familia y de acogida a la vida humana. Muchos entendimos que se estaba refiriendo al PP, que parecía el mejor, dentro de las posibilidades que teníamos para resolver estos problemas. Sobre todo, después de leer en su semanario (nº 202) que el voto blanco era irresponsable o que era dar el voto al enemigo de nuestra fe (sic); yendo con esta postura en contra de los obispos españoles, que aceptan el voto en blanco como una elección tan válida como cualquier otra y muy distinta a la abstención, siempre rechazable. Ahora, conocido el nuevo Gobierno, les preguntamos: ¿el bien posible es una ministra de Sanidad (la que tiene las competencias claves sobre estas materias) como Celia Villalobos, que se ha manifestado repetidamente a favor del aborto, de los anticonceptivos y de las parejas de hecho?; ¿el bien posible es un Gobierno de liberales y tecnócratas que apuesta firmemente por el neocapitalismo, el cual provoca el empobrecimiento y la desmoralización de la gran mayoría de las familias del mundo?
¿No era el voto al PP un voto por la familia y la infancia? Quizás es que, los que así argumentaban, tenían que haber aclarado antes que ese bien posible sólo era aplicable a unos pocos: a los privilegiados que vamos a seguir enriqueciéndonos a costa de la muerte por hambre, por esclavitud y por infanticidio de la mayoría de la Humanidad.
Carlos Ruiz. Burgos