La lucha antiesclavista desde los tiempos antiguos hasta nuestros días (extracto)

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El Vaticano pide a los creyentes que no compren las marcas que empleen a niños en sus fábricas mientras la OIT renuncia a abolir la esclavitud infantil. De forma indirecta lanza un boicot a aquellas firmas sospechosas de emplear niños en sus fábricas, una práctica de algunas multinacionales denunciada en los últimos años

La lucha antiesclavista desde los tiempos antiguos hasta nuestros días (extracto)


Durante todos los siglos pasados de esclavitud ha habido siempre quien se opuso a esa práctica inhumana tanto en el campo cristiano como fuera de él.  En el campo cristiano ha habido personas que de manera especial lucharon y luchan contra la esclavitud. La Biblia nos cuenta cómo la esclavitud entre los judíos era desaconsejada,[1] pero si alguien era reducido a la esclavitud por causa de sus deudas o porque voluntariamente lo quería acosado por la pobreza, por ejemplo, el amo debía someterse a normas legales. Ex. 21,1-2 dice: «Cuando compres un esclavo hebreo, servirá seis años, y el séptimo quedará libre sin pagar rescate. Si entró solo, solo saldrá; si tenía mujer, su mujer saldrá con él.» El gran defensor de los indios, fray Bartolomé de las Casas, sólo al fin de sus días se dio cuenta del mal que se estaba haciendo a los negros y escribió su Historia de las Indias en donde explicaría «que se había dado cuenta de que está mal querer sustituir una forma de esclavitud por otra»[2]. También el obispo portugués del archipiélago de Cabo Verde, fray Pedro Brandão, lanzó un feroz ataque contra la trata de negros a finales del siglo XVI. Trató de ponerle fin y propuso que se bautizara y manumitiera a todos los negros.[3]


Los Papas[4] fueron pioneros en esta causa aunque al estar permitida la esclavitud continuaba siendo predominante. Así, Pío II en 1462 considera la trata portuguesa en dirección a Europa como un crimen y ordena a los obispos imponer penas canónicas a los que comercian con esa trata. Urbano VIII en 1639 condenaba la esclavitud y amenazaba con la excomunión a todos los que la practicasen y lo mismo hizo Benedicto XIV en 1741, pero será en el siglo XIX cuando se logre una posición decisiva condenando la esclavitud, participando en la lucha antiesclavista de la diplomacia internacional o bien tomando una posición propia de la Iglesia[5]. Así Pío VII en 1814 escribía al rey de Francia condenando y reprobando «ese comercio innoble que hace que los Negros sean cogidos, comprados, vendidos y sometidos a trabajos forzados hasta la muerte como si no se tratase de personas y sí de cosas» y a los eclesiásticos les decía: «Prohibimos a cualquier eclesiástico y laico que apoyen, prediquen o enseñen en público o en privado que está permitido el comercio de negros». Lo mismo escribió a los reyes de España, Portugal y Brasil. Gregorio XVI trata el Nigritarum Commercium como «comercio inhumano, inicuo, pernicioso, degradante que debe desaparecer completamente de entre los cristianos».


Durante todos estos siglos nacieron Congregaciones Religiosas para el recate de esclavos o para luchar contra la esclavitud. En nuestros días, un gran número de personas individuales, congregaciones y hasta el Papa están luchando contra esta nueva situación de esclavitud.  Así, la unión de congregaciones religiosas de mujeres de Italia (USMI) tiene un compromiso fuerte contra el abuso y la esclavitud de las mujeres traídas a Europa para dedicarlas a la prostitución. Ha comenzado cuatro cursos de formación para sus miembros en Nigeria, Albania, Rumania y Polonia. Estos cursos constituyen un compromiso de las religiosas en la ayuda a las mujeres marginadas y explotadas por nuestro sistema de vida. Este curso se complementa con un informe en el que se dice que Nigeria necesita «poner en marcha un proyecto de prevención e información a todos los niveles para evitar el éxodo de jóvenes mujeres a Europa… También es necesario un programa de reinserción de las mujeres que vuelven voluntariamente a su país y un sistema de protección para las familias, así como la colaboración entre las autoridades civiles y religiosas que trabajan en los países de origen y de destino de esas mujeres. Las congregaciones religiosas femeninas constituyen una gran fuerza en este trabajo»[6].


El Vaticano pide a los creyentes que no compren las marcas que empleen a niños en sus fábricas mientras la OIT renuncia a abolir la esclavitud infantil. De forma indirecta lanza un boicot a aquellas firmas sospechosas de emplear niños en sus fábricas, una práctica de algunas multinacionales denunciada en los últimos años donde es digno de destacar la labor del Movimiento Cultural Cristiano durante los últimos 10 años. La OIT ha renunciado al objetivo de eliminar la explotación infantil. Se limita a las formas más intolerables (prostitución, trafico de órganos, narcotráfico…algo propio de Interpol). Ha eliminado la consideración de «trabajo intolerable» para cualquier empleo que impida acudir a la escuela a un niño. Toda explotación de un niño es una verdadera esclavitud. Menores de todo el mundo relatan su experiencia en el primer congreso sobre esta lacra que afecta a 400 millones de pequeños. «Usar productos que se basen en la explotación de pequeños esclavos presenta aspectos intolerables y por tanto inmorales para la conciencia cristiana», aseguró monseñor Giampaolo Crepaldi.


En Burkina Faso, las Misioneras de la Inmaculada Concepción han abierto una casa para acoger a mujeres jóvenes víctimas de matrimonios forzados. La Hermana Kantyono asegura que esa costumbre «es una esclavitud contra la que debemos luchar todos para emancipar no solo a las mujeres sino a toda África».


Así podríamos continuar escribiendo muchas páginas narrando las intervenciones en nombre de la vocación superior que es la humanidad, de tantos cristianos o cristianas, individualmente o en congregaciones y hombres y mujeres de buena voluntad unidos en una voluntad común a favor de la liberación de los «nuevos esclavos». Una llamada a que cada uno de nosotros se empeñe más.


ODILO COUGIL


Director del CIDAF


 


El Centro de Información y Documentación Africanas (CIDAF) fue creado en 1980 como proyecto de los Misioneros de África -los Padres Blancos- para poner al alcance de estudiosos e interesados documentos que les permitan conocer la realidad africana. En el año 2002 el CIDAF, se integra con Cáritas Española y Manos Unidas para formar la que hoy es la Fundación SUR, una entidad independiente y sin ánimo de lucro clasificada como Fundación de Cooperación para el Desarrollo por Orden Ministerial de fecha 3 de febrero de 2003. El CIDAF constituye desde entonces el Departamento de África de la Fundación Sur.


 



[1] Lv. 25,39: «Si se empobrece tu hermano en asuntos contigo y tú lo compras, no le impondrás trabajos de esclavo; estará contigo como jornalero o como huésped, y trabajará junto a ti hasta el año del jubileo. Entonces saldrá de tu casa, él y sus hijos con él, volverá a su familia y a la propiedad de sus padres. Porque ellos son siervos míos, a quienes yo saqué de la tierra de Egipto; no han de ser vendidos como se vende un esclavo. No serás tirano con él, sino que temerás a tu Dios.»


[2] Ibiden, o.c. p. 97


[3] Ibiden, o.c. p. 145


[4] I. Castro y L. Sala-Molín, Déraisons, esclavage et droit, Edition UNESCO 2002, p. 202-ss


[5] T. Toutolomondo, A nivel ideológico, en el siglo xVIII algunos filósofos franceses, Voltaire, entre otros, comenzaron a hacer públicas sus posturas resueltas en contra de la esclavitud. Los abades Raynal y Grégoire, con la Sociedad de Amigos de los Negros, fueron otros que iniciaron una ofensiva contra la esclavitud de los negros, y a partir del siglo XIX Roma lanzará una campaña de amplitud en contra del esclavismo. En cuanto a Gran Bretaña, serán los cuáqueros y los metodistas quienes bregarán por la abolición de la esclavitud. Por otra parte, en cada país donde funcionaba el sistema esclavista comenzaron a surgir voces de diferentes ámbitos que se levantaron en su contra.


[6] Agencia de Noticias CISA, Italia, 07-07-04