Los españoles al rescate de la Banca

2657

El Banco de España ha elevado a 65.725 millones de euros el coste de las ayudas al sector financiero durante la crisis hasta diciembre de 2018. Esta cifra supone 1.376 millones más que el ejercicio anterior, un 2,13% de incremento, debido los mayores costes de la morosidad aparecida en la CAM (hoy propiedad del Banco Sabadell) y en Unnim (en manos del BBVA).

La suma comprende los 42.561 millones aportados por el FROB, es decir, el Estado, y los 23.164 millones aportados por los bancos a través del Fondo de Garantía de Depósitos. “Estos importes no incorporan los intereses y comisiones obtenidos o pagados, ni los gastos incurridos”, aclara el Banco de España en su nota.

Para llegar a este cálculo, el supervisor considera que el valor de la participación del FROB en Bankia es de 9.560 millones, 300 millones menos que en 2017. El Estado inyectó 24.424 millones para rescatar este banco en 2012, aunque también Bankia ha devuelto al Fondo de Reestructuración público 3.083 millones por la venta de 15% de su capital en los mercados y los dividendos entregados. Con estas cifras, la hipotética perdida, hasta hoy, es del 50% aproximadamente aunque no es definitiva porque el Estado sigue en el capital y el banco está cotizado.

En cuanto al total de recuperaciones, según la información actualizada por el Banco de España, además de los 9.560 millones mencionados de Bankia, se sumaría a los 5.225 millones ya obtenidos -a razón de 4.477 millones por el FROB y 748 millones por el Fondo de Garantía de Depósitos- lo que sumaría un total de 14.785 millones de euros. Esta cifra supondría obtener el 22,5% del dinero colocado en el sistema financiero por la crisis.

En la nota del supervisor, se especifica que el FROB aportó 2.192,4millones al banco malo, la SAREB, una parte en acciones y otra en deuda subordinada. En las cuentas del FROB esta inversión está valorada en 168,5 millones, por lo que considera perdidos 2.024 millones, el 92% de lo invertido. El Banco de España recuerda que la SAREB acordó en 2016 reducir su capital a cero y capitalizar el 60% de la deuda subordinada.

Descendiendo al detalle, las ayudas concedidas por el Estado a través del FROB suman 56.679 millones, de los que 54.353 son apoyos en forma de capital y de instrumentos híbridos, 831 millones fueron a través de Esquemas de Protección de Activos (EPA) y 1.495 millones, en garantías concedidas en los procesos de integración y venta. La mayor parte de la EPA las soportan los bancos en el Fondo de Garantía.

Casi la mitad de las inyecciones públicas se adjudicaron a Bankia, BFA y BMN, con 24.069 millones, seguido de Catalunya Banc, con 12.052 millones, y Novacaixagalicia, con 9.052 millones. La cantidad ya recuperada por el FROB alcanza los 4.477 millones por Banca Cívica, con 977 millones en preferentes que fueron devueltas con la integración de la entidad en CaixaBank; seguida de CajaSur, con 800 millones de Kutxabank, y Novacaixagalicia y Catalunya Banc, con 783 y 782 millones cada una.

Las aportaciones del sector financiero a través del FGD mediante ayudas alcanzaron los 21.807 millones a través de EPA (11.649 millones), participaciones en el capital e instrumentos híbridos (9.745 millones) y garantías (413 millones). De la cantidad total, el FGD ha recuperado 748 millones, con lo que su aportación al rescate de las cajas suma, después de ajustes, 23.164 millones.

Al margen de estas ayudas, el Estado, en una acción concertada con el resto de países de la Unión Económica y Monetaria entre 2009 y 2012 desarrolló dos medidas para mejorar la liquidez de las entidades de crédito.

Una de ellas fue la constitución de un Fondo para la Adquisición de Activos Financieros (FAAF), que se liquidó en junio de 2012 con un beneficio para el Estado de 650 millones de euros por cobro de intereses.

La segunda fue el otorgamiento de avales del Estado para determinadas emisiones de las entidades de crédito, por más de 110.000 millones de euros -todas ellas ya amortizadas-, lo que supuso un ingreso para el Estado de 3.060 millones de euros.

Fuente El País