En estas zonas, los gobiernos ofrecen a las empresas privilegios económicos: no pagan impuestos, pueden sacar el dinero del país fácilmente y además el gobierno mantiene una estructura de empresas de servicios para las propias multinacionales. En las maquilas, la mano de obra es preferencialmente femenina, joven, sin experiencia y con poca formación sobre sus derechos. Además los empresarios ejercen la violencia, en todas sus versiones: física, psicológica, verbal y sexual.
Fuente: Edualter
Muchas veces cuando las multinacionales textiles se trasladan a estos países instalan sus filiales en zonas francas. Estas son zonas industriales que han creado los gobiernos del Sur especialmente para atraer inversiones de las multinacionales.
En estas zonas, los gobiernos ofrecen a las empresas privilegios económicos: no pagan impuestos, pueden sacar el dinero del país fácilmente y además el gobierno mantiene una estructura de empresas de servicios para las propias multinacionales.
Las empresas confeccionan con materias primas y maquinaria que provienen del Norte y las vuelven a enviar hacía los centros comerciales en el Norte. Por ello se mantienen las etiquetas made in UK, made in USA o in Spain. Aunque lo hayan cosido o en la India, Bangladesh, Marruecos, Guatemala, México.
En las zonas francas generalmente se produce en cadena y trabajan mujeres o niños en condiciones de explotación y con sueldos bajos. Aunque a menudo estos sueldos son superiores a los que se perciben en otros trabajos en el mismo país. Por eso, mucha gente quiere buscar trabajo aquí.
En la frontera de México con EUA hay unos diez, quince kilómetros de zonas francas, donde en 1992 había 900 empresas de EUA. Las empresas multinacionales norteamericanas que se situan allí son conocidas como máquilas. Aprovechan que no tienen que pagar impuestos y no hay legislación sindical, ni medioambiental. Chicas muy jovenes y mujeres suben de México a la frontera para trabajar en estas maquilas.
La explotación de las mujeres y la industria textil
Las reglas del comercio internacional tienen enormes implicaciones en la vida diaria de los trabajadoras del Sur. En todas las partes del mundo, las mujeres trabajan y son el soporte fundamental de las famílias. Y sucede a menudo que parece que lo que las mujeres hacen es considerado menos importante que lo que hacen los hombres. En la industria multinacional son ellas las que han elaborado tu ropa.
Asia es la única zona del mundo donde las mujeres tienen un porcentage mayor de trabajo en la industria que en el sector de servicios. Entre 1960 y 1980, el número de mujeres empleadas en la industria en los países en vias de desarrollo era el doble que el porcentage de las mujeres empleadas en la industria en los países de la UE y Norteamérica. En países como Hong-Kong, Singapur, Corea del Sur, Taiwan la incorporación de la mujer en el trabajo ha ido paralela a las inversiones de las multinacionales europeas o norteamericanas. En estos países las mujeres trabajan por diferentes razones, pero sobre todo son económicas, necesitan mantener a sus hijos. En algunos países asiáticos los padres las obligan a trabjar. En otros países necesitan trabajar para aportar el dinero a la familia; en muchos casos, son las que mantienen a los hijos, ya que los maridos no encuentran trabajo o simplemente no trabajan.
¿Sabías que…?
- En países asiáticos, como Bangladesh, India, China o en México y Guatemala, las mujeres son el 85% de la mano de obra en las zonas francas orientadas a la exportación, están empleadas en los sectores textiles, de plástico, farmacéuticos, electrónica e informática.
- Se calcula que el 70% de los trabajadores de la industria textil son mujeres. Los trabajos mejor pagados, como la supervisión, el corte, lo hacen los hombres.
- Normalmente se paga a las mujeres entre un 20 y un 50% menos que el sueldo de los hombres. La industria textil se basa en la idea de que ellas están ganando dinero de más para la familia.
Las reglas del comercio internacional tienen enormes implicaciones en la vida diaria de las trabajadoras del sur. En todas las partes del mundo las mujeres trabajan y son el soporte fundamental de las familias. Sucede a menudo que parece que lo que las mujeres hacen es considerado menos importante que lo que hacen los hombres. En la industria de la ropa ellas son las que han elaborado tu ropa.
Asia es la única zona del mundo en donde las mujeres tienen un porcentaje mayor de trabajo en la industria que en el sector de servicios. Entre 1960 y 1980, el número de mujeres empleadas en la industria en los países en vías de desarrollo era el doble que el porcentaje de las mujeres empleadas en la industria en los países de la UE y Norteamérica. En países como Hong-kong, Singapur, Corea del Sur y Taiwán, la incorporación de la mujer en el trabajo ha ido paralela a las inversiones de las multinacionales europeas o norteamericanas. En estos países las mujeres trabajan por diferentes razones, pero sobre todo son económicas, necesitan mantener a sus hijos. En algunos paises asi ticos los padres las obligan a trabajar. En otros paises necesitan trabajar para aportar el dinero a la familia; en muchos casos, son las que mantienen a los hijos, ya que los maridos no encuentran trabajo o simplemente no trabajan.
En las maquilas, la mano de obra es preferencialmente femenina, joven, sin experiencia y con poca formación sobre sus derechos laborales y constitucionales. En muchos casos, las mujeres provienen de zonas rurales. Los empresarios contratan a mujeres porque reciben un sueldo más bajo que los hombres. Prefieren que no estén casadas o sean madres, porque saben que las pueden presionar para que trabajen muchas más horas extra.
No obstante, el arma más poderosa de los empresarios para mantener a las trabajadoras en estas condiciones es, en ocasiones, la violencia, que ejercen en todas sus versiones: física, psicológica, verbal y sexual. El hecho de que las mujeres trabajen en horarios nocturnos proporciona en algunos casos el mejor marco para los abusos sexuales.
A menudo, los empresarios utilizan la reubicación en otros paises para escapar de las presiones sindicales de los países del sur, en donde los trabajadores empiezan a organizarse, en algunos casos, por otro lado, cada vez más, estas marcas y sus subcontratados recurren al trabajo a domicilio. Muchas mujeres en estos paises cosen en casa para alguna marca. A menudo les ayudan sus hijos. Esto supone para el empresario ahorrarse la inversión de la fábrica y de la contratación (seguros sociales y seguridad) e invierten menos en infraestructura. Por ello cada vez se extiende más, lo que constituye una puerta abierta a los abusos de los patronos: baja remuneración por pieza, que exige jornadas de trabajo demasiado largas; falta de seguridad social y salarios irregulares.
¿Que suponen las maquilas para los países?
La gran excusa que ponen las multinacionales y los gobiernos para defender el uso de maquilas es que contribuyen a la industrialización del país y a su crecimiento económico. Pero cada vez hay más voces que se levantan negando esto. En realidad no hay una verdadera transferencia de tecnología, ya que se traslada la parte de la confección más fácil que no necesita formación ni alta mecanización. Ello provoca que no se forme a los trabajadores. El sueldo que se paga puede ser inferior al salario mínimo legal y a menudo no cubre las necesidades básicas. Las multinacionales podrán dejar el país cuando quieran sin haber creado una estructura productiva.
La República Dominicana fue dotada por el Banco Mundial en 1989 con un crédito de 30 millones de dolares para expandir en el país las Zonas Francas a la Exportación. Actualmente hay en el país 350 marcas de ropa operando en estas Zonas Francas. Debido a ello, este país se ha convertido en el 5º país en cantidad que exporta ropa a EUA. El 85% de las trabajadoras de estas Zonas Francas son mujeres.
Estela es una de las tantas mujeres de la República Dominicana que ha trabajado en una de las Zonas Francas. Su marido murio hace 6 años y ella sola se tuvo que encargar de ganar el dinero suficiente para mantener sus seis hijos ella sola. Nos dice: “He estado trabajando en una Zona Franca para la Exportación durante 14 años. He trabajado en diferentes fábricas. A veces me echaron y otras me fui yo por mi voluntad para ver si las condiciones eran mejores en otras fábricas. En una fábrica me despidieron por que estuve enferma durante dos dias. Me dijeron que no me necesitaban porque no querían trabajadoras enfermas todo el tiempo. Este tipo de casos suceden muy a menudo.”
Nos siguió contando: «Las condiciones en las fábricas son muy malas, no podemos beber agua o ir al lavabo cuando lo necesitamos. Para ir al lavabo debemos conseguir un ticket del supervisor. Cuando tenia la regla era muy difícil para mi, sino podía ir al lavabo. Tampoco nos permiten entrar bolsas en las fábricas, porque dicen que los trabajadores somos ladrones y entonces aún era más difícil. Una vez cogí una infección.
Por otro lado, debido al hecho que la mayoría de trabajadoras somos mujeres, hay muchos problemas de abusos sexuales por parte de los supervisores, que normalmente son hombres. En una de las fábricas uno de los supervisores me dio que quería tener relaciones sexuales conmigo. Como yo le dije que no, me echó del trabajo.
En la última fábrica que trabajé, el salario mínimo era de 377 pesos (2.550 pesetas). Yo ganaba entre 400-500 pesos (entre 2.850 y 3.450 pesetas) trabajando horas extras. Pero ello no era suficiente para mantener a mi familias, tuve que pedir un préstamo y me endeudé.
Muchas mujeres en nuestro país somos las únicas que traemos dinero a casa. Los maridos han perdido los trabajos, sobre todo los que se dedicaban a las plantaciones de azucar. Mi marido murió cuando mi hijo pequeño tenía 9 años, por eso tuve aceptar el trabajo en la Zona Franca. No había más trabajos para mí.»
Fuente: Clean Clothes Campaign
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