Rogelio Altisent, presidente del Comité de Bioética de Aragón y profesor universitario, ha presentado una serie de reflexiones sobre la bioética y los avances técnicos en relación con la medicina y su ejercicio.
En el campo de la medicina aparecen retos que colaboran o amenazan al hombre, son nuevos los desafíos que aparecen todos los días. La técnica va acompañada de los valores que la sostienen y en base a estos tenemos que posicionarnos.
Indicó el profesor, como ejemplo que, «Charlot en Tiempos Modernos ejemplifica el riesgo de la industrialización sin ética: cuando el hombre forma parte de la máquina, los hombres son esclavizados en el engranaje productivo». Así resaltaba las consecuencias que los cambios en la técnica y su uso han provocado en la sociedad.
Otro ejemplo que expuso es cómo la generación de energía y su llegada a las poblaciones trae como consecuencia que muchos pueblos hayan mejorado su vida; esto tiene que ver con la salud y la enfermedad, también si sucede lo contrario.
Rogelio A. señaló «que es un error pensar que el aumento de la medicalización nos hace mejorar», referencia a la excesiva medicación inducida en los distintos ambientes e instituciones.
Como ejemplos de la técnica sin moral, en el mundo de la ética médica, puso a la industria reproductiva en la que hemos hecho del embrión un negocio o, por ejemplo, el encarnizamiento terapéutico.
También afirmó que «la técnica sin ética es un monstruo sin cabeza, en la que hay dominantes y dominados».
El profesor afirma asimismo que hay que hacer análisis crítico del relativismo moral y que no existe la neutralidad moral, la neutralidad moral es un mito. «Nadie se escapa de tener un motor moral en su comportamiento». La distinción del bien y del mal es fundamental en el ejercicio de la técnica médica.
El curso de Técnica y solidaridad en el mundo del trabajo del Aula Malagón Rovirosa continúa con reflexiones desde la economía o desde la figura de Guillermo Rovirosa y Julián Gómez del Castillo.