La India no quiere acabar con la esclavitud infantil, quiere legalizarla

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Las leyes aprobadas en el parlamento Indio son una mera fachada para la situación real de esclavitud del país que será, no en muchos años, el más poblado de la tierra.

El mes pasado, el gabinete del primer ministro Narendra Modi aprobó la prohibición del empleo de menores de 14 años en cualquier trabajo, excepto en empresas familiares o en actividades de entretenimiento o deportivas (excluyendo el circo). En estos casos, el trabajo del menor debe realizarse fuera del horario escolar o en vacaciones y siempre que no sea un «empleo peligroso». La parte referida a la seguridad se aplicará también a adolescentes de entre 14 y 18 años.

Pero algunas asociaciones ya han calificado de «regresivos» los cambios del Gobierno de Modi, que de pequeño ayudó a su padre a vender té en los trenes. «Estamos legalizando una horrible realidad en vez de prohibirla», dice el abogado Vrinda Grover. También apunta que, a pesar de que el Gobierno quiera evitarlo, podrían afectar a la Ley de Educación, que establece la escolaridad obligatoria hasta los 14 años. Estas organizaciones temen sobre todo el abandono escolar femenino, que ya dobla al masculino.

En solidaridad.net se ha denunciado también la legalización de la esclavitud de los niños en lugares como Bolivia.

Publicábamos en aquel artículo que:

El presidente de Bolivia, Evo Morales, supuesto adalid del “socialismo del siglo XXI”, ha pasado a la actualidad informativa por declararse parcialmente partidario del “trabajo infantil”. El debate, que no es nuevo, está servido: asociaciones de “niños trabajadores” le reclaman unas “justas” condiciones para un trabajo que “siempre ha existido” y que consideran necesario para colaborar a acabar con la miseria en la que viven sus familias. Además, añade el presidente, el trabajo contribuye a formar su “conciencia social”. Siempre ha existido una corriente que frente al “abolicionismo” y la erradicación total de la explotación infantil ha propugnado la “regulación”.

Autor: Juan Rodríguez