Las remesas de los emigrantes empobrecidos ayudan más que la «cooperación» de los países enriquecidos.

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  • Estudio de un profesor de Estudios Africanos de la Universidad de Hong Kong. El envío de los inmigrantes explotados no se dedica al negocio de la ayuda al desarrollo o a los intereses comerciales coloniales, pero gran parte se queda en los bancos que lo transfieren.
  • El dinero que los migrantes africanos mandan a sus países es superior a la ayuda al desarrollo que proviene de los gobiernos extranjeros y está administrado de manera más eficiente.

Es la conclusión principal de un estudio realizado por Adams Bodomo, ghanés que ejerce como profesor de Estudios Africanos en la Universidad de Hong Kong. En el año 2010, año en el que se basaron los datos oficiales  que incluye el estudio, las remesas que enviaron los africanos desde el exterior sumaron 51.800 millones de dólares, mientras que la ayuda para el desarrollo procedente de los gobiernos europeos y norteamericanos no llegó a 43.000 millones. Pero además de la cantidad, la calidad de la transferencia global es mayor en su parte procedente de la diáspora, porque responde con mayor exactitud a las necesidades reales.

«Son más eficientes porque se basan en informaciones más precisas. Un migrante que vive en el exterior sabe qué necesita su familia en África, ya sea dinero para pagar los gastos escolares, para construir una casa o para iniciar una actividad económica”, concluyó Bodomo.

El dinero que se queda en el camino

«Por supuesto, a veces las familias gastan mal las remesas, pero estas excepciones no son nada en comparación a las malversaciones e ineficiencias legendarias en la industria de la ayuda extranjera», dice el investigador. Sin embargo, gran parte de este dinero que envían los africanos no llega a su objetivo por las altas tasas bancarias que soportan este tipo de transacciones. «Quizá, en lugar de presionar a los gobiernos para aumentar la ayuda exterior a África, necesitamos emprendedores creativos que encuentren una solución de mercado libre para los exorbitantes gastos que tienen las transferencias», sostiene Joe Cash en un blog del norteamericano Instituto Acton. “Cerca del 12% del dinero enviado por la diáspora a través de canales financieros oficiales es tragado por los costos bancarios”, calcula Bodomo en su estudio, que aboga para que los gobiernos promuevan la reducción de estas tarifas.

Las estadísticas engañan

La definición de Ayuda Oficial al Desarrollo de occidente no incluye toda la ayuda externa gubernamental. Por ejemplo, no computa el dinero que dan las monarquías saudíes para financiar mezquitas o los tratados comerciales chinos para construir carreteras o infraestructuras a cambio de concesiones para materias primas. Para Bodomo, incluso considerando todo este dinero, la ayuda que mandan los africanos seguiría siendo mayor pues gran parte de esta se produce por canales informales sin quedar registrada. «Cerca del 75% de las remesas son enviadas informalmente y no podemos rastrearlas«, dijo Bodomo, según recoge Ghana Web. El investigador pone como ejemplo el dinero que se manda a través de un amigo o en un envío postal ordinario. «Si añadiésemos todo esto, las remesas de la diáspora podrían ser tres o cuatro veces mayores».

Bodomo también destacó que las remesas de la diáspora tenderán a aumentar, sobre todo porque hasta el momento el 70% provienen de occidente pero que se está produciendo un desplazamiento, en parte por la recesión económica de estos países, hacia otros lugares en auge como Brasil, China, India y Rusia, recoge All Africa.

Cerca de 140 millones de africanos viven fuera del continente. El dinero que mandan estos expatriados, aunque es difícil de calcular, se habría multiplicado por seis desde el año 2000 hasta el 2012, tomando en cuenta datos del Banco Mundial. La proporción que suponen estas remesas en los productos interiores brutos de los países africanos van desde poco más del cero hasta el 5%.

Fuente: Mundo Negro, Zenit