Uno de los países más belicosos de las últimas décadas es Marruecos. Desde su independencia ha librado guerras y promovido actos de guerrilla y terrorismo contra todos sus vecinos: España, Argelia y Mauritania. Desde 1975 ocupa un territorio que fue español, el Sáhara Occidental, a cuyos pobladores niega el ejercicio del derecho de autodeterminación en desobediencia a las peticiones de la ONU. Marruecos es, después de Israel, el Estado que más veces ha incumplido las resoluciones del organismo internacional. Más de 70 países apoyan el derecho de este pueblo a decidir su independencia…
Fuente: Minuto Digital
Uno de los países más belicosos de las últimas décadas es Marruecos. Desde su independencia ha librado guerras y promovido actos de guerrilla y terrorismo contra todos sus vecinos: España, Argelia y Mauritania. Desde 1975 ocupa un territorio que fue español, el Sáhara Occidental, a cuyos pobladores niega el ejercicio del derecho de autodeterminación en desobediencia a las peticiones de la ONU. Marruecos es, después de Israel, el Estado que más veces ha incumplido las resoluciones del organismo internacional.
El último acto violento reconocido sin ningún genero de dudas por el Gobierno marroquí fue la ocupación del islote de Perejil, bajo soberanía española, cometido en julio de 2002. Por ahora es una teoría la participación de los servicios secretos marroquíes en los atentos de marzo pasado en Madrid.
El Ministerio de Defensa español ha descubierto que las Fuerzas Armadas Reales marroquíes están adquiriendo desde hace unos pocos meses material bélico, en concreto desde la victoria socialista. El tipo de armamento es el adecuado para la guerra en el desierto, por lo que el nuevo despliegue militar no se dirige, esta vez, contra España.
El principal enemigo de Marruecos que combate en el desierto es el pueblo saharaui, cuyo representante legítimo, la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), acaba de ser reconocida por la principal potencia africana: la República de Sudáfrica.
Desde el ascenso al poder de Rodríguez Zapatero (PSOE), Marruecos ha contado con un nuevo aliado en su pretensión de legitimar la ocupación del Sáhara, unido a su tradicional apoyo en la ONU y la UE: Francia. Durante el gobierno de José María Aznar, España se alineó claramente con la postura favorable a permitir a los saharauis votar en un referéndum de autodeterminación y, además, inclinó a Estados Unidos a su bando, del que también forman parte Argelia y las decenas de países que han reconocido a la RASD.
Ahora, tanto Rodríguez Zapatero como su ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, se han declarado a favor de buscar una «nueva» solución al conflicto, incluso al margen del Consejo de Seguridad de la ONU y del Plan Baker II, lo que beneficia a Marruecos.
La preocupación es grande entre los saharauis afincados en España y los refugiados en Tinduf. Si tras 30 años exterminio y exilio y 16 de guerra (desde 1991 hay un alto el fuego), los saharauis descubren que la ONU va a aprobar la invasión marroquí de su patria, la guerra puede reanudarse. Para tal eventualidad, Marruecos, nuevo aliado preferencial de Estados Unidos, se está armando.
Al Ministerio de Defensa español también han llegado los rumores de enfrentamientos entre patrullas marroquíes y argelinas, aunque como provienen de Rabat se toman como una intoxicación.
Las consecuencias de la reanudación de la guerra en el Sáhara serían nefastas para España. Por un lado, aumentaría el flujo de inmigrantes marroquíes, debido al reclutamiento forzoso y el empobrecimiento mayor aún del país, y el régimen de Mohamed VI padecería nuevas convulsiones. Por otro lado, la tensión se trasladaría a Argelia, suministrador de gas natural a España y con la que manteníamos una relación privilegiada rota por el PSOE.
Los saharauis están tratando de movilizar a la opinión pública española, que ha estado siempre de su lado, aunque no ciertos medios de comunicación. Ya se ha celebrado una manifestación en Bilbao y hay otra anunciada en Sevilla; para el 13 de noviembre se ha convocado una tercera en Madrid.
La política exterior de Rodríguez Zapatero, marcada por el antiamericanismo y, también, la supeditación a Francia y, en consecuencia, a los intereses marroquíes, puede ser la culpable del estallido de una nueva guerra en el Magreb.
SÁHARA OCCIDENTAL: EL DESIERTO COMO HOGAR
Por RUBÉN CABEZAS
Fuente: elmundo.es
FICHA
Nombre oficial: Sáhara Occidental
Capital: No hay capital
Sistema de gobierno: El Estatus jurídico del territorio y su soberanía están sin resolver
Jefe del Estado: Mohamed Abdelaziz ( Frente Polisario)
Partidos de la Oposición: Todas las tendencias políticas están agrupadas en el Frente Polisario, ya que la principal aspiración del pueblo saharaui es la autodeterminación. El parlamento está formado por representantes de los distintos campamentos
Población: 250.559
Superficie: 266.000 km2
Idioma: Árabe de Hassaniya, Árabe Marroquí
Religión: Musulmanes
CONFLICTO DEL SAHARA
El pueblo saharaui lucha por crear su propio estado contra Marruecos. Este último ha invadido gran parte de su territorio y pretende la anexión del Sáhara occidental.
El destino del pueblo saharaui que ha tenido que aprender a vivir como refugiado en medio del desierto no avanza, enredado como está en la maraña diplomática. Marruecos mantiene su ocupación sobre estos territorios que reclama como una provincia. Los saharauis aún sueñan con su independencia. El reino marroquí, que cuenta con el apoyo de Estados Unidos; ya que éste le ve como un aliado por su islamismo moderado, no sólo ambiciona los fosfatos y otros minerales, así como la prospección de los campos petrolíferos del Sáhara, sino que ve el asunto como una cuestión de orgullo nacional y una manera de distraer de sus problemas internos.
La «marcha verde», en la que 350.000 civiles marroquíes avanzaron sobre la entonces colonia española, fue el detonante para que Madrid abandonara a su suerte al Sáhara Occidental. Años antes, el Gobierno, siguiendo las recomendaciones del Comité de Descolonización de la ONU, decidió organizar un referéndum para que la población saharaui decidiese su futuro, que nunca llegó a celebrarse.
El 27 de febrero de 1976, las tropas españolas abandonan el Sáhara y el Frente Polisario proclama entonces la República Árabe Saharaui Democrática, declarando la guerra a Marruecos y a Mauritania, que habían acordado repartirse el territorio saharaui. En 1979 Mauritania firma la paz con el Frente abandonando la zona que le correspondía y el reino alauita aprovecha la situación para ocuparla, pasando a controlar la mayor parte del territorio. La resistencia de los saharauis se concentra entonces en una pequeña parte del país, aunque tiene su centro operacional en la región argelina de Tinduf. En esta zona también se instalan los campamentos de refugiados que huyen del conflicto. Su cifra actual ronda los 200.000.
La ONU se involucra con efectivos militares creando la Misión de Naciones Unidas para el referéndum en Sáhara Occidental, (MINURSO), que se encargará de la supervisión del proceso electoral. Uno de los principales puntos de fricción entre ambas posiciones es determinar la población que tiene derecho a votar en él, ya que numerosos colonos marroquíes se han establecido en ese territorio desde su invasión por parte del ejército de Rabat. La situación sigue desde entonces estancada, las cuatro proposiciones barajadas por la ONU para poner fin al conflicto han sido rechazadas desde uno u otro bando. La primera de ellas: el «Plan de Arreglo Inicial» que prevé la celebración del referéndum de autodeterminación es boicoteado constantemente por Marruecos. El «Acuerdo Marco» que es partidario de convertir al Sáhara en una autonomía bajo soberanía marroquí, es rechazado por el Frente Polisario. Otra de las propuestas, es la partición del territorio, opción que los saharauis estarían dispuestos a considerar, aunque no los marroquíes; y la cuarta, que significa la puesta en evidencia de Naciones Unidas, consiste en abandonar el conflicto a su libre albedrío.
A las anteriores hay que sumar la propuesta presentada por James Baker, representante durante un tiempo de Naciones Unidas para el Sáhara y sustituído en la actualidad por Álvaro de Soto, consistente en una solución «mixta»: Un periodo de autonomía de cuatro años que finalice con un referéndum en el que el 65 % de los electores serían colonos marroquíes. Este porcentaje es rechazado el Frente Polisario, puesto que ven esta propuesta como una nueva versión del «Acuerdo Marco».
En octubre de 2004 el Consejo de Seguridad de la ONU decidió por unanimidad prorrogar la misión desplegada en el Sáhara Occidental hasta el 30 de abril de 2005, tal y como pedía el secretario general, Kofi Annan. La misión está formada por 227 personas para vigilar el alto el fuego entre las partes.
Un informe del máximo responsable de Naciones Unidas mostraba su descontento por el estancamiento en las negociaciones para alcanzar un acuerdo definitivo de paz entre Marruecos y el Frente Polisario, que permita la libre determinación del pueblo saharaui.