La crisis en Siria es parte de una guerra mundial

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Entrevista al obispo melquita Jean Abdo Arbach.
El gobierno sirio y la oposición iniciaron en Rusia un diálogo. El Gobierno nos protege, el problema es donde están los extremistas.

Cuatro años después de que comenzó el conflicto en Siria la crisis humanitaria no ha dejado de empeorar y no hay indicios de mejoras. Más de 200.000 personas han muerto, según los cálculos de las Naciones Unidas y desde la perspectiva humanitaria, el sufrimiento provocado por la crisis es sobrecogedor.

De una población total de 22 millones, más de la mitad necesita asistencia humanitaria dentro de Siria a lo que se suman aproximadamente 7,6 millones de personas desplazadas de sus hogares. Unos 11,6 millones necesitan acceso inmediato a agua y saneamiento.

En febrero de 2015 se registraron más de 3,7 millones de refugiados sirios, de los cuales más de un millón están en Líbano y 600.000 en Jordania.

El arzobispo greco-católico melquita de Homs, Hama y Yabrud, Mons. Jean Abdo Arbach, indica que los cristianos quieren permanecer en Siria y los desplazados volver a sus casas.

Para el arzobispo, la crisis que atraviesa el país es fruto de una guerra mundial en suelo sirio. Asimismo, reclama a la comunidad internacional una solución digna para las familias y los millones de niños que tienen hambre, están enfermos y necesitan acceder a la educación.

Monseñor Abdo Arbach lamenta también que cada 25 años haya una guerra en la región.

Actualmente hay dos frentes en Siria: la guerra civil y la ofensiva lanzada por el Califato en la región. ¿Hasta cuándo va a seguir esta situación?

Mons. Abdo Arbach: La crisis en Siria, no es una crisis civil. Se trata de una guerra mundial en el territorio sirio. ¿Cuándo terminará el conflicto en Siria? Hablamos de una cuestión internacional. Siria quiere paz y tranquilidad. La gente ya está cansada y quiere volver a sus casas. Quiere vivir con dignidad. Necesitamos la paz. Como dijo el Papa: ‘¡Que se callen las armas!’ Entonces, que se callen las armas.

¿Es posible encontrar una solución dialogada a la crisis?

Mons. Abdo Arbach: ¿Quiénes tienen que dialogar? Quiero contestar de modo claro. Nadie puede impedir el diálogo. Gracias a Dios, hoy comenzó en Rusia un diálogo interno entre el Gobierno y la oposición siria. Entonces, hay diálogo. Están hablando en general. Encontrarán una solución o no… La oposición está influenciada por la comunidad internacional. No tiene una opinión clara sobre la solución. Este es el problema. Cuando hay libertad y dignidad para decir la verdad, se puede llegar a un diálogo firme. Se termina la guerra.

Hoy, Medio Oriente está todo en llamas. No sabemos quién es el responsable. No se trata solo de Siria. Es necesario que la comunidad internacional, junto a los gobiernos actuales, busquen una solución digna para la gente, para las familias, para los niños…

¿Qué está haciendo la Iglesia para mitigar todo este sufrimiento?

Mons. Abdo Arbach: La Iglesia trabaja mucho. Hay reuniones permanentes del Papa con los patriarcas. También hay reuniones de los obispos de Siria con los patriarcas. Y la Iglesia ayuda. Pero el problema no es la Iglesia. Hay algunas dificultades. ¿Cómo hacer para que lleguen las ayudas a Siria? Dado que el país sufre un bloqueo por parte de Europa y Estados Unidos, tenemos muchas dificultades para que entren los materiales en Siria. La Iglesia ayuda, la Iglesia dialoga, la Iglesia está presente en todos los lugares. Nunca faltó la Iglesia. También hay un diálogo con los jefes musulmanes. Nosotros organizamos muchos encuentros para promover la reconciliación entre los mismos pueblos. Gracias a Dios, pudimos llevar a cabo un montón de trabajo sobre este tema.

La actitud de Occidente, ¿afecta a la minoría cristiana?

Mons. Abdo Arbach: El problema que se plantea es si Occidente quiere que los cristianos permanezcan en sus países de origen. Estamos hablando de unos países en los que se encuentran las raíces del cristianismo. Siria, Líbano, Irak… son la cuna del cristianismo. Hoy, ¿qué piensa Europa de los cristianos?

Por ejemplo, en Irak antes de la guerra del Golfo había 1,2 millones de cristianos. Hoy quedan apenas doscientos mil. Entonces, la emigración de los cristianos se debe a la presencia de los europeos y de Estados Unidos. Por eso me pregunto: ¿Cuál es el futuro de los cristianos de Medio Oriente? Además, los cristianos quieren quedarse. Quieren vivir en su tierra. Allí están sus raíces.

¿Cuáles son los miedos de los cristianos sirios?

Mons. Abdo Arbach: En cierta manera, no hay miedo. Hay temor a Daesh [acrónimo árabe del autoproclamado Estado Islámico, ndr] y a los extremistas. No tienen miedo del Gobierno. Todo lo contrario. El Gobierno nos protege. Gracias a Dios, estamos muy bien donde permanece la autoridad del Gobierno. Festejamos la Pascua, rezamos, convivimos cristianos y musulmanes juntos… No hay problemas. El problema son los lugares donde hay extremistas, de Daesh o del Frente Al-Nusra. Ese es el problema. No podemos rezar de ninguna manera, no podemos entrar en la iglesia, no podemos salir por la noche, no podemos hacer nada. No hay libertad. Hay terror. Otro miedo o duda: ¿Cuál es mi futuro? Me quedo o voy ha tener que vivir otra guerra más adelante.

¿Y las esperanzas?

Mons. Abdo Arbach: Tenemos una esperanza y una fe muy grande. Nunca faltó la esperanza y la fe. Por eso, vivimos. Y la presencia de la Iglesia entre los fieles es muy importante. Hay que apoyar a las familias cristianas. Mi presencia y la de mis hermanos obispos en estos lugares, la presencia de los sacerdotes en las parroquias, ayuda mucho a las familias cristianas. Visto que no hay paz y seguridad, ¿qué hacemos? Hay cierto temor.

El Consejo de Jefes de las Confesiones cristianas de Alepo acaba de realizar un firme llamamiento…

Mons. Abdo Arbach: El pueblo sirio ya no puede más. Está cansado. Alepo sufrió mucho anteriormente. Ahora, vuelven a bombardear con cohetes la ciudad. A nivel internacional, todo está claro. Se sabe quién lucha contra quién. Es necesario que la comunidad internacional trabaje urgentemente al respecto, para parar estos hechos. Sí o sí. ¿Quién dio a los rebeldes las armas? ¿Cuántas veces han dicho nuestros patriarcas claramente que dejen de enviar armas y dinero? Cuando uno no se alimenta, deja de vivir. Es lo mismo. Los rebeldes cuando no se alimentan, ya está… Se tienen que entregar. Los alimentan, para que el conflicto no termine.

¿Qué mensaje le gustaría trasladar a la opinión pública?

Mons. Abdo Arbach: Mi mensaje es claro. Como dice el Evangelio, trabajen por la paz, trabajen por la justicia. ¡Basta de armas!¡Basta de violencia! Por Dios, por favor, misericordia por los niños… Millones de niños tienen hambre y están enfermos. Necesitan que se trabaje a favor de la educación. ¡Basta de violencia! Hoy, nuestros hijos salen a las calles con… No es nuestra cultura. Nuestra cultura es el amor, la caridad, la reconciliación, trabajar juntos…

Autor: Iván de Vargas