Contra las causas del hambre, el desempleo y la esclavitud infantil.
No matarás (Dios)
“No más esclavos. Trabajo sobre capital”
Un mundo de esclavos
En pleno siglo XXI, más del 80% de la población mundial pasa hambre siendo éste, con diferencia, el principal problema de la humanidad al que hay que dar respuesta solidaria. Vivimos en un mundo en guerra de los enriquecidos contra los empobrecidos (poderosos-débiles) donde se niega la vida humana, lo que se traduce en miseria, explotación, esclavitud, aborto y todo otro atentado contra la dignidad humana. La mayoría de trabajadores del mundo son empobrecidos, reciben salarios que no les permiten subsistir con dignidad o viven en el desempleo y la esclavitud. 1.800 millones de trabajadores, el 60% de la población activa mundial, trabaja sin contrato laboral ni prestaciones sociales. Los salarios de hambre son la expresión más reveladora de este sistema salvaje. La esclavitud infantil, que sufren más de 400 millones de niños, es el último eslabón de esta cadena de explotación en el mundo.
Las migraciones forzadas son otra expresión de cómo las personas están sometidas al capital como mercancía barata. Los migrantes internacionales, más de 200 millones, están amenazados por leyes injustas que niegan los derechos humanos, por fronteras, por guerras, racismo, por viajes de muerte…
La opresión del capital sobre el trabajo
El trabajo se ha convertido en mercancía a pesar de ser el único creador de riqueza y elemento dignificador del ser humano. El 10% de la población mundial acapara el 85% de la riqueza mundial y, de ellos, el 1% concentra el 50% de toda la riqueza. Luchar contra las causas del hambre y del empobrecimiento pasa por denunciar las estructuras e instituciones que lo ocasionan, mediante la concentración ilegítima del control de los recursos (tierra, energía, capital, información y tecnología) en cada vez menos manos; denunciar la imposición de un paradigma tecnocrático que oprime a los pobres; denunciar el capitalismo financiero especulativo y usurero, que utiliza la deuda para imponer a los estados planes de ajuste que necesita esta nueva fase del capitalismo.
La llamada globalización consiste en la consideración de todo el planeta como un único mercado, al servicio de las empresas transnacionales, que lleva aparejada la eliminación de fronteras económicas y políticas para el capital y la multiplicación de fronteras para las personas. Para el capitalismo, la inmensa mayoría empobrecida simplemente sobra y no da otra solución que el exterminio de los pobres mediante las políticas de control población y el reformismo interesado de las “ayudas”. Los organismos internacionales, como el FMI, el BM y la ONU y sus instituciones dependientes (OIT, OIM, FAO, UNICEF,…), están sosteniendo este sistema desde posiciones antidemocráticas, que tratan de enmascarar esta dictadura a través de programas como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que no son más que un instrumento para perpetuar el hambre y controlar la población mundial (mediante el aborto, las esterilizaciones y la ideología de género).
No más esclavos. Trabajo sobre capital
Este mundo de hambrientos, esclavos y desempleados debe ser rehecho desde sus cimientos, lo que implica una acción revolucionaria. La primacía del trabajo sobre el capital exige la puesta en marcha de una cultura autogestionaria y solidaria siendo necesario luchar para que la riqueza que produce el trabajo no sea objeto de robo y especulación financiera.
Nuestro modo de vida consumista e individualista nos hace cómplices de este sistema. Frente a la desesperanza, el miedo y la división que promueve este sistema, se abre ante nosotros una inmensa tarea, que sólo puede ser llevada a cabo por organizaciones y movimientos que denuncien las causas de estas injusticias y pongan en primer lugar la solidaridad con todos los empobrecidos de la tierra. Los empobrecidos necesitan que seamos militantes.
Es urgente levantar una voz por la dignidad de la persona, que ponga el trabajo por encima del capital, como principio moral y político incuestionable y aliente una lucha solidaria con todos los oprimidos de la tierra. Hoy existen los medios técnicos para solucionar estos problemas, pero hace falta voluntad política.
Por todo ello pedimos a todas las instituciones, asociaciones, familias y personas de buena voluntad la firma personal y colectiva y la difusión del presente manifiesto, al grito de “No más esclavos” para que construyamos un frente de presión moral liberadora en el que podamos:
- PRESIONAR a todos los partidos políticos para que hagan explícito su compromiso, poniendo en los primeros puntos de sus programas la lucha contra las causas del hambre, el desempleo y la esclavitud infantil y todo otro atentado contra la vida humana (aborto, eutanasia, guerras, terrorismo, pena de muerte,…).
- EXIGIR a los organismos internacionales, a las instituciones políticas y sindicales que denuncien todo atentado contra la dignidad humana; que den respuesta adecuada a estos problemas, especialmente exigiendo trabajo digno y salario justo y que. si no lo hacen. desaparezcan.
- REBELARNOS públicamente, desde la no violencia activa, creando una cultura de vida solidaria y autogestionaria contra la manipulación de la conciencia a la que nos someten los poderes transnacionales, que impiden que se conozca el problema en todas sus dimensiones.
- DENUNCIAR las causas de estos crímenes en la calle, prestando nuestra voz a los que no tienen voz o han sido callados, con medios de divulgación y formación desde la solidaridad y para la solidaridad.
- CONSTRUIR, en definitiva, una sociedad solidaria con las víctimas, desarrollando realidades solidarias protagonizadas por todos, en línea con la lucha histórica de los empobrecidos de la Tierra. Para ello te proponemos adherirte a este manifiesto y colaborar con la Campaña por la Justicia en las relaciones Norte-Sur. Contra las causas del hambre, el desempleo y la esclavitud infantil. No matarás (Dios).
“No más esclavos. Trabajo sobre capital”.
¡ARRIBA LOS POBRES DEL MUNDO!
Descarga aquí el manifiesto en versión pdf