La intervención del Vaticano en una negociación para dar salida a una situación insostenible en Venezuela, es prácticamente la última esperanza para una salida no violenta
Representantes de la Iglesia, desde el Vaticano hasta la Conferencia Episcopal Venezolana, han manifestado una creciente preocupación por la situación del país y han exhortado al diálogo como instrumento necesario para superar las dificultades y alcanzar la paz. El 27 de marzo pasado, Domingo de Resurrección, el papa Francisco abogó por la negociación para vivir en la cultura del encuentro, la justicia y el respeto recíproco. El pontífice envió una misiva personal al presidente Nicolás Maduro, a principios de mayo, en la que se asomó la posibilidad de la participación del clero en la mediación.
El secretario para las relaciones con los Estados del Vaticano, monseñor Paul Gallagher, llegará al país el 24 de mayo para varias ordenaciones de obispos y, aunque no se ha difundido su agenda, se espera que conozca la realidad nacional. En el más reciente comunicado de la CEV, emitido el 27 de abril, el clero consideró gravísima la situación del país y exigió a los dirigentes políticos, sociales, religiosos y empresariales dar testimonio de que les preocupan los intereses de todos los ciudadanos.
El presidente de la CEV, monseñor Diego Padrón, indicó que la amnistía y el referéndum revocatorio no son condicionantes para el diálogo, pero sí aspectos fundamentales para disminuir la tensión social. «El diálogo es más fácil cuando se dan señales de buena voluntad, cuando hay treguas; como ha ocurrido en las guerras, en las negociaciones con la guerrilla y cuando se liberan a los presos por razones políticas. Con el referéndum sucede igual, es un mecanismo que está en la Constitución y el gobierno ha dicho que nuestra Constitución es la más adelantada, deben cumplirse las fases de este proceso que es legal, si no lo fuese, no podría proponerse», señaló.
El secretario de la CEV, monseñor Víctor Hugo Basabe, dijo que la amnistía es fundamental porque los presos políticos han sido condenados sin que se cumpliera el debido proceso y pasando por encima de la carta magna y las leyes. Monseñor José Luis Azuaje, obispo de Barinas, recordó que la amnistía ha favorecido incluso a gente que hoy está en el gobierno.
El presidente de la Conferencia Episcopal reiteró que la Iglesia está dispuesta a participar como facilitadora del diálogo político. Subrayó que aunque el clero no impone requerimientos para su gestión, consideran que para avanzar en el entendimiento del país se requieren condiciones esenciales.
- Reconocimiento de la crisis. Monseñor Diego Padrón señaló que debe admitirse la profunda crisis de la nación. «Cuando los ministros dicen que no pasa nada, es una negación de la realidad e indica que no se quiere cambiar, hay que poner los problemas sobre la mesa de negociación», dijo.
El mes pasado, la Iglesia señaló que el desabastecimiento de alimentos y medicinas, la falta de electricidad y calidad de los servicios públicos, la violencia y la inseguridad, la seguridad social de los adultos mayores y el problema de los presos políticos son parte de las dolencias que aquejan a los venezolanos. - Reconocimiento mutuo. Monseñor Padrón afirma que en el diálogo político «hay que estar consciente de que el otro tiene el mismo derecho que yo, que cuenta con iguales capacidades para la toma de decisiones».
El obispo de San Felipe, monseñor Basabe, indica que el reconocimiento garantiza que el proceso no se convierta en un monólogo y que se produzcan resultados positivos «porque el país se está cayendo a pedazos». - Participación de todos los sectores. «Muchas veces se parcela en función de intereses de poder y no se mira el sufrimiento del pueblo», indica monseñor Azuaje, quien también llama a dialogar en función de la verdad. Los voceros de la Iglesia enfatizan que el diálogo no debe restringirse a un sector, pues requiere del concurso de representantes de todos los ámbitos.
«Está demostrado que el gobierno solo no puede resolver ninguna crisis, ni la crisis social ni la crisis humanitaria; no ha podido resolver áreas críticas. Se requiere de la empresa privada, de las universidades, las élites, los partidos, los poderes públicos», considera el presidente de la CEV. Los prelados indican que en el camino hacia el diálogo las partes deben ceder. - Definición de itinerario. Los obispos coinciden en que el diálogo, que califican de proceso largo y complejo, debe partir de una agenda con pasos claros para la concreción de objetivos y de resultados en pro del país.
«El punto de partida del diálogo es el bien común, por lo que el proceso tiene que ser productor de cambios, de verdaderas transformaciones», señaló monseñor Víctor Hugo Basabe. - Respetar la Constitución. Los pastores de la Iglesia coinciden en que es esencial respetar la Constitución, las leyes y los poderes públicos. «Para superar la crisis, se requiere devolver al país la institucionalidad y la autonomía de los poderes públicos», dijo monseñor Basabe.
Monseñor Azuaje recordó que en los documentos de la Iglesia se ha registrado lo que se vive en las regiones. «Como CEV hemos buscado la paz social y privilegiado los elementos comunes para salir de esta crisis y del estancamiento de la familia venezolana», sostuvo.
Un poco de historia
- Abril de 2014. Luego de las protestas contra el gobierno, el papa Francisco expresó: «Sigo con particular aprensión lo que está ocurriendo estos días en Venezuela, auspicio que cesen cuanto antes la violencia y las hostilidades y sobre todo que el pueblo venezolano llegue a una reconciliación». Oró para que los ánimos se encaminen hacia la reconciliación y la concordia fraterna.
- Febrero de 2015. Después del asesinato del joven Kluivert Roa durante una manifestación en Táchira, el sumo pontífice manifestó preocupación por la situación de «aguda tensión» y rezó por la reconciliación.
- Marzo de 2016. El papa destacó la necesidad de trabajar por el bien común «ante las difíciles situaciones que vive el pueblo venezolano».
- Mayo de 2016. En una misiva personal dirigida al presidente Nicolás Maduro, el papa reconoció la gravedad de la situación. Pidió que «el mensaje pascual se proyecte también sobre el pueblo venezolano, en las difíciles condiciones en las que vive, así como sobre los que tienen en sus manos el destino del país».
Fuente: El Nacional