Los productores temen que la oleada de fusiones limite las opciones que tienen para gestionar sus cosechas
La industria agroquímica está sumida en un intenso proceso de consolidación que va a dejar prácticamente todo el negocio de semillas, herbicidas y pesticidas concentrado en manos de cuatro gigantes globales. El temor de los productores es que esta oleada de fusiones limite las opciones que tienen para gestionar sus cosechas, encarezca los precios y acelere la reducción de la diversidad de los cultivos.
El sector ya estaba dominado por un grupo reducido de firmas antes de que se formara este huracán corporativo que va a cambiar la forma de trabajar el campo. Hace una semana, mientras Bayer perfilaba el acuerdo para adquirir Monsanto , el segundo sindicato de agricultores de Estados Unidos se movilizaba en Washington para denunciar que estas alianzas van a estrangular aún más sus bolsillos.
Era una manifestación inusual, porque los representantes de los agricultores suelen tener mucho cuidado al criticar en público a la mano que les da de comer. “Una consolidación de esta magnitud no puede ser el estándar de nuestra agricultura”, lamenta el presidente de la National Farmers Union, Roger Johnson. “No hay que permitir que estas corporaciones vayan a definir el futuro del campo”.
La misma preocupación la tienen los agricultores en Europa, América Latina y Asia. La combinación del negocio agrícola de Bayer con Monsanto genera ya una cifra de negocio anual de 23.100 millones de euros. Eso le convierte en la empresa líder, por delante de los 14.800 millones de ChemChina y Syngenta.
Las divisiones agrícolas de DuPont y Dow Chemical, también en proceso de integración, registraron el pasado ejercicio ingresos conjuntos de 14.600 millones. En el cuarto lugar en la industria, muy rezagada, estaría la alemana BASF, con una facturación anual de 5.800 millones. Casi el 85% del mercado quedará así en manos de estos conglomerados. Y esta misma semana las canadienses Potash y Agrium anunciaron la fusión de sus negocios de fertilizantes.
Los pequeños, los más vulnerables
Los pequeños productores son los que están en una posición más vulnerable, porque tienen menos margen para negociar precios. Aunque el Congreso no tiene autoridad para bloquear estas operaciones, el factor político puede complicar el examen de los reguladores. John Deere, por ejemplo, está tratando de salvar la compra de Precision Planting, otra de las grandes adquisiciones anunciadas en la industria agrícola.
Los grupos de agricultores tienen, sin embargo, opiniones enfrentadas. La National Corn Growers Association admite que la consolidación creará una pérdida de competencia. Pero también señalan que la fusión de Dow Chemical con DuPont servirá para contrarrestar el liderazgo de Monsanto en el negocio de las semillas. “Tener a dos empresas luchando por el mercado es beneficioso”, opinan.
Extracto: El País