¿Por qué Polanco es ahora tan poderoso?

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La revista Capital analiza el emporio mediático del magnate de la comunicación. Tras el 14-M, muchos se hacen una pregunta: si con un Gobierno que hizo todo lo posible por hundirle, es incluso más poderoso, ¿qué puede conseguir Polanco con alguien afín como Rodríguez Zapatero? En una entrevista, el nuevo inquilino de La Moncloa dijo que su periódico preferido era El País, y su radio, la Ser. Y este pequeño detalle ya se empieza a notar.

La revista mensual Capital publica en su número de mayo un amplio reportaje sobre Jesús de Polanco en el que afirma que «tiene la mayor cadena de radio, canales de televisión, editoriales, tiendas de libros, el periódico más influyente… Sólo le faltaban amigos en el poder. Y ya los tiene. Eso significa que el magnate de la comunicación está cada vez más cerca de obtener una cadena abierta de TV a escala nacional y beneficios fiscales».

Por Rafael Pascual

El señor García pone el despertador a las seis de la mañana. Mientras desayuna escucha por la radio a Iñaki Gabilondo y su programa Hoy por hoy en la cadena Ser, la más poderosa de España.

De camino al trabajo, compra El País en el kiosco, el diario más influyente, sin duda, y de paso, se lleva el diario As para saber cómo le va a su equipo de fútbol favorito. En el trabajo lee el rotativo económico Cinco Días.

A la hora de comer, nuestro personaje se acerca a una tienda y aprovecha para llevar a su hija un libro de texto de la editorial Santillana, y la revista Cinemanía.

Ya en casa ve los informativos de CNN+ y se entretiene con la película de Canal Plus, producida por Sogecine.

Antes de irse a la cama, un poco de lectura con la última obra de Arturo Pérez-Reverte, el mayor escritor de best-sellers, de la editorial Alfaguara. Dulces sueños.

Libros, música, televisión, periódicos, películas…

Quizá el señor García no lo sepa, pero detrás de todo lo que ha visto, leído y oído está Jesús de Polanco, presidente de Prisa, la mayor empresa de comunicación de este país.

Durante mucho tiempo, la sola mención de su nombre provocaba convulsiones en José María Aznar, que ha tratado de impedir el crecimiento de Polanco por todos los medios. Pero no sólo no lo ha logrado sino que desde que Aznar ha dejado de ser presidente del Gobierno, Polanco es más poderoso por sus buenos contactos con los socialistas.

Y es que a sus 74 años, don Jesús, así le llaman en el trabajo, tiene un imperio mediático capaz de influir en la opinión pública hasta el punto de provocar un vuelco electoral.

Así lo creen en el Partido Popular, pues hace poco un ministro del antiguo Gobierno popular afirmó: «La Ser y CNN+ [canal de TV] han jugado un papel fundamental en el triunfo de los socialistas».

ZAPATERO YA HA MOSTRADO EN PÚBLICO SU PREFERENCIA POR PRISA

Culpar al Grupo Prisa del desastre electoral del PP quizá sea un poco exagerado, pero da buena muestra del poder de este madrileño.

Tras el 14-M, muchos se hacen una pregunta: si con un Gobierno que hizo todo lo posible por hundirle, es incluso más poderoso, ¿qué puede conseguir Polanco con alguien afín como Rodríguez Zapatero?

En una entrevista, el nuevo inquilino de La Moncloa dijo que su periódico preferido era El País, y su radio, la Ser. Y este pequeño detalle ya se empieza a notar.

Periodistas del primer diario nacional (más de dos millones de lectores, según el último EGM), como Javier Valenzuela o Julián Lacalle, ya ocupan lugares destacados –responsables de la información internacional y nacional, respectivamente– en la Secretaría de Comunicación de Miguel Barroso, quien, por cierto, trabajó en El País. Álex Grijelmo, otro histórico periodista de El País, ha sido nombrado director de la Agencia EFE. ¿Alguien tiene dudas de qué periódico será el primero en recibir las exclusivas de Moncloa?

En cuanto a la Ser (líder con más de 5,7 millones de oyentes), no parece probable que el PSOE hiciera algo que no hizo el PP: cumplir las reiteradas peticiones del Tribunal Supremo. Según el máximo poder judicial, se debería anular la fusión de la Ser con las 81 emisoras de A3 Radio, realizada en 1994, por dañar a la competencia.

«Si nosotros no hicimos nada, cómo lo va a hacer Zapatero», explica un diputado popular. Por su parte, Prisa recuerda que «otras emisoras han hecho antenazos similares y nadie ha dicho nada».

Otro asunto es el de Sogecable, la empresa que agrupa los intereses de Polanco en televisión por cable. Los populares auspiciaron la creación de una plataforma que rompiera ese monopolio. Comandados por el antiguo portavoz del PP, Miguel Ángel Rodríguez, y utilizando el cash de la Telefónica de Juan Villalonga primero, y el de César Alierta después, parieron Vía Digital.

¿Resultado? Hartos de perder dinero, los directivos de Telefónica vendieron Vía Digital a Prisa. Ahora Polanco ya ha alzado la voz para reclamar un IVA reducido para su canal digital, por ser un producto de interés general.

No sólo eso. En la última junta de accionistas, Juan Luis Cebrián, consejero delegado de Prisa, reclamó rebajas fiscales para periódicos y libros. Y el Grupo Prisa no se va a detener ahí.

En los ocho años de gobierno del PP, se dictó una norma que impedía al poseedor de una cadena nacional tener, además, una local. Polanco tiene Canal Plus (cable de ámbito nacional) y Localia (una red de emisoras locales, pero con programas cada vez más parecidos).

En teoría, una de las dos está fuera de la ley. Pero a finales de 2003 la ley se matizó hasta el punto de que mientras nadie excediera una cobertura superior al 25% del territorio nacional, se hacía la vista gorda.

Aun así, todavía nadie ha puesto orden en las más de 1.000 televisiones locales, por lo que es imposible saber si tanto Localia como On-da 6 (Vocento) cumplen la ley. «El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra», reitera alguien cercano al PP.

EN EL GRUPO PRISA ESPERAN QUE EL GOBIERNO DÉ EL PRIMER PASO

Ahora, la responsabilidad de poner orden en esa jaula de grillos corresponde a Zapatero. Y Polanco ya se lo está recordando. «Esperamos que el nuevo Gobierno regule el sector audiovisual», dijo don Jesús en la última junta de accionistas.

No hay que ser un adivino para imaginar cuál es el verdadero interés del patrón de Prisa. «Si hacen una cadena de calidad, Localia se convertirá en la televisión en abierto que necesita Polanco», añade un rival.

Muchos ya casi lo dan por hecho. Un mes después de la victoria socialista, las acciones de Sogecable, de Prisa, han subido tres euros. No cabe duda: si Jesús de Polanco logra convertir sus 76 emisoras locales (llegan a 13 millones de habitantes), en un gigante nacional (42 millones de habitantes), no sólo se cerraría el círculo (desde libros hasta TV) sino que no habría otro grupo de comunicación de igual tamaño más cercano al Partido Popular.

Bueno, salvo José Manuel Lara. Recordemos que el presidente de la editorial Planeta consiguió que el Gobierno le vendiera la cadena de TV Antena 3 y la de radio Onda Cero.

Además, posee el diario La Razón. Pero, cosas del destino, fue una venta con caramelo envenenado, pues, por culpa de una extraña cláusula, un juez le obliga a indemnizar con 190 millones de euros a una pequeña emisora de radio, propiedad de un empresario llamado Blas Herrero..., amigo del PSOE.

Hay que reconocerlo: si Polanco y Lara se dedicaran a fabricar chocolatinas, sería una simple pelea normal entre competidores, pero cuando se habla de poderosos medios de opinión, la cosa degenera fácilmente. El PP en un bando, y el PSOE en el otro.

Aficionado a la ópera y al flamenco y poco amigo de los ordenadores Sin embargo, en Gran Vía 32, sede del grupo, no se cansan de asegurar que «Prisa es sólo una empresa y Polanco no es más que un empresario».

Y no hay duda de que lo ha hecho con muchísimo éxito… y algunos apoyos políticos. Desde que Polanco creó la editorial Santillana, no ha hecho otra cosa que llegar a acuerdos con quien hiciera falta. No le importó sentarse ni con Pinochet, ni con presidentes como el chileno Ricardo Lagos para extender su imperio de libros de texto, sin rival en Sudamérica.

Al igual que tampoco tuvo ningún problema en labrarse una amistad duradera con Felipe González o Alfredo Pérez Rubalcaba, que le hicieron infinitos favores en la primera etapa socialista.

Es más, un antiguo socio asegura que en una ocasión Polanco le dijo que «no tenía ideales políticos». Aficionado a la ópera y al flamenco, Polanco es un hombre chapado a la antigua cuando se trata de nuevas tecnologías. Poco amigo de los ordenadores y los e-mails, prefiere que sus colaboradores le remitan los documentos a través del fax.

«Siempre quiere estar al tanto de todo lo que se cuece», dicen en Prisa. Los que le conocen también dicen que le gusta rodearse de gente peleona, y que trata muy bien a sus amigos. También los tiene. Desde empresarios como Plácido Arango, y los Albertos, a políticos como Alberto Ruiz Gallardón (el alcalde de Madrid, del PP). «Le gusta mantener personalmente las relaciones con la Casa Real», dice un amigo.

Pero no todo es cuestión de tener amigos. En los últimos años, el mayor logro de Polanco ha sido multiplicar la audiencia de la cadena Ser hasta tener los 5,7 millones de oyentes de hoy. «Hemos logrado captar al público joven», explican en Prisa.

Otro acierto es el de las sinergias, famosa palabreja que se utiliza en todas las operaciones de Prisa. Semanas antes de que Alfaguara (filial de Santillana) lanzara La fiesta del Chivo, de Mario Vargas Llosa, El País Semanal preparó el terreno con sendos reportajes sobre la República Dominicana, que es donde transcurre la trama de la novela.

¿Más pruebas? La cadena CNN+ hace los informativos a Localia.

Polanco aún tiene más retos. El primero, montar un imperio radiofónico en Latinoamérica. En estos momentos ya controla más de 400 emisoras, y no tardará demasiado en coquetear con el mercado latino de EEUU, donde podría entrar de la mano de Gustavo Cisneros, el empresario latinoamericano más poderoso en ese país.

Los que esperan el resbalón del líder Prisa facturó 1.305 millones de euros en 2003. ¿Sus rivales? Un poco lejos. Quien más se le acerca es Planeta, con casi 920 millones de euros en ventas. En estos momentos, el grupo de José Manuel Lara es lo más parecido que hay a Prisa. Posee televisión (Antena 3), radio (Onda Cero), prensa (La Razón) y editorial (Planeta).

En definitiva, todos los mimbres para convertirse en un digno oponente de Polanco. Además, contaba con el visto bueno del Partido Popular. Pero aquí terminan las coincidencias, ya que mientras los medios de Prisa son rentables, Antena 3, Onda Cero y La Razón no dan más que pérdidas a Lara.

Otro que está asomando la cabeza en los últimos años es José María Bergareche, al mando del antiguo Grupo Correo (ahora Vocento). También está bien posicionado con importantes participaciones en ABC, El Correo, Sur, Cope, Tele 5 y la cadena local Onda 6.

A pesar de ello, tanto Planeta como Vocento no tienen la misma capacidad de influir en la sociedad que Prisa. Se supone que Planeta y Vocento buscan al consumidor de centro-derecha, pero las sinergias no están tan estudiadas como en Prisa.

Los medios de Vocento y Planeta no se rigen por una sola directriz como en Prisa, sino que parece que cada uno libra la guerra de la información por su cuenta.

El que no tiene este problema es Pedro J. Ramírez. Con el segundo diario más importante de España, su capacidad de influir en la sociedad es considerablemente temible debido a sus exclusivas y sus punzantes editoriales. «Siempre sabe situarse en la oposición de quien esté en el poder», añaden en Antena 3. Saben lo que dicen. Si El Mundo se sobró y bastó para sacar a la luz gran parte de los trapos sucios del PSOE de González, tampoco dudó en criticar los dos últimos años del Gobierno de Aznar. Zapatero deberá tener cuidado.


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