400 millones de niños esclavizados en el mundo
Publicado en la revista Autogestión en febrero de 2003
Por J.M. Martin Medem
Cuatrocientos millones de niños y niñas trabajarán en todo el mundo a partir del año 2000, según los cálculos de los investigadores que comprueban el aumento constante de la explotación laboral de los menores bajo una política económica universal que deja sin trabajo a sus padres.
Desde hace 25 años, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) intentaba que por lo menos los gobiernos ratificaran el Convenio 138 que prohibe los trabajos peligrosos de los menores de 15 años, además de establecer como objetivo ‘la abolición efectiva del trabajo infantil’. Ahora, la Asamblea Anual de la OIT acaba de renunciar en Ginebra a un mínimo de dignidad en la protección de la infancia. Los niños y las niñas tienen que jugar y estudiar. Si trabajan es porque les obligan la pobreza de sus familias, la violencia de la explotación y la impunidad de los peores empresarios. Pero la presión de los gobiernos de Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia (¿los modernos socialdemócratas?) ha impuesto un nuevo convenio para eliminar solo ‘las peores formas de trabajo infantil’. Lo que quiere decir que a partir de ahora los empresarios cuentan con la impunidad para utilizar las formas de trabajo infantil que no sean peores, explotando casi sin limitación de edad a los niños y a las niñas víctimas de la pobreza y de la violencia.
¿Cuáles son las peores formas? La esclavitud, el tráfico de niños, la prostitución, el narcotráfico y otros trabajos sin precisar que los gobiernos consideren ‘una amenaza para la salud, la seguridad o la moralidad de los niños’. Combatir esas peores formas debe ser la responsabilidad de la Interpol. Lo que tiene que hacer la OIT es impedir cualquier trabajo de los niños. Nada bueno se puede esperar de los gobiernos que querían un convenio ‘menos coactivo’ y ‘más flexible’. Es la penúltima barbaridad del Siglo XX. Como no quieren cambiar los programas de empobrecimiento familiar que obligan a trabajar a los niños, cambian el convenio que prohibía trabajar a los más pequeños. No sólo seguirán trabajando desde los seis años en los países más empobrecidos sino que desaparece para todos el límite de los 15 años (¡una directiva de la Unión Europea autoriza desde 1994 el trabajo a los 13 años!), se elimina la consideración de trabajo intolerable para cualquier empleo que impida acudir a la escuela y se renuncia al objetivo de abolir el trabajo infantil. Dicen que van a defender a los niños para que no trabajen de la peor manera en lugar de protegerlos para que no tengan que trabajar.
Hace un mes, en Sao Paulo, el Tribunal Internacional Independiente Contra el Trabajo Infantil advertía que ‘el trabajo infantil crece y se desarrolla en el surco de los planes de ajuste estructural y de desregulación’ y denunciaba a los gobiernos que ‘de palabra se declaran contrarios al trabajo infantil pero en los hechos destruyen el edificio de protección edificado durante más de un siglo para arrancar a los niños de las tenazas de la explotación’.
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