La COPE contra el PP por apoyar la ley de embriones

1910

El drama del Occidente moderno no son los nacionalismos, sino la falta de interés por la propia vida de los ciudadanos occidentales.

(Dicho por Cristina López Schlichting en la cadena COPE)


 


El cálculo de los advenedizos.


Pues miren ustedes, señores del PP, el cálculo les va a salir mal. Está España tan malamente, está el presidente socialista desvencijando el país y vendiéndolo a trozos con tal descaro que se les han puesto a ustedes los dientes largos con unas elecciones y empiezan a pensar -como los otros- que aquí no importan la verdad ni las personas, sino sólo el poder ¿Y qué mejor en la carrera electoral que hacerse el progre? ¿Y qué hay más fácil para hacerse el progre que votar a favor de la clonación terapéutica y la investigación con embriones?


¡Olé los del PP, que son españolistas y progres a la vez! Que se quede la Iglesia en su carcundia defendiendo la vida ¿Eso han pensado, verdad? Pues mira por donde, aunque sólo sea por la obcecación de una periodista, les ha salido rana y va a decir en alto, y bien fuerte, que son ustedes advenedizos y cobardes. Que son oportunistas y políticamente correctos. ¿Pensaron ustedes a quién le importan el cigoto y el ovocito? ¿Quién sabe en España lo que son? Al votante medio ésto le trae sin cuidado, y al votante progre españolista, seguro que le parece bien que aprobemos la ley de reproducción asistida del PSOE. Nos quedamos con los nuestros y amarramos un par de votos de centro-izquierda.


Pues falso. Es verdad que a su votante medio y, yo diría más, al español medio, los embriones, por desconocidos o por pequeños, le dan igual. Pero a esa parte amplia también le hubiese parecido bien que ustedes hubiesen explicado que, como un embrión no es un tejido, que como no es un órgano, no se puede aprobar alegremente que se produzca en serie y se investigue con él. A esa parte amplia seguro que no le hubiese importado saber que un embrión lleva todos los rasgos genéticos, absolutamente todos, de un ser humano adulto y que merece un mínimo respeto, superior al menos al de un órgano o una oreja. Claro, que explicar esto hubiese exigido un poquito de esfuerzo. Un poco de lectura para los señores diputados y un poco de coraje político para el señor Rajoy. Y han preferido tirar por la calle de en medio. Y se han olvidado de nosotros, de los que amamos la vida. Los que no sólo sabemos lo que es un embrión, sino que conocemos además las dudas que sobre su trato y dignidad están presentes en la comunidad europea y en todos los países civilizados. Alemania prohíbe la producción masiva de embriones, limita a tres lo óvulos fecundados en la fecundación in vitro y recuerda con horror los experimentos genéticos del tercer Reich. La selección de embriones se prohíbe en casi todas partes. Porque hay gente, señores del PP, que se hace preguntas sobre las razones de la existencia. Que quiere saber qué es la vida y por qué merece la pena luchar. Gente que está convencida de que tener esta inquietud es fundamental para después defender a la persona, la familia o la patria. Porque ¿cómo le va a importar verdaderamente la unidad de España a alguien al que no le importa el destino de sus hijos, ni el significado de las cosas? El drama del Occidente moderno no son los nacionalismos, sino la falta de interés por la propia vida de los ciudadanos occidentales. Y me temo que muchos de los que lo sabemos, de los que somos conscientes de este drama, somos, o éramos, sus votantes.