El antiguo «Gobierno del mundo en la sombra» se abre hacia la socialdemocracia ante la ausencia de discrepancias sobre modelos económicos y políticos. Hace años -en la década de los 70- se hablaba de la existencia de un Gobierno del mundo en la sombra. Y a continuación siempre se miraba hacia la Comisión Trilateral, una organización -con sede en Washington- de carácter privado formada por unos 300 hombres (las mujeres escasean) del mundo de los negocios y de la política. El patriarca era -y aún lo sigue siendo a sus 84 años- David Rockefeller, y el nombre de la organización alude a los tres continentes -América, Europa y Asia- de los que proceden sus miembros. Su ideología era clara como el agua: libremercado, libremercado y libremercado, por este orden. (PUEDES VER LA LISTA COMPLETA DE LOS MIEMBROS ACTUALES ESPAÑOLES)
En política las cosas no eran menos diáfanas. La Guerra Fría estaba en su apogeo y el objetivo último era acabar con el comunismo a cualquier precio, incluso respaldando cruentos golpes militares. No en vano, Henry A. Kissinger, el antiguo secretario de Estado del Gobierno de Nixon, era el principal animador ideológico de la Comisión Trilateral.
En los años 90 las cosas han cambiado. El comunismo entendido como amenaza global al capitalismo ha fracasado, y el mundo, como en libro de Ciro Alegría, es ya ancho y ajeno. Tan ancho que a la poderosa Trilateral le han saltado las costuras y comienza a hacerse más global. Y tan ajeno que la propia Comisión se ha visto obligada a buscar nuevos referentes ideológicos, pero ahora mucho más matizados.
Se sigue defendiendo a muerte el libremercado, pero se acepta sin rechistar la existencia de autoridades supervisoras encargadas de regular el funcionamiento de los mercados.
«Continuamos siendo un foro de debate que busca influir en las autoridades políticas, pero lo que no somos es un lobby», asegura Antonio Garrigues Walker, vicepresidente de la sección europea de la Trilateral y verdadero cerebro de la organización en España.
Garrigues reconoce que la Comisión Trilateral ya no es lo que era, y es que en los últimos años han nacido foros de discusión -como el que anualmente se celebra en el balneario suizo de Davos- que han hecho sombra a la organización.
Una organización formada actualmente por 282 miembros de los tres continentes en la que figuran nombres como Bill Clinton (en excedencia por ser presidente de Estados Unidos), Paul A. Volcker (ex presidente de la Reserva Federal de EEUU), Zbigniew Brzezinski (ex consejero de Seguridad de la Casa Blanca), Martin Feldstein (el economista más influyente de EEUU) o Robert McNamara (ex presidente del Banco Mundial y ex secretario de Defensa).
Umberto Agnelli, Michel Albert (ex presidente de AGF), Raymond Barre (ex primer ministro conservador francés), Carl Bildt (ex primer ministro sueco), Carl Hahn (de la dirección de Volkswagen), la finlandesa Sirkka Hämäläinem (del consejo del Banco Central Europeo) o el conde Otto Lambsdorff (ex ministro alemán de Economía) son algunos de los 122 miembros de la Comisión Trilateral que forman la pata europea.
Mientras que en la lista japonesa aparecen nombres como el presidente del Fuji Bank, Yoichi Funabashi; el presidente de NEC Corporation, Hisashi Kaneko, o el presidente de Mitsubishi, Minoru Makiara. Además de los máximos responsables de Sumitomo Bank, IBM Japan o Bank of Tokio. La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Refugiados, Sadako Ogata, forma parte también de la Trilateral, aunque esté ahora en excedencia en razón de su cargo.
Una lista, pues, poderosa que en los últimos años se ha abierto a un sector de la izquierda que acepta los principios de lo que se suele denominar consenso de Washington, que recoge el ideario fundacional del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
La catedrática de Etica y ex senadora por el PSOE Victoria Camps es un ejemplo de esta apertura hacia la izquierda y las nuevas ideas. Camps reemplazó a la también catedrática Carmen Iglesias en la Trilateral española, y su valedor fue el ex dirigente de Alianza Popular Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón.
La Comisión es un mundo también ajeno para la ex senadora, y esto lo destaca ella misma en un sentido positivo. «Pertenecer a la Trilateral me parece interesante porque no se corresponde con mi mundo, que es el del pensamiento y la reflexión», destaca la ex senadora socialista, que actualmente se encuentra volcada en el lanzamiento de la Fundación Alternativas, de la que forman parte Felipe González, Antonio Gutiérrez o Nicolás Sartorius.
Camps no ve ninguna contradicción en ser catedrática de Etica y pertenecer al mismo tiempo a la Comisión Trilateral, y destaca que ella se siente a gusto en los debates porque ya nadie sostiene posiciones ultraliberales. «El pensamiento es bastante homogéneo, no existen tantas diferencias», recalca la ex senadora, quien, sin embargo, sí echa de menos discusiones sobre cuestiones como el futuro del Estado de bienestar o la revitalización de las democracias.
En la lista de la sección española de la Trilateral aparecen los siguientes nombres: Pedro Ballvé (Campofrío), Jaime Carvajal, Pedro Miguel Echenique (catedrático de Física), Oscal Fanjul (presidente de Hidrocantábrico), Pasqual Maragall, Antxon Sarasqueta (periodista) Pedro Schwartz (catedrático de Economía), Pedro Solbes, Mario Vargas Llosa y Emilio de Ybarra.
El presidente de la Trilateral española es Oscar Fanjul, para quien aquella idea del Gobierno del mundo en la sombra ya se ha superado. Fanjul define la Comisión como «una organización que intenta convencer y explicar los principios básicos de democracia liberal y de economía de mercado», y en la que las discrepancias internas son más políticas que económicas.
En la Trilateral, según Garrigues Walker, los viejos asuntos de discusión, la evolución democrática, el desarrollo económico y el concepto de seguridad, han sido sustituidos por problemas como los avances tecnológicos, los nuevos retos de la civilización o lo que él denomina las amenazas del fanatismo.
Para el ex dirigente liberal, «estamos en la pax americana, y de ahí que los problemas sean muy distintos a los de hace una o dos décadas».
Nadie cuestiona el liderazgo militar y político de Estados Unidos, ni siquiera los miembros más cercanos, sobre el papel, a posiciones de izquierda.
Esto es lo que se percibió con toda nitidez en un reciente plenario de la Comisión Trilateral celebrado en Washington en el que el secretario general de la OTAN, Javier Solana, y Henry Kissinger anticiparon la escalada bélica que se iba a producir en Yugoslavia.
Aquel viaje a la capital estadounidense se lo pagó de su bolsillo cada uno de los miembros de la Comisión Trilateral, y es que la financiación de esta organización corresponde en exclusiva a sus socios.
En el caso español, la cuota anual ronda las 300.000 pesetas, dinero suficiente para mantener un mínimo aparato administrativo.
La reuniones de la sección española de la Trilateral se celebran cada dos meses en el madrileño Club Financiero Génova, y a los encuentros son invitados líderes de opinión o directivos de empresa que dan su interpretación de los asuntos de más actualidad.
La globalización de la Comisión Trilateral supondrá en el futuro un reequilibrio en el peso de cada zona de influencia en la organización. Por un lado, la sección norteamericana se abrirá hacia México, mientras que en Europa los países del este ya han llamado a la puerta. Japón tendrá que abrirlas hacia otras zonas del sureste asiático.
La Trilateral, pues, pierde aristas bajo la paz americana.
Los sindicatos dicen no
La apertura hacia posiciones más liberales (en el sentido anglosajón del término) por parte de la Trilateral ha llevado a sus miembros españoles a invitar a formar parte del selecto club a los líderes sindicales de la UGT y Comisiones Obreras.
La invitación es antigua, pero todavía se mantiene en firme. Tan antigua es la invitación como el no de los dirigentes sindicales, que siguen siendo reacios a pertenecer a una organización que ha sido demonizada durante mucho tiempo por la izquierda.
No en vano, entre los miembros de la Comisión Trilateral se encuentran algunos de los personajes que más combatieron a la izquierda durante años, como Henry Kissinger o el propio David Rockefeller.
Otros sindicatos, como los japoneses y los estadounidenses, ya han roto el hielo hace años, y algunos de sus dirigentes forman parte de la Trilateral. Este es el caso de Etsuya Washio, presidente de la confederación de sindicatos Rengo, de Japón. Otros sindicalistas, como el presidente de la AFL-CIO, John Sweeney, han intervenido en los debates de la Comisión sin ruborizarse por ello.
CARLOS SANCHEZ
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Nota redacción:
LOS MIEMBROS ESPAÑOLES EN LA TRILATERAL ACTUALES ( AÑO 2003)
Ana Patricia Botín, Directora de Banesto. Consejera, Banco Santander Central Hispano, Madrid.
Jaime Carvajal Urquijo, Director, Dresdner Kleinwort Capital (España); Director, Ford España, Madrid.
Alfonso Cortina, Director y Oficial Superior, Repsol YPF, Madrid.
Pedro Miguel Etxenike, Profesor de Física, Universidad del País Vasco; ex Consejero de educación del País Vasco, San Sebastián.
Oscar Fanjul, Director de Hidroeléctrica del Cantábrico, Presidente Honorario de Repsol, Madrid.
Nemesio Fernández- Cuesta, Vicepresidente del Grupo Correo-Prensa Española
Antonio Garrigues Walter, Director de Garrigues&Andersen, Madrid. Vicepresidente Europeo, Comisión Trilateral.
Miguel Herrero de Miñón, abogado, consultor internacional, Madrid, Miembro de la Real Academia española de
Ciencias políticas y morales; ex miembro del Parlamento Español.
Trinidad Jiménez, Secretaría Internacional, Partido Socialista. candidata a la Alcaldía de Madrid.
Abel Matutes, Director de Empresas Matutes, Ibiza. Ex miembro de la Comisión europea de Bruselas; ex ministro de Asuntos Exteriores, Madrid.
Antxón Sarasqueta, Presidente Ejecutivo, Multimedia Capital, Madrid. Miembro de Patronato de la Fundación de Política exterior (INCIPE); miembro de la Junta directivo, Grupo Editorial Negocios, Madrid
Pedro Schwartz, Director presidente ejecutivo, IDELCO, Madrid; Profesor de económicas, Universidad Autónoma de Madrid.
Mario Vargas Llosa, Escritor, Londres. Miembro de la Real Academia Española.
Emilio Ibarra, Presidente de Banco Bilbao- Vizcaya, Madrid.
Pedro Solbes, Miembro de la Comisión Europea (Asuntos Monetarios), Bruselas
Pedro Ballvé, Director de Campofrío, alimentación, Madrid
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