Jane Roe: La pionera del aborto arrepentida

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El 22 de enero de 1973, el Tribunal Supremo de Estados Unidos reconoció el derecho al aborto de Jane Roe, nombre ficticio para proteger a Norma McCorvey, una veinteañera de Dallas, soltera, pobre, maltratada y con adicción a las drogas. Treinta años después la heroína abortista, llamada realmente Norma McCorvey, que ahora tiene 55, se ha pasado al frente pro-vida y reniega de todo su pasado… Se ha sabido que la revista Playboy facilitó la financiación…

JANE ROE: LA PIONERA DEL ABORTO ARREPENTIDA

Hace treinta años, Norma Mc Corvey, una joven de 24 años, logró abolir las normas que prohibían el aborto en Estados Unidos con la ayuda de Sarah Weddington y Linda Coffe, dos egresadas de Leyes que luchaban por los derechos de la mujer.

En 1969, se acercó, con ocho meses de su tercer embarazo, a un abogado para pedirle ayuda. Quería realizarse un aborto y se le había negado. Vivía en el estado de Texas, donde esta práctica era ilegal y sólo se aplicaba en caso de peligrar la vida de la madre. Los únicos estados que lo permitían eran California y Nueva York.

Su vida estaba marcada por el dolor. Hija de una camarera y un soldado, había sido una niña maltratada, una adolescente violada y una madre soltera, que tuvo que dar sus otros dos hijos en adopción. A los 16 años, se casó con un hombre que la golpeaba. Después de dejarlo, se metió en las drogas, el alcohol y la prostitución. Era una hippie que vivía en la calle, no había terminado el colegio y quedó embarazada fruto de una aventura. A su juicio, un caso perfecto para Weddington y Coffe, las abogadas que llevaron su causa a la Corte Suprema.

Recomendada por el abogado se acercó a ellas para resolver su caso. Weddington ya estaba trabajando con mujeres que querían realizarse abortos legalmente en Texas, ya que las clínicas ilegales eran muy inseguras. «Antes de 1973, las mujeres morían en las salas de emergencia por ir a lugares ilícitos. Ya no», explica Weddington.

En 1970, demandaron al fiscal de Dallas, Henry Wade, pidiendo el derecho de aborto para Mc Corvey. Decidieron decirle a la Corte que la habían violado, con la intención de que la justicia fuera más rápida en su causa. Con el fin de proteger su identidad buscó un seudónimo. Así nació Jane Roe.

El caso marcó un hito en Estados Unidos. La Corte Suprema determinó que el gobierno no puede prohibirle a una mujer tener un aborto durante el primer semestre de embarazo. La Corte basó su decisión, en parte, en el principio de la Constitución que dice que cada persona tiene una «zona privada», en la cual ningún estado puede intervenir. Siete de los nueve jueces apoyaron la decisión.

Sin embargo, cuando se logró legalizar el aborto, Roe ya había dado a luz a una niña a quien dio en adopción (la menor ya tenía 3 años). Decidió quedarse en el anonimato, continuó su vida en las drogas y comenzó una relación homosexual con Connie González, con quien vive hasta hoy, aunque asegura que ambas se convirtieron y ya no son pareja.

En 1990 salió del anonimato y declaró: «Yo soy Jane Roe». Se transformó en celebridad para los abortistas. Escribió libros dando a conocer sus ideas y empezó a trabajar en clínicas donde se practicaba el aborto, apoyando a mujeres a tomar la decisión.

Fue justo ahí donde su vida dio un giro. Operación Rescate, un grupo cristiano antiaborto, se instaló junto a la clínica. Una conversación con el reverendo Philipp Bentham sobre el cristianismo la convenció de su error y su bautizo en 1995 salió en todas las pantallas de Estados Unidos, derrumbando el ícono de los movimientos abortistas.

Con su testimonio, se ha sumado a la lucha pro-vida. Escribió otro libro, Won by Love, en donde habla de su historia, su transformación y la fe. Creó la Fundación Roe No More, grupo que trabaja para evitar más abortos en el país y realiza conferencias sobre el tema. «El aborto no es para los que creemos en Dios», ha afirmado arrepentida.

No habla con Sarah Weddington desde 1994. La abogada no quiere referirse a ella y asegura que «el caso no era sólo para Roe, era una acción social para todas las mujeres».

Jane Roe fue una heroína para los grupos pro-aborto; para el frente antiaborto, símbolo de la degradación del país. Hoy, es admirada por todos los movimientos que defienden el derecho a la vida. Y sus enemigas son sus antiguas aliadas; algunas la acusan de inconsecuente, otros, de arrepentida. Ella simplemente declara: «Soy ex lesbiana, ex pro-abortista, ex Jane Roe».

( Revista QUE PASA)

*********************(FUENTE: ACEPRENSA. 2003)*****************

El pasado 22 de enero se cumplieron 30 años de la sentencia Roe v. Wade, en la que el Tribunal Supremo de Estados Unidos definió el aborto como derecho constitucional. Desde entonces más de 41 millones de bebés no han llegado a ver la luz. Sin embargo, en Estados Unidos la cuestión del aborto sigue viva en el debate político, se han adoptado últimamente restricciones al aborto y está abierta la posibilidad de que un cambio de mayoría en el Tribunal Supremo dé un vuelco a la situación.

En aquella sentencia, el Tribunal Supremo dictaminó que la mujer tiene derecho a abortar en los primeros meses de embarazo; un derecho constitucional derivado del más general derecho negativo a la privacy protegido -según los jueces- por la Primera Enmienda. La decisión del Tribunal Supremo suprimió las barreras al aborto establecidas en las legislaciones de los distintos Estados. No se trataba, por tanto de una despenalización en determinados supuestos, como en la mayor parte de las legislaciones europeas -por influencia alemana-, sino de un derecho constitucional inviolable, que las leyes penales de los Estados deben respetar, sin limitar su ejercicio: solo pueden poner algunas condiciones. Las sucesivas sentencias del Supremo configuraron este derecho de modo aún más individualista: la mujer no necesita el consentimiento del marido -si está casada- o de los padres -si es menor de edad-.

Lo más paradójico del reconocimiento del derecho constitucional al aborto en Estados Unidos es que tiene su origen en el perjurio de una mujer que nunca abortó y que hoy es pro vida. Norma McCorvey es el verdadero nombre de Jane Roe, su pseudónimo en el juicio ante el Supremo. Hoy se ha convertido al catolicismo, es una militante pro vida y sueña con que cambie la legislación sobre el aborto.

Cuando tuvo lugar el proceso, McCorvey era una joven de 21 años, sin dinero, sin marido y embarazada por tercera vez. Para las abogadas feministas Sarah Weddington y Linda Coffe era el caso perfecto y supieron utilizarlo. Para aumentar el efecto dramático, acordaron mentir en el juicio y decir que el embarazo se debía a una violación. Al alargarse el proceso, dio a luz a su hija y la entregó en adopción, igual que las dos anteriores.

El cambio de mentalidad de McCorvey fue lento. Cuando empezó a darse a conocer como la mujer que respondía al pseudónimo de Jane Roe, se transformó en una celebridad en los círculos pro aborto.

Luego se ganó la animadversión de estos grupos cuando reconoció que había mentido en el juicio. Pero siguió siendo pro choice.

En 1991 empezó a trabajar en un clínica abortista de Dallas, donde pudo ver de cerca los restos de bebés abortados en el segundo trimestre. «¿Cómo evitar que se te encogiera el alma? Nunca sonreíamos y algunas nos dimos al alcohol y a las drogas”, declaró después a Newsweek. Pero seguía justificando el aborto.

Rehizo su vida y, en 1995 trabó amistad casualmente con algunos miembros de la organización pro vida Operación Rescate. Comenzó a colaborar con ellos y en 1998 volvió al catolicismo, en el que había sido educada.

Por contra, su abogada, Sarah Weddington, se mantiene en sus posiciones de 1973, y advierte sobre el peligro de que las mujeres jóvenes no perciban «cómo eran las cosas antes de Roe v. Wade» y por tanto «no sientan la necesidad de esforzarse en la defensa de ese derecho».

(Fuente: Aceprensa. 2003)

*************Tomado de CRONICA. El Mundo (Panamá)***************

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ENTREVISTA A JANE ROE
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Treinta años después, Norma McCorvey, que ahora tiene 55, se ha pasado al frente pro-vida y reniega de todo su pasado; se ha convertido al catolicismo y ha fundado un grupo antiaborto llamado Roe no more (Roe nunca más).«Todo cambió cuando me convertí al cristianismo», explica Norma a CRONICA por teléfono. Habla despacio, con voz cansina, desde su asociación en Dallas.

—¿Por qué motivo abandonó la causa que defendió durante 20 años?

—Simplemente entendí que no se puede tomar la vida de un niño y matarlo, eso no es para los que creemos en Dios. La primera vez que fui a la iglesia, un sábado por la noche acompañada de dos niñas pequeñas, sentí que tenía que pertenecer a esa comunidad y renegar de todo.

—¿Se arrepiente de todo lo que hizo en su vida anterior?

—Por suerte, yo no llegué a abortar. Ahora aconsejo a mujeres desesperadas. Mi misión en la vida es ayudarlas y evitar que aborten.

—¿No admite el derecho al aborto en absoluto, ni siquiera en casos de violación o peligro para la vida de la mujer?

—No, no hay ninguna diferencia. De cualquier forma, sigue siendo un asesinato.

Norma McCorvey no es la única que ha cambiado. Aunque, según las encuestas, la mayoría de los americanos no quiere que haya marcha atrás, los portavoces de las asociaciones abortistas dicen estar perdiendo la batalla. Una sentencia que invalide el derecho al aborto a escala nacional puede estar cada vez más cerca.

Durante 17 años, McCorvey permaneció en el anonimato. Dio a su hijo en adopción e intentó seguir adelante. Para los grupos pro-aborto, ella era una heroína; para el frente antiaborto, el símbolo de la degradación del país.

Sólo en los 80 desveló el misterio de quién era Jane Roe. Entonces escribió un libro y se volcó activamente en la defensa del derecho que ella había conseguido para todas las americanas. Incluso, trabajó en clínicas abortivas como consejera.

En ese tiempo, según cuenta ahora, intentó varias veces el suicidio y se dio a las drogas por el cargo de conciencia de haber sido la causa de «la pérdida de tantas vidas».

En 1995, Norma dio un giro radical a su vida y sorprendió a los activistas de las dos partes. Se bautizó y se unió a un grupo cristiano antiaborto llamado Operación Rescate. Norma entró en contacto con ellos cuando la asociación abrió una delegación justo al lado de la clínica donde trabajaba. Un cura le cambió la vida, y ella decidió abjurar de todo lo que había sido en las últimas cuatro décadas.

Incluso de su lesbianismo. Norma ha vivido durante estos 30 años con Connie Gonzales, su única pareja hasta que las dos se convirtieron al catolicismo. Siguen compartiendo vida y profesión, pero Norma ahora ve la homosexualidad como un pecado.

Connie controla de cerca todos los movimientos de Norma, es su sombra constante. La protege de la prensa, de las críticas y de lo que haga falta.

Filtra sus llamadas y básicamente vive para ella. Es tan radical en sus posiciones como Norma. «Cuando pasó lo que pasó, no había grupos como nosotras que ayudaran a las mujeres», explica Connie sobre Texas, uno de los estados más conservadores del país.

Según ella, Norma cayó en las garras de las abogadas pro-abortistas porque no había médicos ni activistas que le dieran apoyo. «En este país, ahora todo el mundo cuida de las mujeres como ella, a la gente le importa y defiende la vida. No sé cómo es en el resto del mundo», concluye Connie, con tono escéptico. «Soy ex lesbiana, ex pro-abortista, ex Jane Roe», dijo Norma en un documental. «Soy una ex de todo, parece que cuanto mayor soy, más ex me vuelvo».

Como justificación de sus años de activismo pro-aborto, asegura que fue manipulada por «abogadas ambiciosas» que utilizaron a una chica desesperada para hacerse famosas y conseguir sus propósitos, y que después la abandonaron.

Era 1969, ella estaba sola, había dejado el colegio y ya había dado hijos en adopción. Las abogadas Sarah Weddington y Linda Coffee la convencieron para que denunciara al fiscal de Dallas, Henry Wade, y luchara por su derecho a abortar en Texas. Y así nació Roe contra Wade: según Norma, un cúmulo de mentiras. Les dijo a sus abogadas que la habían violado, con la intención de que la Justicia fuera más rápida en su caso. Años después, confesó que no era cierto: su embarazo fue fruto de «una simple aventura», según declaró en una entrevista televisiva en el 25 aniversario de la sentencia.

A principios de los 90, comenzó a desilusionarse de las campañas y de la clínica; no soportaba la presión de todas las mujeres que se le acercaban a darle las gracias por haber permitido que ellas pudieran abortar. Cuando empezó a trabajar con el grupo católico, toda su vida hasta el momento le pareció un error. Así, Norma se convirtió en portavoz de su causa y publicó un nuevo libro desde el frente contrario, Won by Love.

Hace cinco años, declaró en el subcomité constitucional dirigido por John Ashcroft, entonces senador y activista antiaborto que recogía testimonios para combatir la decisión del Tribunal Supremo.«Éste es el aniversario de una tragedia», dijo el hoy fiscal general de Estados Unidos. «Se han perdido 37 millones de vidas de niños que nunca conocerán el calor del abrazo de un padre o la fuerza del cariño de una madre».

Norma McCorvey dice rezar cada año que pasa para que no llegue el siguiente aniversario. El próximo miércoles hará lo mismo, pero ahora sus deseos tienen más posibilidades de cumplirse.

Las encuestas sobre la aceptación popular del derecho al aborto varían entre el más del 60%, según NARAL, grupo abortista, y el 46% que The Economist publica esta semana en su radiografía de las actitudes americanas.

El «National Right to Life Committee», la principal organización antiabortista –tiene más de 3.000 delegaciones abiertas a lo largo y ancho del país– confía en que queden pocos aniversarios por delante. Raimundo Rojas, portavoz del grupo, asegura que «en un par de años, la situación puede cambiar; la gente y los políticos están con nosotros, la tecnología ha permitido que veamos la fotografía del feto… nos lo ha acercado como ser humano».

Tomado de CRONICA. El Mundo (Panamá), 19.I.03, en http://www.fluvium.org/

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EL ABORTO EN EEUU
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Durante 200 años, el aborto fue ilegal en Estados Unidos. Sin embargo, tras el caso Roe vs. Wade, se abrió la senda que masificó esta práctica.

1962: se proclama la primera ley pro-aborto en algunos estados, para casos como violación, incesto, peligro de muerte de la madre o alguna disfunción física o mental del niño.

1970: Nueva York aprueba la primera ley de aborto a petición hasta las 24 semanas.

1972: el estado de Florida legaliza el aborto. Los demás estados sólo permitían esta práctica para salvar a la madre.

1973: fallo Roe vs. Wade. Se autoriza el aborto para todo el país, sin importar la edad y el motivo, durante los primeros seis meses de embarazo. Después de los siete meses, se puede realizar un aborto de nacimiento parcial. Esto es en el caso de que la madre esté en peligro de muerte. Se extrae el cuerpo del bebé del útero materno (excepto la cabeza) y se le succiona el cerebro mientras todavía está vivo.

En los 80 se abre la posibilidad de que la mujer pueda realizarse un aborto sin el consentimiento de su esposo o padres, en caso de ser menor de edad.

1996: El Presidente Bill Clinton veta un proyecto que eliminaba el aborto de nacimiento parcial.

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Fuente: HUMAN LIFE INTERNATIONAL

MANIPULACIÓN Y MENTIRAS QUE LEGALIZARON EL ABORTO EN EEUU
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Norma McCorvey fue la «Jane Roe» del caso Roe vs. Wade

A comienzos de 1970, Norma McCorvey alegó que ella había sido violada por una pandilla y estaba embarazada. Las abogadas Sarah Weddington y Linda Coffee, recién graduadas de la Facultad de Leyes de la Universidad de Texas, necesitaban una «cliente» para poder atacar la ley que desde hacía 100 años prohibía el aborto en Texas. Ellas convencieron a Norma de que debería procurar un aborto en lugar de tramitar la adopción para su bebé.

El caso fue litigado subsecuentemente varias veces hasta llegar al Tribunal Supremo, con el resultado de que en 1973 se legalizó el aborto en los 50 estados de la Unión. Mientras se litigaba el caso, la bebé nació y fue dada en adopción. En 1987, McCorvey admitió que ella en verdad no había sido violada y que el padre de su bebé era una persona a la que ella conocía y había pensado que quería. El relato de los pandilleros que la violaron era todo mentira.

Si bien el caso Roe vs. Wade legalizó el aborto, en la misma fecha Doe vs. Bolton permitió el aborto a petición durante los nueve meses de embarazo, y fue el medio legal que facilitó la aprobación del Tribunal al establecimiento de más de 2.200 abortuarios en todo el país.

Sandra Cano ahora dice que ella fue una participante ingenua del fraude al nivel más alto de justicia del país. Sandra era una joven madre de tres hijos, estaba embarazada y enfrentaba el trámite de divorcio contra su esposo que estaba encarcelado por abuso de menores. Los trabajadores sociales le habían quitado sus tres niños a Sandra. Los estuvieron pasando de uno a otro mal ambiente. Sandra quería mucho a sus hijos. Estaba casi al borde de la locura debido a sus problemas y fue así que llegó a pedir ayuda a Legal Aid Services [servicios de ayuda legal]. El ofrecimiento de los abogados de N.O.W. para sacarle de encima todos sus problemas, obtener el divorcio y recuperar la custodia de sus hijos sonaba demasiado bueno para ser verdad.

Cuando los abogados le sugirieron que querían hacer un trato con ella que incluyera abortar al bebé, Sandra manifestó claramente que nunca haría eso. Pero los abogados no sólo ignoraron sus objeciones sino que pasaron sobre ella. Cuando Sandra se dio cuenta que habían usado su caso para legalizar el aborto a petición, dijo: » ¿…cómo podía yo imaginarme un plan tan grotesco que tuviera como fin dar a las personas de una sociedad civilizada permiso para matar a sus propios hijos? …En verdad yo nunca pensé que ellos usarían mis angustias personales por recuperar a mis hijos para su plan de legalizar el aborto a petición.» Irónicamente, al igual que en el caso del bebé McCorvey, el bebé Cano llegó a término, nació y fue dado en adopción. Sin embargo, debido a estos dos casos, 35.000.000 de bebés han perdido sus vidas por aborto.

Sarah Weddington, la abogada que litigó el caso Roe vs. Wade en el Tribunal Supremo, pronunció un discurso en el Instituto de Ética de la Educación, en Oklahoma. Allí explicó por qué defendió la improvisada historia y los falsos cargos de violación de la mesera de Texas «Jane Roe», hasta llegar al Tribunal Supremo: «Mi conducta pudo no haber sido totalmente ética. Pero lo hice por lo que pensé fueron buenas razones.» Tulsa World 24-V-93.

LA REVISTA PLAYBOY FACILITÓ EL FINANCIAMIENTO

Hugh Heffner, fundador de Playboy, alega haber hecho una gran cosa por las mujeres: «Probablemente Playboy estuvo más involucrada en Roe vs. Wade que cualquiera otra compañía. Nosotros aportamos los fondos para esos primeros casos y además escribimos el amicus curiae en el caso Roe.» Miami Herald 18-XI-92

Fuente: Human Life International