El boom de los precios del petróleo entre el 2002 y 2013 creó una gran sensación de riqueza y crecimiento económico en los países emergentes con grandes reservas de petróleo.
No obstante, dicha riqueza, en lugar de impulsar el desarrollo institucional y tecnológico, creó incentivos para el aumento de la corrupción, fortaleció regímenes autoritarios e intensificó los conflictos geopolíticos por el control de rutas estratégicas de distribución.
Esto ha sucedido en general con el precio de las materias primas, y se puede volver en forma «boomerang» contra las economías empobrecidas con la subida de los tipos de interés del dólar.
La figura 1 muestra que el 70% de las exportaciones de crudo en el mundo están concentradas en 8 países (dólares USA): Arabia Saudita (562 billones), Rusia (179 billones), Venezuela (128 billones), Emiratos Árabes (92,9 billones), Iraq (76,4 billones), Kuwait (71,6 billones), Qatar (37,3 billones) e Irán (33,1 billones).
Figura 1. Exportadores mundiales de petróleo
Fuente: Observatory of Economic complexity MIT.
Estos países están bajo regímenes nada o poco democráticos. Con el actual colapso de los precios del crudo, que pasó de 100 a 36 dólares por barril, estos países se enfrentan a 3 grandes amenazas.
Por un lado la guerra de precios por el control de una mayor parte del mercado del crudo. Por otro las guerras por las rutas de distribución en el Medio Oriente y el Cáucaso, así como la fragilidad política interna evidente.
La figura 2 muestra el precio por barril de crudo necesario para cubrir el gasto fiscal de cada una de estas autocracias. Rusia y Arabia Saudita, que son los mayores productores, continúan con su estrategia mutua de sobreproducción y bajos precios del petróleo.
Estos países están compitiendo contra el resto de productores en cuanto al precio, mientras que entre ellos compiten por las rutas de distribución hacia Europa Oriental y Asia.
Los grandes perdedores de esta guerra de precios son países como Venezuela, Bahrain y Nigeria, que necesitan un petróleo por encima de 120 dólares/barril para estabilizar sus finanzas públicas.
En concreto, y según datos del FMI, la economía venezolana se va a contraer cerca del 10 por ciento solo este año, y un 7 por ciento adicional el próximo. El país, cerca de la quiebra, sufre el desabastecimiento de los productos más básicos y acaba de vivir un terremoto electoral con la victoria de la oposición, que ha tumbado al chavismo por primera vez en diecisiete años al obtener 112 de los 167 asientos de la Asamblea Nacional venezolana.
Ese impacto sobre Venezuela se traslada a dos de sus socios del llamado eje bolivariano, Cuba y Bolivia. Ninguna de las dos depende del petróleo, pero conocidas son las inversiones del chavismo en ambos países -especialmente en la isla- así como los intercambios comerciales con el Gobierno de Maduro.
La Figura 2 también muestra que Kuwait, Qatar e Irán están en mejor posición fiscal que Arabia Saudita y Rusia, situación que los hace resistentes a la actual guerra de precios.
En términos geopolíticos hay dos grandes tendencias.
La primera es la expansión de la influencia de Irán en la región. Tropas y guerrillas chiítas en Iraq, Siria, Líbano, Bahrein y Yemen muestran una clara expansión de influencia Iraní en la región.
La segunda tendencia importante es la lucha por el liderazgo sunita entre Arabia Saudita y Qatar.
Rusia y otros países fuera de la Opep tienen tasas de cambio flexibles que les permiten crear ajustes de balanza comercial. En contraste, los países del Golfo Pérsico tienen atadas sus monedas al dólar. Una futura volatilidad en las monedas de estos países o acuerdos con China para tranzar las exportaciones de petróleo en Renminbi, son estrategias que pueden cambiar por completo el juego de la lucha por la supervivencia de las autocracias en un mundo con un petróleo por debajo de 40 dólares por barril.
El año 2016 va a estar cargado de inestabilidad política interna en varios gobiernos petroleros, con fragilidad de las monedas de países del golfo, nuevas alianzas entre exportadores de Petróleo con China y una intensificación del conflicto en el Medio Oriente.
Futuro incierto del petróleo
Un gestor de hedge funds Jim Chanos tiene un consejo para los miembros de la OPEP: producir y vender todo lo que podáis ahora, porque dentro de unos años es posible que el ‘oro negro’ no valga absolutamente nada. La razón es que cree que en relativamente poco tiempo los coches van a ser fundamentalmente eléctricos.
El fundador de Kynikos Associates se mostró así de claro en una entrevista con la CNBC cuando fue preguntado por el futuro del crudo. «Ha caído terriblemente. Dicho eso, creo que a 5-10 años vista, si yo fuera un miembro de la OPEP estaría produciendo tanto como pudiera hoy, porque ahora vale algo y puede que no valga casi nada en 2030», sentenció el inversor.
Pero el problema no son los inversores, sino quién pagara la factura de esta grave situación, sobre todo en estos países de «monocultivo» donde la transición la pagarán los pobres.
Autor: Luis Antonio Macías
Fuentes: www.dinero.com www.eleconomista.es