Jean-Paul Sartre, padre del existencialismo francés y referente del mayo del 68, escribió en 1940 en el campo de prisioneros alemán de Stalag 12 D, en Tréveris, una obra de Teatro en siete actos sobre la Navidad.
Sartre escribió en el campo de concentración de los nazis esta «obra católica»
Madrid- Jean-Paul Sartre escribió en 1940 una obra de teatro sobre la Navidad titulada «Barioná, el hijo del trueno» en el campo de prisioneros Stalag 12D, cuando estaba cautivo por los nazis. Sartre escribiría años después a Simone de Beauvoir en estos términos: «Seguramente tengo talento como autor dramático: he escrito una escena del ángel que anuncia a los pastores el nacimiento de Cristo que ha dejado a todos sin respiración (…) incluso a alguno se le saltaban las lágrimas».
Asimismo, también hablaría en la década de los sesenta sobre esta obra: «Mi primera experiencia teatral fue particularmente afortunada. Mientras estaba prisionero en Alemania en 1940 escribí, puse en escena e interpreté una obra de Navidad que, consiguiendo esquivar la vigilancia del censor alemán por medio de símbolos sencillos, se dirigía a mis compañeros de cautiverio (…) en aquella ocasión, al dirigirme a mis compañeros por encima de las luces de las candilejas y hablarles desde su condición de prisioneros, les vi de repente tan realmente silenciosos y atentos que comprendí lo que el teatro tenía que ser: un gran fenómeno colectivo y religioso».
El teólogo francés René Laurentin ha manifestado recientemente que «Sartre, ateo deliberado, me ha hecho ver mejor que nadie, si exceptuamos los evangelios, el misterio de la Navidad. Por esa razón le guardo un inmenso reconocimiento».
Agejas ha señalado la gran importancia de este texto de Sartre: «Creo que es fácil adivinar que a una de las insignias del pensamiento ateo, marxista y anticatólico de la segunda mitad del siglo XX, con un papel crucial en el mayo del 68 y su movimiento ideológico, no le convenía que se airease una obra como ésta. Nunca la negó, porque no podía hacerlo: más de doce mil soldados prisioneros habían presenciado su puesta en escena». José Ángel Agejas remarca el profundo conocimiento del cristianismo y de las Escrituras para escribir esta obra: «Seguramente Sartre contó con el consejo de los capellanes, pero por el tiempo de que disponía podemos deducir que no pudo detenerse en muchas investigaciones y consulta, sino que hay una experiencia íntima, oculta y algo dramática de la fe que se plasma en la trama. Se ve la influencia de Bernanos, que él mismo reconoció que había leído por entonces.
Queda patente también una de las grandes heridas de la psicología de Sartre: la ausencia de su padre. De San José sólo dice que no se atreve a decir nada».
Autor Juan Pablo Cardenal (* Extracto)