Cada día en el mundo, más de 400 millones de niños y niñas de 5 a 14 años dejan de lado sus cuadernos, libros y juguetes para ser explotados en muy distintas actividades que ponen en riesgo su desarrollo físico, psicológico y social. Se trata de niños esclavos y no de niños trabajadores, como lo denomina eufemísticamente la clase dirigente y burguesa…
Fuente: Solidaridad.net
Cada día en el mundo, más de 400 millones de niños y niñas de 5 a 14 años dejan de lado sus cuadernos, libros y juguetes para ser explotados en muy distintas actividades que ponen en riesgo su desarrollo físico, psicológico y social. Se trata de niños esclavos y no de niños trabajadores, como lo denomina eufemísticamente la clase dirigente y burguesa. Son actividades marginales en condiciones peligrosas que los expone a enfermedades por el contacto con sustancias químicas y biológicas; propensos a la explotación física y sexual, a sufrir accidentes y lesiones, e incluso, a la pérdida de alguna parte de su cuerpo, o la muerte, etc
En los últimos años se ha incrementado la demanda de explotación infantil y como era de esperar, la mayoría de estos niños se encuentran en países empobrecidos de Asia, Africa e Iberoamérica.
La situación de empobrecimiento de Bolivia, el hacinamiento en las viviendas, el analfabetismo, la migración del campo a la ciudad y la falta de políticas claras y efectivas del Estado, empujan a miles de niños y niñas desde muy cortas edades a buscar la manera de sobrevivir, realizando tareas que no están acordes con su edad, tamaño y capacidad, perjudicando su desarrollo integral. Ellos no tendrán las mismas oportunidades que otros niños de su misma edad y son absorbidos a un círculo de pobreza del que muy pocas veces logran salir.
Aún peor es la situación de los niños y niñas que trabajan en las minas, expuestos a los mismos riesgos que los adultos sin la seguridad industrial adecuada, pero más vulnerables a los peligros debido a sus características anatómicas, fisiológicas y psicológicas, que los hace más frágiles frente a los daños para su salud y desarrollo social.
Niños que desde los 8 años viven el infierno de la esclavitud entre 10 y 12 horas en el interior de la mina, soportando altas temperaturas, trasladando cargas de mineral superiores a su capacidad física, en contacto con substancias tóxicas y peligrosas como el axtato, nitrato de los explosivos, mercurio, gases venenosos de las minas y exponiéndose a sufrir accidentes. Muchas veces son escogidos los de tamaño más pequeño para entrar en túneles angostos o poner señalización en zonas propensas a derrumbes con el riesgo de ser aplastados o quedar atrapados. Además, por las costumbres culturales propias de los sectores mineros, se induce a los niños a ingerir bebidas alcohólicas «para matar el miedo» y pedir protección al «tío», señor de la mina, antes de ingresar al socavón todos los días, iniciándolos en el vicio.
Según la OIT se estima que unos 200.000 niños son esclavos en la minería de Perú, Ecuador y Bolivia. En las minas de pequeña escala, es habitual contemplar a niños trabajando en el interior de los pozos mineros, donde inhalan una mezcla de polvo y gases tóxicos, o en el exterior, en las instalaciones para el lavado de oro, donde soportan elevadas temperaturas y lluvias torrenciales y respiran mercurio gaseoso, altamente tóxico, generado por la quema de la amalgama que permite la separación de las partículas de oro.
El “juego” de la barranquilla
Otros niños pasan largas horas sumergidos en las aguas del río que bordea las localidades de Tipuani, Chuquini y Chima al norte del Departamento de La Paz, buscando oro entre las piedras, tierra y deshechos que son arrojados de las minas cercanas. Esta labor se llama barranquilla y se ha convertido en una de las principales fuentes para sobrevivir para muchas familias, que incluyen a todos sus miembros, incluso niños y niñas desde los 5 años, en esta tarea.
Muchos niños, niñas y adolescentes atraídos por el esplendor del oro y la promesa de una vida mejor, se dedican a lavar la tierra a orillas del río arriesgándose a ser arrastrados por la corriente, aplastados por las cargas, a contraer enfermedades respiratorias, intestinales y de la piel. Así, poco a poco, dejan de lado sus estudios, la única oportunidad de tener un futuro mejor.
Falta la voluntad política y el compromiso firme de la organizaciones políticas y sindicales así como la toma de conciencia por parte de toda la sociedad, para erradicar este crimen contra la humanidad, así como que se cumplan las leyes reglamentadas al respecto. Entre los distintos Convenios internacionales sobre el trabajo, Bolivia ha ratificado el Convenio 138 sobre la edad mínima de admisión en el empleo (que especifica la edad en los 14 años) el 11 de junio de 1997, pero aún falta la ratificación del Convenio 182 que prohíbe y elimina efectivamente las peores formas del trabajo infantil que en Bolivia se han identificado como la explotación sexual, el trabajo en la zafra (caña de azucar) y en la pequeña minería.
100.000 niños bolivianos son explotados en la zafra, minas y la prostitución.
Las actividades de la minería, la zafra de caña de azúcar y el comercio sexual son ocupan aproximadamente a 100 mil niñas, niños y adolescentes en el territorio nacional, según estudios de Unicef y la OIT.
“Alrededor de 800 mil niños, niñas y adolescentes trabajan en el país en alguna actividad productiva o de servicio para ayudar a mantener a la familia”, informó el director general de Trabajo Williams Aparicio.
Esa cantidad representa el 40 por ciento de la población infantil de seis a 14 años de edad que, según el Censo del 2001, sumaban 1,2 millones entre niños, niñas y adolescentes.
Un 12% del total de los niños son explotados en la minería, la zafra de caña de azúcar en Santa Cruz y Tarija y el comercio sexual.
El Convenio 182 de la Organización Internacional del Trabajo prohíbe estas formas de trabajo infantil o Trabajo Infantil Peligroso (TIP). Dicho acuerdo establece que el TIP “es el empleo que por su naturaleza o por las condiciones en que se lleva a cabo, es probable que dañe la salud, la seguridad o la moralidad de los niños”.
Hoy, la realidad de la niñez boliviana empobrecida es trágica. En un seminario sobre el trabajo infantil, realizado a mediados de mes en La Paz, organizaciones no gubernamentales, organismos internacionales y autoridades del Estado definieron acciones prioritarias para reducir esas formas de trabajo.
Los estudios presentados señalan que, por ejemplo, en la minería cooperativizada y artesanal están ocupados aproximadamente unos ocho mil niños, niñas y adolescentes en condiciones infrahumanas. Y como deben apoyar a la economía familiar, dejan los estudios.
Aproximadamente 10 mil menores de edad trabajan junto a sus padres en la zafra de la caña de azúcar en Santa Cruz y Tarija, que movilizan, en total, a 40 mil personas. En otras palabras, uno de cada tres zafreros es menor.
Sin embargo, la explotación no tiene límites en el comercio sexual, incluso en niñas de 12 años. Las investigaciones lograron entrevistar a 1.453 niñas que son explotadas en esta ilícita actividad en La Paz, El Alto, Cochabamba y Santa Cruz, pero la cifra real puede superar las 10 mil víctimas, explica el documento “La niñez clausurada”, editada por Unicef.
Las políticas neoliberales que se aplican en el mundo y en el país estimulan la explotación infantil dijo el director general del Trabajo Williams Aparicio Rodas. “El modelo y el diseño económico nos han hecho más pobres a los países pequeños y más ricos a los países industrializados. El trabajo infantil crece debido al empobrecimiento de la población”, agregó el entrevistado.
Los niños en las minas
En la minería artesanal son explotados 12 de cada 100 niños menores de 10 años. 20 de cada 100 niños menores de 11 y 13 años. 56 de cada 100 adolescentes de 13 a 18 años.
La infancia en la zafra
La zafra de Santa Cruz moviliza a más de 30.000 personas, de las cuales cerca de 7.000 son niños, niñas y adolescentes menores de 18 años. En la zafra de Tarija trabajan 5.500 personas, 2.860 son menores.
La prostitución de niñas
En La Paz, El Alto, Cochabamba y Santa Cruz han detectado a 1.453 niños, niñas y adolescentes víctimas de la violencia sexual comercial. Sus edades fluctúan entre 11 y 17 años.
CANCION BOLIVIANA CONTRA LA EXPLOTACION INFANTIL
LUCES DEL SOCAVON
L Y M : NEGRO Y BLANCO
Fecha de creación 19/02/02
¿Cuánta niñez se te perdió en la oscuridad?
Dentro la tierra una cometa sin color,
Pequeña luz que no alcanzamos a mirar
Porque mirar es enfrentarse a tu dolor.
¿Cuánta niñez se te perdió humanidad?
Dentro la tierra un arco iris sin color,
Pequeña luz de mi país, tu soledad,
Ya nunca más será
Pues sé que tengo un pueblo
Que con crisis, o en invierno
Lleva en alto el corazón.
Escucha Bolivia
A tus niños desde el socavón,
Volviendo a la vida
Jugando con el sol.
Escucha Bolivia
A tus niños desde el socavón,
Volviendo a la vida
Jugando con el sol.
Que seque ya tus lágrimas el canto de un hogar
Tu pueblo, tu familia y el amor de esta nación,
Pequeña luz con tu sonrisa brillarán
Las minas, valles, selvas, altiplano,
Llanos, sierras, ríos, lagos,
Montes, campo y ciudad.
Escucha Bolivia
A tus niños desde el socavón,
Volviendo a la vida
Jugando con el sol.
Escucha Bolivia
A tus niños desde el socavón,
Volviendo a la vida
Jugando con el sol.