Las autoridades japonesas han reconocido que dos empleados de Mitsubishi Electric se suicidaron por exceso de trabajo en 2012 y 2016, las últimas muertes ligadas a las excesivas jornadas laborales en Japón, revelaron hace unos días fuentes de la compañía.
Los casos salidos a la luz fueron reconocidos por el Gobierno entre 2014 y 2017, antes de la aprobación en junio de una reforma de la ley laboral nipona que busca acabar con las jornadas laborales maratonianas y que entrará en vigor en abril de 2019 para las grandes compañías y en 2020 para las pequeñas y medianas empresas.
Los fallecidos, uno de ellos de 28 años, trabajaban en Nagoya y en la prefectura de Hyogo (centro), mientras que otros dos empleados en Hyogo y Tokio desarrollaron enfermedades mentales por trabajar demasiado, según la información recogida por la agencia local Kyodo.
Reducir la jornada para evitar más suicidios
El Ministerio nipón de Sanidad reconoció la muerte en 2016 de 191 personas por karoshi, mientras que otro informe del Ministerio de Trabajo situó en más de 2.159 el número de suicidios por causas relacionadas con el trabajo, 675 de ellas por cansancio.
El suicidio es uno de los grandes problemas a solventar por parte del gobierno japonés, aunque año tras año los datos van mejorando. El 2016 se convirtió en el séptimo año consecutivo en el que descendían los datos totales, fijándose en 21.000 personas, según confirman fuentes oficiales a medios especializados.
Los tres últimos afectados trabajaron bajo un sistema introducido por la compañía en 2004 por el que pagaba a los empleados un número fijo de horas extra, en lugar de las horas reales trabajadas, y que aplicó a unos 10.000 trabajadores antes de cancelarlo en marzo.
Hasta ahora la legislación laboral japonesa sólo establecía una recomendación de no realizar más de 80 horas extra al mes. Este sistema estuvo en el punto de mira a comienzo de año porque la Administración del primer ministro, Shinzo Abe, quiso promocionarlo para frenar las largas horas de trabajo y los casos de karoshi (muerte por exceso de trabajo) ante las críticas de la oposición, que argumentaba que fomentaría las horas extras no remuneradas.
El Ejecutivo descartó la propuesta tras meses de debate y el parlamento promulgó en junio una reforma laboral que revisa ocho leyes para establecer por primera vez un límite legal de horas extra (100 al mes y 720 al año) cuyo incumplimiento acarreará sanciones.
Hasta ahora la legislación laboral japonesa sólo establecía una recomendación de no realizar más de 80 horas extra al mes, pero casi una cuarta parte de las corporaciones niponas reconoce que sus empleados trabajan más de ese tope, según datos gubernamentales. La normativa todavía vigente establece que las jornadas no deben superar las 40 horas semanales, aunque permite que se trabajen más siempre que haya un «acuerdo previo» entre empleador y trabajador.
Fuente EFE/Público